Todos los días, Shang Xirui siempre se levanta a las seis de la mañana, bebe una taza de té y luego entrena su cuerpo y su voz. Esta mañana, cuando abrió los ojos y vio a la persona que aún dormía junto a su almohada, su corazón se sintió cálido de inmediato. Abrazó a Cheng Fengtai y frotó suavemente todo su cuerpo. Cheng Fengtai estaba acostumbrado a la vida nocturna, no podía levantarse antes del mediodía. Por la mañana dormía como un muerto. Así que se limito a resoplar en protesta e ignoró el ataque matutino de Shang Xirui. Shang Xirui siguió frotando y tanteando, entonces algo debajo de su cintura se levantó lentamente. Lo difícil ahora descansaba sobre el estómago de Cheng Fengtai. Shang Xirui lo abrazó con fuerza y no se atrevió a moverse más. Estaba muy emocionado, había una felicidad sin precedentes en la oscuridad.
Xiao Lai esperó más de un cuarto de hora, pero Shang Xirui aún no salía de la habitación. Entonces, llamó a la puerta dos veces y entró mientras cargaba el lavabo. Se sintió avergonzada cuando miró a la cama, después de dejar el lavabo, se fue rápidamente. Shang Xirui esperó a que la cosa bajara suavemente antes de levantarse para vestirse y lavarse la cara. Luego, se volvió a acostar, mirando el rostro de Cheng Fengtai con esperanza, pero Cheng Fengtai no se despertó. Shang Xirui se sintió muy decepcionado. Cuando se sintió decepcionado, Xiao Lai lo llamó desde afuera de la puerta, recordándole que practicara.
Por las mañanas, la multitud en Nanluoguxiang(2) siempre es muy animada. La mayoría de ellos son vendedores ambulantes y personas que hacen sus pequeños negocios, desde los que venden tortas dulces, verduras, o caqui congelado, hasta afiladores de cuchillos, todo está ahí. Las personas pueden comprar varias cosas tan pronto como abren la puerta de su casa. Estos comerciantes son buenos gritando en voz alta. Beiping es una antigua capital de la dinastía, la ciudad tiene muchas casas profundas, los comerciantes necesitan gritar a través de ladrillos y paredes para hacer negocios. A lo largo de los años, sus gargantas se han entrenado, con voces brillantes, gruesas y persistentes, no se sabe quién inventaba sus gritos, pero el ritmo siempre es interesante, las palabras son sencillas, agradables e ingeniosas. Cada vez que la luz de la mañana atraviesa las murallas de la ciudad vieja e ilumina la antigua capital, son la primera escena en la ciudad de Beiping.
Después de que Shang Xirui practicara artes marciales y volteretas, se paró en medio del patio con las manos en la cintura y comenzó a gritar. Es un famoso artista literario y marcial, sus esfuerzos en el entrenamiento matutino son el doble que el de los demás. Cuando Shang Xirui llegó por primera vez a Beiping, corría al Templo del Cielo todas las mañanas para gritar. Luego, al mudarse y vivir en el Callejón Luogu, la distancia al Templo del Cielo estaba muy lejos. Le daba pereza caminar y solo practicaba en casa. A las cinco de la mañana, todavía estaba oscuro. Desde la casa de Shang, hubo gritos como fantasmas llorando, como si hubiera habido un asesinato, los vecinos del vecindario se reunieron frente a la casa y protestaron. Pero Shang Xirui no se detuvo allí. Prefería ser regañado por los vecinos, ya que es demasiado vago para ir a la ciudad y buscar espacios abiertos. Entonces, aprendió hábilmente, que alrededor de las seis de la mañana, los vendedores ambulantes que gritaban para vender sus productos en la calle podían ser un buen disfraz. Sus voces eran más fuertes que la suya y la mayoría de los vecinos ya estaban despiertos a esa hora. Desde entonces, Shang Xirui ajustó su rutina diaria, despertando una hora tarde, para gritar con los comerciantes.
Shang Xirui gritó en voz alta y alargada. Al otro lado del callejón, había un vendedor que gritaba. —¡Ei! ¡Vendiendo panqueques fritos! ¡Tortitas de huevo, pasteles de frijoles rojos, panqueques de carne! ¡Dulce y salado! ¡Todo está aquí!
El callejón Luogu se encuentra al sur de la ciudad de Beiping. Mucha gente común vivía aquí, o tal vez era porque la mansión del Sr. Cheng Fengtai era magnífica y extraordinaria. Los gritos de los vendedores ambulantes aquí también se adaptan a las condiciones locales. Seco y terco, duro y áspero, como un palo grande que golpea directamente en la oreja, algo similar a Qin Qiang(3).
Los ojos de Shang Xirui se iluminaron, abrió la garganta y cantó una nota alta. El vendedor de panqueques no quería mostrar debilidad, así que gritó. —¡Los niños que comen panqueques de huevo serán admitidos como los mejores campeones del próximo año! ¡Las niñas que comen panqueques de frijoles rojos no necesitan usar colorete al salir! ¡Come panqueques de carne con salsa, y tu fuerza será tan fuerte como las vacas!
El vendedor de panqueques es capaz de decir muchas palabras sin respirar. A juzgar por este párrafo, es claramente mejor que Shang Xirui. Shang Xirui tomó su impulso, respondió cantando "-Pabellón de primavera y otoño-"(4), la parte media de la canción es rápida y urgente, por lo que se trataba de una buena práctica para las longitudes vocales. Ambos gritaron de un lado a otro, de norte a sur, durante varias rondas. Independientemente del resultado, admitió Shang Xirui con gracia, nadie podría encontrar a un anciano con esa voz en su compañía Shuiyun.
Xiao Lai esperó mientras sostenía la tetera, sonrió y suspiró impotente. El propósito real de los gritos de un actor es abrir la voz y practicar el Qi, pero, si Shang Xirui es provocado por alguien o está feliz, cantará una gran colección de Zhezixi(5). No es de extrañar que los vecinos estén muy entusiasmados con ellos ahora, el jefe Shang es un famoso Jiao'er, casi todas las mañanas escuchan su canto, y gracias a eso pueden vivir con satisfacción.
Cuando están peleando, siempre hay buenos vecinos, que no miran sino gritan de ánimo. Shang Xirui se emociona aún más. Él vive de su voz. Si pierde con alguien que depende de la artesanía, ¿Cómo puede seguir viviendo en Beiping? Para la última ronda, Shang Xirui usó una habilidad asesina, y reveló su "Jiao Xiao Fan"(6). Cantó muy grandiosamente, al final, sí que era un profesional. La voz del vendedor de panqueques desapareció de repente.
Shang Xirui esperó, pero aun no se escuchaba la voz del vendedor. Exhaló, bebió directamente de la tetera y le sonrió a Xiao Lai. Xiao Lai sabía lo que Shang Xirui quería escuchar, un elogió. —La voz de nuestro jefe Shang nunca ha perdido y nunca perderá contra nadie.
Shang Xirui exclamó con orgullo. —¡Por supuesto!
De repente, alguien llamó a la puerta varias veces, cuando Xiao Lai la abrió, vio una bolsa de papel de aceite en el suelo. Al otro lado del callejón, pudo ver al vendedor de los panqueques alejándose cargando sus cestas con una pértiga en el hombro. Xiao Lai abrió la bolsa de papel y miró dentro. Dos tortitas grandes con diferentes rellenos. Xiao Lai rápidamente le gritó al hombre. —¡Oye! ¡Regresa! ¡Tengo que pagarte!
El vendedor gritó en voz alta sin volver la cabeza. —¡Por la voz del jefe Shang!
Ese hombre lo sabía, que Shang Xirui vive allí, por lo que llegó a competir a propósito. Y después de haber perdido, todavía le dejó el pastel a Shang Xirui con buenas intenciones. Xiao Lai abrió la bolsa de papel y se la mostró a Shang Xirui con una expresión de lástima. A pesar de que un panqueque no vale mucho dinero, el precio tampoco es barato para quienes manejan sus pequeños negocios. Shang Xirui no se sintió desanimado, subió al escenario para vender su voz por dinero, cantó debajo del escenario por un trozo de panqueque. Ambos eran iguales, están viviendo de sus habilidades.
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Winter Begonia
Historical FictionTraducción directa del chino al español (Disculpen los errores trato de que sean mínimos). Titulo:鬓边不是海棠红 "El borde ardiente no es rojo begonia" oficialmente en ingles "Winter begonia" Bìn biān bùshì hǎitáng hóng Autor:水如天儿 ShuiRu Tian'Er Estado de...