Capítulo 10

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Dos días después de lo sucedido entre JongIn y Kyungsoo, Sehun se encontraba bastante peturbado por la situación.

Él jamás pensó que algo así le podría ocurrir a personas tan cercanas y que habían sido tan felices por cinco años.

Sehun prometió que ayudaría a JongIn, pero la verdad no estaba seguro de que existiera un forma de hacerlo. Kyungsoo había desaparecido de la faz de la tierra, claro que esto era solo una expresión, pero su bajito amigo embarazado no se encontraba en Seúl con su madre y JongIn... él aún estaba hundido en su miseria humana para pensar un posible lugar donde el menor pudiera estar.

Aunque Luhan les había dicho que si Kyungsoo se había escondido en alguna parte para mantenerse lejos del moreno era obvio que no se iría a un lugar del cual JongIn tuviera conocimiento, y eso era el doble de frustrante.

Esperar a que Kyungsoo diera señales era lo más lógico en este caso, pero no había forma de que esa idea le entrara en la cabeza a JongIn, pues el moreno alegaba que si esperaba perdería toda oportunidad de regresar con Kyungsoo, y eso no era una opción...

Suspirando para ahuyentar el pequeño dolor de cabeza que amenazaba con aparecer salió de su habitación dispuesto a hacer algo productivo que lo ayudara a despejarse.

El día en el trabajo había sido agotador, ciertamente necesitaba de la presencia de Yifan en la clínica.

Bajó las escaleras y al llegar a la sala de estar se encontró una escena que resultó ser condenadamente satisfactoria...

Luhan estaba acostado en el sofá con la cabeza apoyada en uno de sus brazos, sus manos agarraban un libro el cual descansaba sobre su abdomen pues el chico estaba plácidamente dormido.

Sehun se acercó con pasos lentos, incapaz de apartar la vista de semejante belleza humana y se permitió observarlo más de cerca.

Sus ojos cerrados presumían unas largas pestañas creando una minúscula sombra sus pómulos levemente sonrojados, su fina nariz que antecedía a esos brillantes y rosados labios, que ahora se encontraban un poco abiertos para dejar escapar los casi inaudibles ronquidos y suspiros.

El mayor se encontró sonriendo y se agachó junto a la figura dormida, sintiéndose poseído y dominado por sus más primitivos deseos.

Sus ojos no se apartaban de aquellos labios, que desde su punto de vista parecían como si pidieran a gritos ser besados... reclamados...

Él quería hacerlo, moría por hacerlo, tan desesperado por ello que en estos momentos su mente, nublada por ese deseo, no pensaba en las consecuencias.

Su mano derecha se levantó, acercándose con lentitud a aquel rostro angelical, posando sus nudillos en la suave mejilla.

Su propia boca se abrió por la impresión, su piel parecía tan frágil y delicada, tan nívea y esponjosa como la de un tierno bebé.

Luhan se removió un poco y finalmente Sehun notó que lo que estaba haciendo se pasaba de incorrecto y que era una clara falta de respeto al menor.

Se puso de pie de forma tan brusca que Luhan terminó por despertar.

-¿Hyung?- se veía tan hermoso con los ojos entrecerrados mientras se sentaba, mirando primero los alrededores, probablemente para ubicarse.

-Ah... yo... lamento haberte despertado- se disculpó Sehun, sentándose junto a Luhan pese a que aún poseía un conflicto mental horrible dentro de su cabeza.

-No pasa nada- sonrió mientras negaba. -Ya es hora de calentar la cena- avisó.

Luhan había dejado preparada la cena en la tarde, teniendo solo que calentarla y servirla, al parecer se encontraba muy cansado.

Luhan next door -HunHan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora