Luhan abrió los ojos lentamente adaptándose poco a poco a la escasa luz que se filtraba a través de las cortinas que cubrían la única ventana en la habitación.El despertador, causante de la culminación de su agradable sueño no dejó de sonar de forma incansable, pero Luhan se encontró cerrando nuevamente los ojos porque no tenía ni una gota de fuerza o siquiera ánimos para ir y apagarlo.
Cómo era de imaginarse, un gruñido quejumbroso se escuchó en su oído a la par que los brazos que rodeaban su abdomen se apretaban más fuerte, haciendo que ambos cuerpos se pegaran por completo.
Luhan sonrió, amando la sensación y la calidez, y solo cuando un perezoso beso cayó sobre su nuca él hizo el esfuerzo de levantarse y desactivar la molesta alarma.
Cuando lo hizo, regresó al hermoso hombre que lo esperaba de brazos abiertos, queriendo acurrucarse y dormir, pero Luhan no podía permitirlo, no hoy, no ahora.
-Sehunnie... - murmuró besando el rostro contrario, observándolo sonriente porque el mayor ni siquiera había abierto los ojos. -Debemos levantarnos- informó abrazando el cuerpo del más alto, respirando el profundo y reconfortante aroma de aquella persona que amaba y sintiéndose mareado por lo maravilloso del momento.
Sehun finalmente abrió los ojos con pesadez, pero al instante los entrecerró, mirando fijamente a Luhan con una expresión tranquila.
-Buenos días- la voz ronca causó un estremecimiento en Luhan, haciéndolo plenamente consciente de la semidesnudez bajo las sábanas.
Sehun lo atrajo para un beso matutino y él simplemente no podía negarse.
Se entregó con todo su ser, disfrutando el momento y removiéndose cuando las tan conocidas mariposas comenzaron su sesión matutina de vuelo allá en su estómago.
-Buenos días, Sehunnie- saludó sonriente cuando se separaron y el mayor no dudó en acariciar aquel hermoso rostro con su mano izquierda.
Sehun aún pensaba que esto se trataba de un sueño, un bello e increíble sueño, porque despertar con Lu todas las mañanas era algo que siempre deseó y que le parecía sorprendente tenerlo por fin.
Había pasado un mes y no había sido tan feliz nunca.
Estar con Luhan era simplemente sentirse como si volviera a su etapa de adolescente, aquella en donde los jóvenes tienden a sentirse demasiado enamorados, en donde no importaba nada más que el gran amor por la pareja.
No es que Sehun descuidara a sus hijos, pero a diferencia del pasado, no tenía que esforzarse por encontrar un tiempo para todos, sino que podía concentrarse en sus hijos y a la vez, encerrarse en esa burbuja de amor junto a Luhan.
Sehun se levantó hasta estar sobre el cuerpo del más bajo, quitando la manta y admirando su belleza sin fin.
Luhan había ganado un poco de peso a lo largo del mes, sus brazos estaban un poco más rellenos al igual que sus muslos y ahora lucía una pequeña barriguita.
Se veía adorable, la verdad, y a Sehun le alegraba que Luhan estuviese tan feliz y realizado, tan a gusto con él como para cambiar su imagen de forma natural e inconsciente.
Al principio, el menor había tenido sus dudas (en cuanto a ganar un poco de peso) pero mediante un montón de besos de Sehun como forma de "castigo" este le hizo saber que seguía siendo hermoso y que era algo bueno que aumentara un poco porque estaba muy delgado.
No es que a Sehun le hubiese disgustado el cuerpo flaquito de Luhan, por el contrario, lo amaba, pero basándose en el punto de vista médico, era más saludable para Luhan estar ligeramente más rellenito.
ESTÁS LEYENDO
Luhan next door -HunHan-
FanfictionOh Sehun no sabe cómo vivir su vida con dos hijos relativamente pequeños y sin el gran amor de su vida. Es por eso que se muda al pequeño pueblo de Damyang para cumplir una promesa que hizo y criar a sus hijos en el ambiente más adecuado. Así, destr...