CAPITULO 3

968 172 10
                                    

Kang Samantha

Abrí mis ojos poco a poco recordando todo lo que paso ayer, mientras jugaba con Bada y Bamul me dio algo en mi pecho, algo que no me dejo respirar y me hizo caer al suelo. Mis ojos revisaron mi habitación mientras me quitaba un poco la mascara de oxigeno que me habían colocado, mis brazos estaban fríos y es cuando me di cuenta de que solo estaba en ropa interior.

Bada dormía cómodamente en el sofá en la esquina de la ventana mientras Bamul dormía a los pies de mi cama, al lado mio. 

Me volví a tirar a las almohadas mientras organizaba la mascara  y miraba como mi brazo tenia un nuevo hematoma.

—Hola.—En la puerta entra Nana.

—Nana.—Digo mientras me siento levemente.

—Esta vez fue muy fuerte, ¿Cómo te sientes?.—Pregunta sentándose al lado mío.

—Cansada.—Digo mientras bajo un poco la cobija, que solo tape la parte de mis pechos.

—Es normal, tienes que descans...

Dos toques en la puerta nos interrumpen.

—Hola.

No.

¿Jimin que hace aquí?

—¿Qué haces aquí?.—Pregunto.

—Samantha, no seas grosera. Jimin a estado preocupado por ti igual que todos.—Recrimina Nana.

Porque se ve tan lindo por las mañanas, suertuda la novia que a de tener.

—Lo siento.—Digo.

—No te preocupes.—Dice pasando a la habitación con una bandeja en sus manos.—Traje algo para que comas.

—No tuviste que molestarte.—Digo. Bamul se despierta y se acerca para lamer mi cara haciendo que ría a pesar de la situación.—Hola guapo.

Lo acaricio y apena digo eso Bada se despierta y corre a subirse a la cama para tirarse encima mío y empezarme a lamer igual que Bamul. Me rió por las cosquillas que causan y olvido completamente que Jimin y Nana me están viendo.

—No, no.—Digo entre risas.

—Ya. Dejadla.—Dice Nana quitando a Bamul y después a Bada.

Veo como Nana sale de la habitación con los cachorros en sus costados y mi vista va a Jimin quien me mira sorprendido, pero luego me doy cuenta que no me mira el rostro.

Bajo mi vista y veo que la mitad de mi cuerpo esta descubierto, sin pesarlo dos veces cojo la cobija y me vuelvo a cubrir.

—La..m.ento.—Tartamudea Jimin mientras sus mejillas se tornan rojas.

—No...t.e preocupes.—Tartamudeo igual un poco avergonzada.

—Te traje tu desayuno.—Dice él con su mirada baja.

—Gracias.—Le digo recibiendo la bandeja sonde traía mi desayuno preferido.

Jimin me mira un poco avergonzado y yo solo me dispongo a comer mientras él se sienta en el pie de la cama.

—¿Te puedo preguntar algo, Samy?.—Habla de repente.

—Si.

—¿Por qué te dio el ataque ayer? ¿Qué tienes?, lamento preguntar eso pero soy muy curioso.

—Chismoso querrás decir.—Me burlo y él ríe.

—Como quieras llamarlo.

—Esto es difícil de decir pero igual, te lo diré ya que si a alguien se lo dices nadie sabrá que soy yo.—Digo mientras me como otra uva.—Ayer me dio un ataque ya que estoy en el día 6 de un nuevo tratamiento de mi enfermedad, según lo que dijo tu padre, el ataque fue porque mi cuerpo no esta acostumbrado a el fuerte medicamento que recibo todos los días.

—¿Qué enfermedad tienes?.—Pregunta.

—Goodpasture, una enfermedad que le da a una persona en todo el mundo y tuve la suerte de que me diera a mi.—Digo.

—Lo lamento.

—No te preocupes, es algo que ya estoy acostumbrada y me alegra que me diera a mi así otra persona no sufre.

—Te admiro Sam, eres muy fuerte.—Habla Jimin sonriendo sin mostrar esos perfectos dientes.

—Gracias y te juro que estoy impresionada de que te estoy hablando, creo que no hablar con muchas personas hacen que hable mucho cuando alguien esta.—Digo con dos uvas en mi boca.

—Si, eres muy parlanchina, pero tranquila soy igual o peor.

—Otra cosa, ¿Qué haces acá?.—Pregunto, desde que lo vi le pregunte pero no respondió.

—Ayer ayude a Nana traer algunas cosas y fue cuando nos enteramos de tu ataque, me preocupe y me quede. Sin mentir y como dice Jungkook, siempre directo; me causas mucha curiosidad.

—¿Yo? ¿Curiosidad?, soy una chica anormal, con enfermedad que habla con sus perros y se la pasa en casa.—Digo.

—Por eso me causas curiosidad, no eres como todas, eres alguien diferente. ¿Tu que haces en todo el día? ¿Cómo lo sobrellevas al no salir como todos? ¿Cómo eres tan fuerte?, todo eso me pregunto desde hace 5 días que nos conocimos.—Dice él robándome una uva.

—Hey, son mías.—Digo haciendo una trompita y bajando mis cejas.

—Sin duda eres única.—Se ríe.—¿Podemos ser amigos?.

—¿Q..que?.—Pregunto asombrada, jamás había tenido un amigo hombre, no sabia como tratar y como hablar y menos si tu amigo es tu amor platónico el cual espías desde tu ventana.

—Si, ¿Quieres ser mi amiga?, creo que necesitas un amigo y me encantaría serlo.—Dice.

—Esta bien.—Sonrió.—Gracias Jimin.

—¿De que?.

—Por traer mi desayuno, por ser amable y por todo en general. Cuando te veía por mi ventana te veías un pijo completo.—Y en ese instante me doy cuenta del error que cometí.

—¿Me espiabas desde tu ventana?.—Pregunta.

—Te vi casualmente, o..ósea salí y te vi y ya, fin.—Digo ligeramente.

Jimin ríe a carcajadas y me roba otra uva.

—No te preocupes Sam. Era molestando.

—Idiota.—Digo entre dientes.

—Grosera.

—¿Escuchaste?.—Pregunte sorprendida.

—No, claro que no.—Responde cruzado de brazos.

—No te burles de mi Park Jimin.

Lo miro con los ojos entrecerrados y él me mira igual y al final causa la risa de los dos.

*******

50 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora