CAPITULO 10

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Kang Samantha

Día 15

Me desperté con un dolor en mi pecho algo leve pero igual algo que me decía.

Medicamentos.

Me quite un poco la mascara que me ayuda a respirar y tome las pastillas verdes de mi mesita de noche, siempre estaban hay por emergencias por si me llegaba a pasar algo en la noche.

—Hola, hola.—Me saluda nana.

—Hola nana.

—Tu madre mando un regalo para ti.—Dice pasándome un sobre azul.

Mi madre se fue hace dos días para Nueva York ya que yo le rogué para que fuera, es su sueño ir a un bufete grande en Nueva York y yo no me quería sentir culpable de que no fue por mi culpa.

—¿Sabes que es?.—Pregunto a nana.

Ella niega y pide permiso para salir de la habitación.

Abro el sobre y me llevo la sorpresa de que son unas fotos tomadas de una cámara polaroid junto con una tarjeta de crédito y una nota con la tarjeta.

Creo que te gustaría comparar algo de ropa por internet por ello mande una tarjeta de crédito estadounidense que lleva dólares que puedes gastar en lo que quieras, espero que te gusten las fotos y quiero decirte que te extraño demasiado y te amo mucho Sam, nos vemos pronto mi niña linda.

PDT: Suerte con Jimin, estoy segura que le estas interesando.

Me rio por lo ultimo y me fijo ahora en las fotos que eran unas donde aparecíamos Bada, Bamul y yo, yo me reía mientras ellos me lambian la cara.

—Buenos días a una niña súper hermosa.—Entra Jimin a mi habitación sacándome una sonrisa como todas las mañanas que viene a mi casa. 

—Hola, ¿Qué haces aquí?,¿No deberías estar en el instituto.?

—Si, debería. Pero creo que llegare tarde.—Dice pasándome la bandeja con mi desayuno.

—Jimin.

—Lo se, lo se. No quieres que falte al instituto por tu culpa, pero me encanta verte sonreír por las mañanas.—Dice sentándose al lado mío.

—Ve a clases.—Digo mientras tomo de mi zumo de naranja.

—Tengo pereza ir, porque no mejor me quedo contigo.—Dice mientras se quita sus zapatos y se mete entre mis sabanas.

Jimin se acerca a mi y coloca su mejilla en mi hombro.

—Aliméntame.—Dice abriendo su boca.

Cojo un poco de la tostada y le doy un poco mientras acaricio su suave cabello ya negro.

—¿Qué te vas a quedar haciendo aquí?, ve con tus amigos, allá debe estar menos aburrido que estar en casa.—Digo.

—Ningún lugar donde este Park Jimin es aburrido y ya veras que tengo en mente.

—Ahora que se le abra ocurrido a esa cabecita loca.

50 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora