CAPITULO 26

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Park Jimin

Día 40

No dejaba de reírme por como leía yo el diario escolar, según parece que ayer llame mucho la atención por el simple hecho de besarme con Samy, muchos tomaron fotos cosa que me sorprendió y otros simplemente estaban eufóricos y no sé por qué razón.

—Jimin deja de reírte.—Dice Samy mientras ríe.

—El más popular de todo el instituto salió corriendo por según parece su novia, muchos estudiantes quedaron muy impresionados por lo linda y atractiva que es, tanto que informes de estudiantes dicen que cuenta con muchos seguidores en Instagram, parece que Kang Samantha está al nivel de Jimin. Se nos fue el guapo soltero de Jimin ya que Samy le robo el corazón. —Digo leyendo en mi móvil.

—Yo no soy atractiva a cambio vi chicas muchos más lindas que yo en tu instituto, no sé cómo fue que te guste teniendo a ellas.

—No me gustaban y no me llamaban la atención, en cambio tu desde el primer día me llamaste la atención, ese día salías mojada y oliendo a perro mojado. —Digo riéndome por ese día.

Ella aprieta su puente de la nariz y sonríe mientras sus mejillas se sonrojada.

—No me recuerdes eso, es vergonzoso.

—Fue tierno, ¿A que si Baba?

El perro como respuesta ladra y mueve su colita, yo río y la miro victorioso.

—Traidor Bada. —Dice—. Me quedo con Bamul.

—Ya amor, deja a los niños, no los metas en problemas de padres.

—¿Padres?. —Pregunta divertida

Paro de caminar cosa que ella también hace, ella me mira sonriente y con una de mis manos la coloca en su cintura y la pego a mi cuerpo.

—Somos sus padres, tu eres la mamá y yo el papá.

—Pues tu eres el padre ausente.

Rio

—No sabia de la existencia de mis hijos, no tuve la culpa de que tú no te dejaras ver para así haberme enamorado de ti antes.

Ella coloca una de sus manos en mi pecho y su mano sube hasta su mejilla.

—Pues ahora que ya sabes la existencia de tus hijos hasta responsable. —Dice ella dejando un beso en mi mejilla para luego pasarme la correa de Bamul y ella salir corriendo por el parque.

—¡Samy!.

Corro atrás de ella riéndome por lo listilla que es. Bada no puede correr tanto por su pata, pero va a mi velocidad, viendo que Sam se aleja opto por coger entre mis brazos a Bada y correr más rápido.

—Amor, que lento eres. —Dice ella.

—Eres una tramposa, yo venía corriendo con nuestros hijos, uno cargado y el otro llevándome arrastras, pobre de yo. —Digo tumbándome en una silla.

—Amor.

—¿Hum?.

—Quiero un helado. —Dice ella haciendo un puchero y jugando con sus dedos.

—Vamos por tu helado y vamos al mall. —Digo sonriéndole.


(...)


Las personas nos veían mucho ya que estábamos en el centro comercial con los cachorros en nuestros brazos ya que en este centro comercial no aceptaban la entrada de animales por razones de limpieza.

50 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora