CAPITULO 33

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Kang Samantha

Dia 45

Salíamos de la tercera tienda del día, el sol en Paris estaba de maravilla y el clima muy fresco a pesar de su sol, Jimin llevaba las bolsas de las compras mientras yo llevaba a Bada y a Bamul, muchas personas quedaban viendo a los cachorros como bichos raros y la razón; resulta que perros como Bada y Bamul, en Paris no hay y por ello les causa algo de curiosidad y se supone que la raza de mis cachorros es la más cara por ello en Paris no hay perros como ellos.

El viendo soplaba y caían las hojas de los arboles, en eso Jimin me golpea levemente con una sonrisa en sus labios.

—Hey.—Le digo empujándolo a él.

—¿Por qué no estas hablando como loquita?.—Pregunta.

—Porque estoy admirando mi vista, Paris es perfecto.—Digo viendo a mi alrededor, me siento tan bien en esta ciudad que quiero quedarme aquí y jamás irme, pero lamentablemente nos quedan pocos días aquí.

—Es más que perfecto, para las vacaciones deberíamos venir una mes entero.

Una sonrisa falsa se formo en mis labios.

—Si.—Digo sintiendo un nudo en mi garganta.

Tengo que decirle.

Jungkook no deja de mandar mensajes diciendo que le diga la verdad a Jimin, que si no lo quiero lastimar más que le diga lo más pronto pero siento que no estoy lista, no quiero darle esa horrible noticia, aquella que no me deja dormir a gusto en los brazos de mi chico el cual vive en una mentira por mi culpa.

—Amor, ¿Hoy quieres ir a comer algo afuera?.—Pregunta él a mi lado.

—No, podemos comer en el hotel. Vamos a salir en la noche para la gala y me tardo en arreglarme.

—Como tu quieras mi vida, entonces dejamos las cosas en el hotel y yo bajo por nuestra comida, no me gusta mucho la comida del hotel.

—Yo quiero esos pretzels que trajiste ayer, me gustaron mucho.

Jimin asiente y hablamos de cosas en general, subimos al ascensor hasta nuestra suite que como siempre estaba más que aseada, las chicas del servicio se lucen en hacer aseo no son como yo que solo arreglo la cama y fin, ese fue mi aseo y aquella acción enoja mucho a mi madre, ella me decía:

—No te las puedes pasar toda la tarde viendo Netflix.

Sonreí por tal recuerdo, un buen recuerdo.

Jimin cerro la puerta y dejo las cosas en la sala, yo por mi parte camine a la cocina por un vaso de agua.

—Amor, voy a comprar la comida.—Dice Jimin abrazándome dejando reposar su barbilla en mi hombro.

—Ve, yo te espero.

—Ok, busca alguna serie en Netflix para ver mientras comemos.

—Esta bien.—Sonrió.

Antes de Jimin salir deja un beso en mi mejilla, al momento de él desaparecer por la puerta yo me quejo por el dolor que estaba sintiendo desde hace unas horas, me sostengo de la isla de la cocina.

—Asch, duelen mucho.—Digo abrazando mi cintura.

Los jodidos hematomas están empezando a doler tal cual me dijo el doctor Park.

Algo en mi estomago se remueve y hace que salga corriendo al baño, me arrodillo frente al retrete para vomitar, me arqueo aquello ocasiona dolor y que lagrimillas salgan, cierro mis ojos mientras vomito y cuando dejo de vomitar abro mis ojos para encontrarme con sangre frente de mi, mis manos van a mis labios donde también están manchados de sangre.

Vomite sangre.

—No, no, no.—Digo rápidamente para presionar el botón del retrete y que desaparezca la sangre de mi vista.

Me miro en el espejo, reviso mi piel y como me habían dicho, se notaban algunas venas, como grietas realmente horribles que las tapaba algo mi cabello, mis labios estaban deshidratados y mis ojos ya se estaban formando ojeras.

Poco tiempo, es lo que me decir a mi mente.


(...)


—Nena, ya sal del baño.—Dice Jimin al otro lado de la puerta.

Me miro en el espejo una lagrima baja por mi mejilla.

El vestido rojo me trae el recuerdo de la sangre, por más hermoso que fuera me traía ese recuerdo. El vestido Louis Vuitton versión primavera, se amarraba en mi cuello dejando a la vista mis hombros, se ajustaba mucho a mi cintura pero por la fina tela no lastimaba, su escote en la espalda era lo más atrevido, se separaba en dos con finos encajes que dejaban a la vista desde mi cuello hasta mi baja espalda, a Jimin le pareció hermoso ya que él dice que puede ver las pecas de mi espalda la cual lo vuelven loca.

Me ajuste un poco más mi moño y me coloque más corrector en las marcas de mi cara, finalmente me coloque los zapatos, converse negros, estamos en Paris, todo lo que uses es moda, aquí no te critican ni por salir en toalla.

—Ya salgo.—Digo aplicando mi retoque final, el labial rojo con sabor a caramelo.

Abro la puerta y salgo, los ojos de Jimin me ven de arriba a abajo y sus lindos ojitos se cierran por sonreír tanto, enserio es tan tierno que muero de ternura es una bolita de pelo que tengo ganas de apretujar esos cachetes.

—Wow.—Dice—,te ves increíble, sabia que ese vestido de iba a quedar precioso.

Me acerco a él y coloco mis manos en cuello para así él posicionar sus manos en mi cintura.

—Estas muy guapo tu, cariño.—Digo.

—Tu me superas por mucho, demasiado.

Juntamos nuestros labios y al momento de separarnos rio por el hecho de que Jimin tiene labial en sus labios.

—¿Nos vamos?.—Pregunta.

—Si, pero...¿Bada y Bamul?.—No quiero dejarlos solos, que tal que se salgan y se pierdan por Paris, a mi me da un infarto.

—El personal del hotel cuidaran de ellos, ya tengo todo arreglado.

—¿Seguro?.

—Si, estarán bien no tardaremos mucho.


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Cójanse que esto esta que se prende.

FIREEEE!!!!!


50 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora