CAPITULO 36

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Park Jimin

Dia 49

Caminaba de un lado a otro, estaba desesperado, me faltaba la respiración y creí que en cualquier momento mi corazón iba a dejar de palpitar por tanta preocupación que tenia, no sabia como reaccionar a tal acción, no me gustaban para nada los hospitales y menos ahora sabiendo que Samy esta en cuidados avanzados, todos los doctores esperan muy paciente que ella despierte, ya han pasado días y no hay ni una notica buena ni de alguna mejoría.

La señora Kang hablaba por teléfono para contactar los mejores doctores de Suecia, Jungkook estaba dormido en el regazo de Taehyung quien solo mordía sus uñas y estaba igual de ansioso que yo; Ellos no conocen tanto a Samy pero no es razón para no preocuparse, se que mis dos mejores amigos se encariñaron con ella y ¿Quién no?, es una chica preciosa y con una personalidad increíble que no debe estar pasando por esto.

—Familiares de Kang Samantha.—Llama un doctor, lo conozco: Amigo de mi padre.

—Es mi hija.—Dice la señora Kang acercándose a él puedo notar como esta de tensa y nerviosa tanto que el aprieta el movil en una de sus manos.

—Su hija...no despierta y uno de los doctores dio la idea de que una persona entre a su habitación y le hable, muchas personas hacen eso y su familiar despierta, muchos tardan semanas y otros minutos o segundos, escuchan la voz de esa persona especial y reaccionan. No os doy esperanza pero pueden intentarlo.

La señora Kang me ve.

—Ve Jimin, tu eres su novio y la amas, estoy segura que Samy te quiere oír.

—Si, todo por ella. Yo iré.—Afirmo mirando al doctor.

—Acompáñame Jimin, ¿Tu eres el hijo de el doctor Park?.

—Si, soy su hijo.

—Admiro a tu padre, él a hecho vivir muchos más a tu novia es una chica muy fuerte y se que despertara.—Dice dándome una mirada sincera, no de esas miradas de lastima y aquel mirada me dio mucha más confianza.

Despertaras amor.

Despertaras.

Él doctor me dice que lo siga hasta el cuarto piso donde esta Samy, en ese piso no ahí sala de espera porque los pacientes son más delicados y no quieren personas solo los del servicio. Cuando estamos cerca de las puertas, él doctor a mi lado me detiene y me pasa lo que parece una bata, gorro, guantes y algo para mis zapatos.

—Por su seguridad.—Dice—Esta muy delicada.

Asiento.

Rápidamente y con ayuda del doctor me coloco todo lo anterior mencionado, ya estando listo empezamos a caminar a un pasillo donde solo reinaba el silencio y hacia mucho frio.

—Aquí es.—Se detiene frente una puerta—Solo háblale, toma su mano pero no vayas a lastimar donde la canalizaron.

—Si, gracias.

—Si despierta, presionas el botón rojo al lado de su camilla; Estaré pendiente igualmente.

Entro a su habitación y mis ojos se abren como platos por tal imagen que veo, estoy desbastado totalmente ahora ya entiendo porque no me dejaban verla y muchos menos a su madre, ver a su hija así la iba a destrozar. Sentí mis ojos cristalizarse, sentí como mis manos temblaban y como sollozos se quedaban callados en mi garganta.

—Mi nena.—Susurre.

Me acerque a ella poco a poco, la habían intubado, las intubaciones no parecían profundas y rogaba porque no lo fueran. Iba a llorar.

50 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora