Narra Megan:
No era tonta, mucho menos incrédula. Supuse que iba a reaccionar así. Un poco de sedante no le hace mal a nadie ¿no?
Me acerque lentamente hacía su rostro, pero no me arrodille para comprobar que estuviera dormido. Algo me decía que estaba tranquilo y dormido, claro está.
Entró uno de los seguridad que estaba esperando afuera y con su postura puedo saber que, sin hablar, me pide permiso con la mirada para cargar a Cinco, a lo que asentí sin dudarlo. Antes de que se le pudiera acercar pude notar que tiene los ojos abiertos, un poco, pero abiertos. No me preocupe ya que es común que los últimos en reaccionar al sedante sean los ojos, así que todo marchaba de maravilla.
Me acerco a una distancia razonable a mirarlo una vez más, no puedo creer que haya creído que sería tan fácil salirse con la suya después de estropearlo todo con mis asuntos con Stevens.
Ahora si, muevo lentamente el dedo índice de mi mano derecha en señal para que el guardia pudiera levantarlo. Una vez colgado de uno de los hombros del señor, Cinco cabecea su cabeza contra su espalda y cierra lentamente los ojos, quedándose inmediatamente dormido.
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Narra N.5:
Despierto nuevamente, atado a una silla. Pero esta vez de los pies, el abdomen y las manos. Estas últimas atadas detrás del respaldo de la silla de terciopelo rojo. Me trato de mover y siento cierta incomodidad sobre mis muñecas. Volteo la cabeza rápidamente hacia mis manos y estas están atadas con doble nudo.
─ Mierda ─susurro mientras muevo todo mi cuerpo. Estaba muy apretado por las sogas alrededor mío.
En un intento de sacarme las ataduras de encima, terminó en el piso. De improviso escucho una voz aguda y mandona, al instante me doy cuenta de que se trata de ella, la responsable de mi miserable trato a cambio de trabajar aquí: La Encargada.
─ ¡Phillips! ─exclama y en cuestión de segundos siento como soy levantado por una persona sumamente fuerte. Luego, endereza el asiento y me deja mirando de frente hacia el escritorio que estaba delante.
Analizo rápidamente mi situación: Me encuentro en el despacho de La Encargada que era amplio y acogedor por cierto. Luego vuelvo a mostrar mi mirada hacia el frente. En una silla mucho más grande en el que estaba sentado se encontraba ella obviamente y a su lado Megan. La Encargada se encontraba acariciando y peinando el delicado cabello de su hija.
─ Esto se está haciendo una maldita costumbre ─digo ya realmente cansado de la tan repetitiva situación.
Evita mi comentario y con su mirada saca a los empleados que están detrás mío, deduzco que en caso de que se me ocurra hacer algo estúpido. Una vez que se retiran estos, cierran la puerta y La Encargada me mira de manera arrogante mientras fuma una de sus miles pipas.
Deja su pipa en el cenicero sobre el amplio escritorio y entrelaza sus dedos para dirigirme una mirada arrogante.
─ Así que.... ─hace una pausa─...Te encargo un solo trabajo y al minuto ya te estás tiroteando con los empleados.
─ En mi defensa, la loca de tu hija fue la que empezó
─ De hecho, fue el inútil de Stevens. Mis razones eran justificables ─hace una mueca con sus manos
─ No me importan los motivos que te llevaron a avergonzarme públicamente, otra vez Megan ─eso debió doler.
─ ¿Disculpa? Tu te esforzaste en que nosotros dos nos conociéramos ─me mira apuntándome con el dedo mientras se justifica ante su madre.
─ Por primera vez desde que llegué estoy de acuerdo con la pequeña psicópata.
─ ¡Cállate! ─gritaron en unísono, como si hubieran planeado todo esto.
Empezaron a discutir de forma ligera, con problemas honestamente sencillos.
Deje de prestar atención en el momento en el que me callaron. Zona de chicas, ahí no me meto.─ Bueno ─suspira luego de unos amigables cinco minutos de una intensa charla madre e hija ─Empecemos de nuevo. Cinco, Megan y Megan, Cinco.
Sin gritos ni agresión de por medio, por voluntad propia de ambos dejamos las "diferencias" de lado y nos disponemos a enfrentarnos cara a cara a unos pasos del escritorio. Quedando uno en frente del otro.
Su mirada reflejaba tranquilidad y rendición. En serio estaba siendo, a su manera claro, un tanto amigable. Me limito a imitar sus acción y le extiendo una mano, para ahora sí presentarnos de manera formal.
Si bien eso no cambiaba el hecho de que hace unos minutos me haya noqueado, he de darle otra chance, por lo menos intercambiar palabras de vez en cuando.
Ella correspondió mí humilde gesto y extendió su mano para que en cuestión de segundos, ambas estuvieran juntas. Un casual estrecho de manos.
Puedo sentir como su mano es fría y a la vez pálida, por dicha descarga que le había generado el brazalete hace rato. Su piel indicaba que se había estado rascando, por el dolor supongo.
Si bien el momento fue corto, para mí fueron unos largos tres minutos. Solo ambas manos. Las mías cálidas y las de ellas frías, el combo perfecto. Su mano era suave y delicada, si bien me había percatado de que está muy bien entrenada por ende las manos son las herramientas que más debe usar a la hora de defenderse, estas las mantenía intactas y simplemente perfectas.
Poso mi mirada en sus manos y después me dirijo a ella, que había repetido mis movimientos hasta que nuestras miradas se cruzan.
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Hola :v amenme xd
qué les pareció este capítulo eheheh?!?
Bye :b
artsyapril ✌️
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Dear Five | Number Five | [#1] {PAUSADA}
FanfictionMe siento en la silla rígida de madera frente al escritorio del mismo material y saco todo lo que voy a necesitar: Papel y pluma. Posiblemente un sobre pero no creo que sea necesario, no ahora, no después de 728 días. Dudo mucho que me queden sobres...