5. Disparo CASI ejecutado

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El ambiente es tenso. Sus amigos observando atentamente en caso de que se me ocurra hacer alguna locura, él con su estúpida y embobada sonrisa; y yo agarrándolo con una mano el cuello de la camisa y con la otra apuntándole con el arma. 

— Repetí lo que acabas de decir — por millonésima vez le decía eso y se reía cada vez más, estaba colmando mi paciencia.

— Mira princesa, yo...

No lo dejo terminar de hablar cuando le disparo de una vez por todas en la pierna. Por mi hubiera sido en el abdomen, pero quiero que siga vivo para cuando le volviese a preguntar por Lila. 

 — Estás agotando mi paciencia, Stevens. ¿Me puedes decir de una puta vez que dijiste?— 

Sé perfectamente lo que había dicho, solo quiero escuchar que las palabras salgan, si se atreve, nuevamente de su boca. Por lo menos así tendré una excusa para la bala que iba a atravesar su cráneo. ¿Estaba exagerando? Probablemente. ¿Era necesario? Yo creo que si.

— Que tu hermana es una puta cínica —ríe y se revisa la herida de bala.

— Vaya, yo te creía estúpido, pero está vez me sorprendes —alzo las cejas y paso a recargar el arma.

— Que pena enana —dice el compañero de Stevens viendo cómo se me dificulta recargar dicha arma —No tienes balas—

Como siempre que trato de apresurarme a hacer algo, me doy cuenta de que estoy cargado el cartucho al revés. Recargo ahora si bien, y disparó al techo en señal de que tengo el arma cargada.

— Mierda — vuelve a decir Mackenzie el compañero de Stevens.

 — Stevens, te voy a decir dos cositas chiquitas  —me voy a acercando lentamente con el arma a un costado del cuerpo  —La primera: puede que no trabajes más aquí, lo que agradezco profundamente, pero mientras estés bajo este techo debes respetar a tus superiores y Lila es una de ellos — cae al piso y se arrastra para atrás, lo agarro de la camisa y lo doy vuelta en dónde estoy yo — Segunda: debería ser ilegal llevar ese corte de pelo, te hace ver más ridículo de lo normal — apuntó hacia su otra pierna para dejarlo de una vez por todas inmóvil.

 — ¡Estás loca! — exclama y se tapa la cara con sus brazos, que es en vano porque al fin y al cabo le iba a disparar en la pierna.

Todo pasa muy rápido. Estoy a punto de disparar el arma a su pierna intacta, pero siento como unos brazos me rodean la cintura y me alzan panza arriba provocando que le dispare al techo.

Cuando por fin la persona me baja de mala manera, me incorporo y miro hacía Stevens y compañía: ya no estaban.



Narra N.5:

Me encuentro realizando un acontecimiento del tiempo cuando de golpe escucho un disparo. Me sobresalto por el sonido poniéndome de pie y mirando hacía todos lados confundido. Parece que al resto no les sorprendida escuchar ruidos de armas a estas horas del día.

 — ¿Qué pasó fortachón? — dijo una voz anciana —Vuelve a tu asiento y a trabajar —dirijo mi mirada hacía la voz y veo que era un hombre de edad avanzada con anteojos.

— ¿No les sorprende en lo absoluto el sonido que acaban de escuchar?  —miro extrañado al ver como la mayoría niega con la cabeza. Algo anda mal.

Para cuando recupero la conciencia decido echar un vistazo de que todo estuviese bien, no quiero lamentar heridos.

Al final del corredor puedo ver una escena un tanto confusa a mí parecer: dos empleados alarmados en una esquina, otro en el piso ensangrentado; al parecer le habían disparado y a Megan con un arma apuntándole mientras hablaba con una sonrisa macabra. 

Puedo ver cómo recarga el arma para hacer un segundo disparo. Antes de que pudiera jalar el gatillo me teletransporto hacia ella y la tomó de la cintura para evitar que haga una locura.



Narra Megan:

— ¡¿Oye que te pasa?! - digo sin saber de quién se trataba. Una vez que volteo, era nada más ni nada menos que el raro de Cinco.

— ¡¿Porque hiciste eso?! Lo tenía justo en la bolsa - continuo y señaló al grupo de Stevens corriendo a lo lejos del corredor.

— Porqué perdiste los estribos  —dijo con obviedad mientras se acomodaba su diminuta corbata — eres una puta neurótica—

— ¿Cómo me llamaste?  —inclino mi cabeza a un lado mientras le apuntó levemente con el arma — dime neurótica otra vez o te.... — no me deja terminar la frase y réplica:

— ¿O qué? ¿Me vas a disparar como al incrédulo de Stevens?

— Soy capaz de eso y de mucho más

— ¿Me puedes explicar la causa de semejante espectáculo? — dice acercándose a mí para tener una linda charla que evitó inmediatamente

— No es de tu incumbencia. Me se cuidar lo suficientemente bien sola para que venga un chico y me diga de que soy capaz o no —pegó media vuelta y emprendo camino hacía el cuarto de Lila, por algún razón sentía que allí estaba. De repente, Cinco se teletransporta en frente mío y me apunta con uno de sus esqueléticos dedos.

— Tu no tienes idea de lo que he pasado — me mira a los ojos y con su dedo me golpea la cabeza. Este chico está comenzando (que digo comenzando, terminando) a irritarme.

— Y tú tampoco lo que yo pase, ¿O qué? ¿Crees que te tengo miedo? —lo analizó de arriba abajo con la mirada y las cejas levantadas.

— No sabes con quién te metes niña —se acerca cada vez más y me mira amenazante.

 — ¿Ah sí?

Me teletransporto detrás de él y dobló su brazo quedando este torcido en su espalda. Comienzo a hacer presión provocando que su espalda se eche para atrás y pueda ver su horrenda cara.


Narra N.5:

— Me estoy quedando sin aire  —insinuó que me deje salir, no por que no esté respirando, para así poder golpear de una buena vez su atroz cara.

— Que pena  —empieza a hablar—Pero mira el lado positivo... espera no lo hay —dijo sarcásticamente — En ese momento me di cuenta de que éramos similares en cuanto actitud y personalidad.

En un intento de escapar de su agarre término en el suelo provocado que me golpee la cabeza.

 ¿Quién eres? y espero escuchar únicamente la verdad

 — No te diré  —tenía miedo de que al decirle mi verdadera identidad pudiera buscar antecedentes de mi y mi familia y amenazar con hacerles daño. Eso nunca me lo perdonaría. Por eso declinó a su petición y me limito a mirarla con odio.

— Bueno, tengo todo el día  —dijo mientras hacia más y más presión en mi espalda — Porque yo nunca me doy por vencida — ahora entonó esto último un poco más desafiante.

  Entonces nos llevaremos muy bien  —murmuró a falta de aire. 

Puedo notar de reojo como se le escapó una leve sonrisa. Intencionalmente hago lo mismo, pero una vez que me doy cuenta de mi expresión cambio está por la típica fría y dura. 















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sorry por el diálogo tan seco y básico, no estaba tan inspirada

Grax por las 123 lecturas




bye :v 






















artsyapril 

Dear Five | Number Five | [#1] {PAUSADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora