32. ¿Otra vez la Línea 112?

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Cinco, Cinco, Cinco. ¿Quién más sinó?

Stevens para en secó y retirá su mano de la puerta con la cabeza gacha, yo en cambio abro los ojos cómo platos que solo el piso pudo admirar. Puedo jurar que se me puso la piel de gallina y el aire me empezaba a faltar en los pulmones.

Lentamente, levantó la vista hacia ella con súplica de que no atendiera el teléfono. Mi ceño no se podía fruncir más y mí boca exigía pronunciar una palabra.

—Porfavor.... -dije en un apenas audible susurro.

—Shhh... —se llevó un dedo a los labios y sin dejar de mirarme, contestó.

Levantaba el teléfono lentamente para verme sufrir y mientras lo hacía, reía en silencio. Ella y Stevens lo gozaban. El segundo solo apretó mí brazo cada vez que forcejeaba para soltarme de su retención, con el objetivo de caminar hacia ella y darle un puñetazo en la cara.

Después de lo que pareció una eternidad, contestó.

«¿Bueno?»

«¿Megan?»

La desesperación me segó y, en una oportunidad de descuido de Stevens, trate de gritar su nombre desgarrando así mis cuerdas vocales. Pero no había terminado de pronunciar la primera sílaba cuándo la robusta mano de Stevens fue a parar a mí boca callando mis múltiples intentos de gritar. Sentí que me faltaba el poco aire que me quedaba y, es que, Stevens estaba haciendo demasiada fuerza que si no la reducía iba a terminar matándome. Sin dejar de mirar a La Encargada, supo inmensamente lo que tenía que hacer así que asintió y me susurró al oído:

—Calladita te ves más bonita -me dijo en un tono bajo, mientras que las lágrimas brotaban si cesar, teniendo en cuenta que mantenía los ojos cerrados, aterrizando en los nudillos de Stevens.

Ahora que las aguas estaban más calmadas para ambos (ella y él) siguieron con la conversación.

«¿Megan eres tú?»

«"Oh, claro, Cinco. ¿Por qué dudas de mí?"»

«Mierda»

«Hola Cinco, ¿Cómo está todo?»

«¿Qué quieres?»

«Que renuncies a esta fantasía de una vez por todas, Cinco. No lo puedes evitar. Ni tú ni tu familia»

«Eso estará por verse supongo»

«Vamos, Cinco. No puedes hacer nada al respecto»

«Creo que no te concierne ya que no es por ti por el cual hice este llamado»

~Bien Cinco la cagaste~ pensé

«¿Ah no? ¿Acaso buscás a mí hija, Cinco?»

«Creí que ella dejo muy en claro que no era así»

«Pues creo que ella cambio de opinión»

Ahí estaba yo. Hecha un mar de lágrimas, eran más de falta de oxígeno que de frustración. La mano de Stevens empezaba horrible y mí lágrimas salían de a pequeños grupos. Pensaba en el hecho de que ella le suelte cualquier mierda y que peor, que Cinco le creyera.

«¿Enserio?»

¿Qué yo cómo escuchaba la conversación? Alta voz.

«Oh si. ¿Quieres hablar con ella?»

Dear Five | Number Five | [#1] {PAUSADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora