43. Reencuentro

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-Sin señales de Vanya.

-No está en las habitaciones.

-Tampoco está abajo.

Si, era definitivo. Vanya Hargreeves no había puesto un solo pie en la casa. Lo habrían notado, algo debía de estar roto o fuera de lugar.

-Bueno, me voy -les informó Diego a Klaus y Cinco, dejando dándoles una palmada en el hombro y yendo en dirección contraria por la segunda planta.

-Espera -dijo Cinco, con los ojos tan achicados como le era posible-. ¿Adónde vas? -Diego solo seguía caminando-. Vanya sigue por ahí, al igual que Hazel, Cha-Cha y Megan.

-Lo sé -Diego se dio vuelta-. Pero no me interesa a que esté jugando tu amiguita. Iré por mis cosas y luego me iré de aquí -reanudó su camino hacia las escaleras-. Tengo asuntos sin terminar con esos tontos.

Si de compromiso y responsabilidad de trataba, Klaus no sabía que esperar que su hermano. Claro, no le sorprendió cuando él los abandonó para buscar a un par de asesinos que estaban armados hasta los dientes.

Era increíble que alguien como era fuera su hermano, se decía Cinco. La inmadurez corría por las venas Hargreaves cuando era oportuno.

Klaus se disponía a irse, a algún lugar cerrado para estar tranquilo, cuando Cinco, tras reflexionar tres segundos, tuvo una secuencia rara de ideas.

-¿Papá dijo algo sobre el apocalipsis cuando hablaste con él? -por una vez, Klaus debía servir de algo-. ¿Alguna pista acerca de cómo pasó?

-Sin pistas -contestó, apoyado en el barandal-. Una increíble afeitada -vamos Klaus...-, pero sin pistas.

Cinco iba a descargarse en cualquier momento si Klaus no cooperaba. Él en cambio, sólo se apoyaba en la baranda y miraba esperando a que él descubriera algo.

Cinco caminó hasta el comienzo de las escaleras, dando crédito a sus oídos de lo que le relataba Klaus.

-Ahora que lo pienso, si menciono algo sobre mi potencial -decía mientras lo seguía escaleras abajo- y como apenas he arañado la superficie de mi...

Lo interrumpió la voz de Cinco.

-¿Cómo sabía sobre el apocalipsis?

-No sé, pero oye, toda tu cuestión de saltar por el tiempo, cómo... ¿Cómo sabías que podías hacerlo?

-No lo sabía -respondió Cinco, duramente una vez que llegaron a la planta baja-. Te darías cuenta si estuvieras sobrio.

-Oye, estoy sobrio -aunque no sonaba muy convencido-. He estado sobrio por dos... casi dos días, ahora.

-Sí, dos días -Cinco lo miraba arrogante, como si no se tragar una sola de sus palabras junto al umbral.

-Se sienten como cuarentena y cinco días.

Tres, dos, uno.

-¿A quién engañas, Klaus? Te he visto inquieto todo el día.

-Ambos luchamos contra las adiciones, entonces -lo enfrentó, acercándose a su figura.

-No soy adicto.

-Sí lo eres.

Si no conocieras a Klaus, te daría miedo que esté parado frente a ti con los ojos abiertos.

-Eres adicto a una droga llamada Megan.

-No.

-Primera señal -ahora si Klaus recordaba cosas-. Negación.

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⏰ Última actualización: May 03, 2021 ⏰

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Dear Five | Number Five | [#1] {PAUSADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora