19. De corazón a corazón

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Una vez que compruebo de lo que soy capaz en este lugar, a La Encargada se le ocurre la maravillosa idea de volverme a llevar a la maldita sala para presumir mí trabajo delante de todo en mundo. No me iba a resistir realmente, me gusta ser el centro de atención pero tampoco para tanto. Una vez adentro, comienza el show.

— Estoy segura de que han escuchado que el Sr.Cinco ha comprobado ser tan experto con la pluma como lo fue con la espada. —me acaricia la espalda mientras miro al resto del salón, mantenía mis manos guardadas en mis bolsillos y la cabeza en alto.

—Que su esfuerzo sirva como inspiración para todos ustedes. —se dirije al frente y enuncia para todos mientras Herb, el hombre a mis costados, me mira victorioso.

— ¡Herb! —grita lo que provoca el salto del hombre— ¿Cuánto llevas con el Lusitania? —parecía cansada cuando dijo eso.

— Bueno, veamos. —estaba nervioso y todos incluso yo, lo sabíamos pero claro, no le prestó atención, solo chequeo unos papeles por lo mientras— Yo...

— ¿Perdón?

— Cuando empecé... —iba a seguir pero es interrumpido.

— ¿Perdón? No te escucho. —Herb sigue balbuceando— Aún no te escucho.

Y cuando Herb se iba a excusar ante La Encargada, es salvado por la campana que más bien es algo así como una bocina que indicaba la hora del receso o el almuerzo.

Todos se levantan de sus asientos y se dirijen a la salida para su descanso, incluso La Encargada. Yo en cambio, me quedo mirando unas formas hasta que el resto se vaya así podré tomar la carpeta.

Herb antes de marcharse me mira, se abrocha la camisa y se va, paso de el pero el no de mí.

— Gene, antes de que vayas a almorzar... —es mí momento— Gutenberg parece estar reconsiderando la imprenta. —empieza a hablar con un hombre de alta estatura y calvo mientas se dirije a la salida.

Era mí oportunidad. Una vez que puedo ver qué se hayan ido todos por completo, cierro el portafolio y lo dejo sobre mí escritorio.

Me doy vuelta hacia el asiento de Dot para tomar la carpeta sobre el Apocalipsis y huir, pero por alguna razón no lo encontraba.

Comienzo a buscar bruscamente la carpeta por todas partes de su escritorio pero no está, alguien la tomo antes que yo.

— Varios indicios sugieren que, en el 2019, se señale una aparición presunta de... Chan Chan Chan: Número Cinco —una voz femenina me alerta detrás mío y se perfectamente quién es.

Narrador Omnisciente:

Al darse vuelta sin sorpresa, Cinco se ve con la ya dicha adolescente sentada sobre su escritorio con una pierna sobre la otra leyendo el archivo del apocalipsis que tanto buscaba Cinco.

El la miraba tanto entretenido como serio, no sabía cómo había llegado ahí, claro gracias a sus poderes pero nunca la había escuchado sentarse. Pero en fin, Megan había terminado de leer el archivo pero el honestamente no le prestó atención.

Ella en cambio solo se concentraba en leer para así llamar la atención del chico.

— Wow, Cinco... Que hiciste para que te odiarán tanto como para mandarte a un apocalipsis.

— ¿Que haces aquí?

— Doy mí ronda matinal ¿Qué tú no? —cierra el archivo y se baja del escritorio.

— Trabajando, y es muy importante que me des eso —se acerca para sacárselo pero esta con ambas manos lo resguarda en su espalda.

— Ah, ¿Enserio? Y puedo preguntar en qué  —la chica se acerca lo suficientemente a el chico como para quedar cara a cara a unos cinco centímetros de él.

Dear Five | Number Five | [#1] {PAUSADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora