Me sonrió y quise ayudarla con la silla pero ella no me dejó.
-Hola. –Sonreí- de nuevo.
Ella sonrió, y miró la rosa de papel que tenía en la mano. Luego miró hacia otro lado, como si se sintiera observada, y así era pero no lo había notado hasta que vi su rostro de incomodidad.
-Lo siento, si te incomoda podemos ir… -Me interrumpió
-No, está bien.Miré la rosa de papel mal hecha y se la extendí. Sentía la obligación de regalársela. Ella miró la rosa confundida, me sentí algo incómodo ya que creí que no la aceptaría. No sé cuándo fue que me percaté de que casi todo el tiempo sonrojaba. No lo hacía con esa razón, de hecho no hacía nada que la obligara a ruborizarse, o eso creo.
-¿Para mí? –Dijo halagada.
-Sí. –Sonreí.
-Liam… ¿enserio? –Preguntó suspicaz.
-Sí, enserio. –Solté una risita- ¿No me crees? –Quise sonar ofendido, pero me vi algo egocéntrico.Ella sonrió aún más, ya no era un rosa si no un rojo más fuerte el que cubría sus mejillas.
-¿La hiciste tú? –Dijo al tomarla. Sin querer rozó sus dedos con los míos, y ese contacto fue extraño.
-Sí, creí que saldría más bonita pero me vieron feo los meseros, seguro están molestos porque me acabé las servilletas. –Ella rio, mientras veía la flor- ¿Pedimos ya? –Pregunté antes de que a ambos se nos hiciera tarde.
-Sí… -Dijo mientras veía aun la flor.
-Puedes pedir lo que quieras. –me miró sorprendida-
-¿Enserio?
-Sí, enserio.
-A veces me pregunto porque haces tanto por mí, si soy una chica cualquiera que te encuentras en cada esquina.
-Por eso mismo, porque te encuentro en cada esquina. –sonreí-
-Gracias enserio. –Decía al tomar el menú, dejando la flor a un lado muy cerca de su mano.Pidió un filete con verduras, la especialidad del lugar e igual yo pedí lo mismo. El mesero se llevó los menús y nos dejó de nuevo solos.
-Liam, -Decía al tomar del sorbete de su bebida- ¿No estás saliendo con nadie?
No sé porque estaba esperando a que me preguntara eso, ya que temía preguntarle yo por aquel chico.
-No, no tengo tiempo de mantener una relación, al menos por ahora. ¿Tú sales con alguien? –ella hizo una mueca como incomodidad- Bueno, ¿Ni con el chico que estabas en el partido de fútbol?
-Es algo así como el chico que me gusta. Se llama Leonel Carpenta y Me fascina, -Suspiró- pero viajó hace poco y regresa mañana. Lo he extrañado toda la semana.
-¿Y no es tu novio?
-No, pero si yo le llegase a gustar tanto como él a mí, seguro sí.
-Seguro sí… -Renové
-Ojalá un día lo puedas conocer, sería útil de tu ayuda que un hombre me dijera más o menos como es el lenguaje corporal de otro.
-Te refieres a qué: ¿Quieres que vea si el chico gusta de ti?
-Es algo aniñado, lo sé. Pero si algún día se puede, sí. Pero no es obligatorio.
-No para nada… y claro, puedo ayudarte en algo.Claro, ayudar a la chica que me encontré en todos lados con su chico. ¡Súper casual y típico ayudar a las chicas que me encuentro! No seré egoísta, aunque no me gusta él para ella, igual si puedo la ayudaré.
-¿Y no has pensado en preguntarle?
-¿Qué si le gusto?
-Sí.
-Si lo he pensado, pero ¿Y si dice que no? Me dolerá muchísimo.
-Te entiendo… pero si no arriesgas no ganas.
-Lo intentaré, pero si sale mal… estaré devastada…
-No lo estarás, tal vez yo esté ahí para animarte o algo.
-¿Enserio? –Preguntó halagada.
-Sip. –SonreíSeguimos platicando. Mis pensamientos no se iban de ese chico, ¿Por qué tenía que estar enamorada de quién no hace nada por ella? Estoy seguro de que no ha hecho nada por ella, comenzando por tenerla en una nube y no darle nada a cambio de tanta dulzura junta en una joven.
Al terminar de comer, nos retiraron los platos, y casi se llevaban la flor que le hice. Creí que no se daría cuenta, pero accionó pidiendo la flor.-¡Ey! –le gritó al mesero. Él se detuvo y caminó de regreso-
-¿Sí? –preguntó aquel mesero.
-Mi flor. –La tomó del plato, y le sonrió- listo, gracias.
-Lo siento… -Dijo avergonzado y se alejó.
-No podía olvidarla. –Se dijo más para sí misma que para mí.Sentí un extraño sentimiento en el estómago, seguro era que me dio ternura que no quisiera deshacerse de la flor.
La acompañé a la tienda y se despidió de mí, yo la abracé y ella respondió.
Regresé al hotel olvidando que me encontraría con los chicos.
Esa misma noche tuvimos un programa al cual ir. Terminé cansado, fue terriblemente agotador pero siempre es un placer ver a las fans y a la gente que nos admira emocionarse al verlos.Día 13.
Al parecer nuestro vuelo saldrá en cinco días, las tormentas de lluvia están terribles. Iré a comprar los muebles que vi para la casa de mis padres, seguro la amarán.
La vi atendiendo a la gente, pero el chico estaba ahí con ella. Decidí no llegar a saludarla, eso podría ser después. Algo me decía que el chico era un patán terrible, pero si a ella le gustaba yo no podía advertirle, o creería que estoy loco. Ella le hablaba y hablaba y él miraba a otro lado, o al mismo suelo. Ella reía y él sólo sonreía. ¿Qué es eso? ¿Él chico no la quiere o así es de serio? Después de preguntarme tanto siempre me respondía mi misma conciencia “No te metas Liam, no hay espacio para terceras personas”
Tal vez el chico logró verme verlos, pero la verdad no me importaba. Estaba ya en los muebles cuando lo vi entrar. Sentía que me estaba siguiendo, pero seguro iba a comprar algo. Eso creí hasta que se acercó a hablarme. Mi guardaespaldas lo detuvo, y yo le pedí que me dejara ver que quería este chico.
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Can mend your broken heart? | l.p.
Fanfiction"... Eres la primera persona que me ha hecho sentir poderosa, aunque no tenga súper poderes. Me hacías sentir como reina y sin necesidad de tener un reino. ¿Quién en su cuento de amor no quisiera que su novio peleara por ella? No eres el chico malo...