Capítulo 18.

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Le respondí: 
“¿Estás en ___? Yo pensaba visitarte. Y por cierto, estoy bien smile emoticon opino que Leonel demostrará cuanto le importas visitando a tus padres.”

Bien, tal vez eso fue muy cruel, pero lo envié sin pensarlo.

Y me respondió:

“Ow, ¿Pensabas visitarme? ¡Tierno! Ojalá venga. Te contaré todo después xx”

Día 40.

Mi mamá me ha amonestado por estar desperdiciando tiempo, en vez de escribir en el cuaderno, me pongo a jugar videojuegos. Bueno… prefiero jugar, pero debo admitir que escribir cada día aquí es más relajante. 
Después de haber ido a comer, recibí un mensaje. ¡Era ___! Me pedía que la llamara cuando pudiera, pero lo que ella no sabía era que estaba desocupado en ese momento, así que le hablé. Estaba llorando, lo pude saber en su voz. Le temblaba y le costaba hablar. Peleó con Leonel. ¿Acaso no se da cuenta que la está lastimando? Todo fue rápido, al principio no quería contarme, pero yo la llamé para algo, y ese algo era para tener una conversación. Ella lo único que quería era distraerse, pero yo no la dejé porque quería saber el problema. Ese chico, ese patán de cuarta le ha engañado, lo ha pillado engañándola en su propio país. ¿Cómo tan rápido? No comprendo como este chico consigue a chicas más rápido que lo que un chico normal.

-¿Y qué estaban haciendo? –Le pregunté. 
-Se estaban besando. –Respondió con esa voz bajita que tenía cuando tenía miedo o estaba preocupada.
-¿Y qué hiciste? –Pregunté lleno de impotencia. 

Como claro está, no me cae nada bien ese tal, y menos con tanta cosa que le ha hecho.

-Nada. Sólo los vi, me rogó perdón y… -Dejó la frase al aire, mientras sollozaba.
-¿Lo perdonaste, cierto? –pregunté decepcionado
-Sí. –Comenzó a llorar más.

Suspiré, estaba decepcionado, molesto, impotente… Si no tuviera una imagen que cuidar, ya estuviera rompiéndole la cara, lo juro. Bueno, o al menos enseñándole a tratar a una mujer.

-¿Me odias, cierto? –Me preguntó entre sollozos. 
-¡Claro que no!, ¿Por qué dices eso?
-No sé… a lo mejor por ser tan estúpida.
-No lo eres, y mucho menos te odio. 
-Soy una tonta… -Se maldijo una y otra vez.
-¡Basta! No lo eres. Estás enamorada y se comprende. 

La verdad se comprende, pero ojalá recapacite para olvidarlo.
No podía seguir escuchándola triste, tuve que cambiarle de tema al instante. 
A través de los minutos, ella fue cambiando su voz. Sonaba divertida a lo que le platicaba, y me animaba muchísimo su risa nerviosa. 
Mi día estuvo terminado al tonarla mejor, escucharla mejor y sentirla mejor. Se despidió con un agradecimiento, pero ¿Qué va? No me interesa que me agradezca, eso está de más. Sólo quiero que sonría, y ese chico necesita algunas clases para tener novia, digo, si es que es un hombre de verdad. Me parece un cobarde, por ser un vividor.
Iré a Manchester a una entrevista con una revista británica, y al parecer nos tomarán fotografías. Después de todo, espero que ___ siga bien.

Día 41.

Hablé con Zayn por mucho tiempo, necesitaba contarle a alguien lo que acaba de pasarme con ___. Él opina en que tengo que abrirle los ojos, pero, ¿Cómo? Le digo, pero no escucha. Ya no quiero meterme más, pero ella sufre y eso me hace querer defenderla. Jamás creí que esa chica se hiciera tan importante para mí, y menos en tan poco tiempo.
En la noche me habló ella, estaba a punto de regresarse a los ángeles por sus pertenencias. Al parecer se regresaría a ____, dónde a mí me queda aún más lejos. ¿Qué haré? Necesito convencerla de que se quede en LA por un tiempo más, al menos hasta que abra los ojos, claro. 
Hoy sentí extraño. Le he hablado a mi madre de ___. Ella cree que estoy enamorado a como hablo de ella, pero no sé, no me siento enamorado. Me siento como su hermano mayor, claro, yo nunca tuve hermanos más chicos. Les dije eso a los chicos, y dijeron que así se empieza, primero uno se aferra a la cercanía del otro, comparándolo como mejor amigo o tal vez como parte de la familia. Tengo miedo a enamorarme de ella y no ser correspondido, siento que regreso al pasado, a donde nadie quería ni verme. 


Día 42. 

Creo que este día es tan importante como nunca. Le he hablado a ___ y de nuevo la he escuchado llorar. Si veo a ese tal Leonel juro que… Respira, inhala exhala… porque si no… ¡Lo mataba!, sin exagerar creo que si le gritaría algo, o le daría unos consejos de cómo tratar a una mujer. No me quiso contar respecto a lo sucedido, pero a como la escuché fue algo fuerte y no descansaré hasta ayudarla.
No soporto más. ¡Tengo la necesidad de ir a abrazarla! Lo juro. En este mismo momento iré por un boleto para Los Ángeles.

Tengo el vuelo a las seis, en unos aproximadamente cuarenta minutos. Tengo listo todo, ropa, pasaporte y algo de dinero. Al menos tengo algo que escribir estos días, así mi madre no se encrespa. 

Día 43.

Llegué a los Ángeles. Llegué al hotel y descansé. Estaba caminando por las calles del hotel y por suerte nadie me reconoció o eso creí yo. Nadie sabe que estoy aquí, pero cuando se enteren tal vez causen un vuelco. 
Llamé a ___ y no me contesta. Algo me dice que algo está pasando y no quiere decirme. No puedo imaginarme lo mejor, siempre me imagino lo peor, y siento que algo oculta. No sé, ojalá sea algo más sobre Leonel, y no algo físico. Como que esté embarazada y que esté abandonada por Leonel, porque no podré con tanto sufrimiento, si es que es que no quería un bebé a esta edad, si no, bueno, la apoyo pero… ¿Tan Joven? ¡Dios mío Liam! ¿Qué estás pensando?
Debo relajarme, estoy nervioso. Temo verla llorar, no quiero sentir lastima o menos tener la necesidad de regañarla como si fuese mi hija o algo así. Necesito verla sonreír… pero las necesidades de verla AHORA era increíblemente grande. 
Estoy afuera de su casa, llevo mi mochila conmigo, de tan nervioso que estoy olvidé dejarla en el hotel. 
Estiré la mano hacia el timbre de su departamento, y lo pensé varias veces. Hasta que lo hice. Tardó unos cinco minutos en abrir. Pero escuché su voz mormada diciendo algo en otro idioma, supongo español.
Abrió la puerta y la miré desconsolada. Sus ojos lindos y de un brillo especial estaban hinchados y se le veían muy pequeños. Su nariz estaba roja, sus mejillas húmedas y portaba una manta en sus hombros, cubriéndola toda. Tenía un short de pijama, y una camiseta blanca algo sucia como de aceite o algo, que portaba un 1 y una D con una bandera de Inglaterra. Si no me equivoco, era de “One Direction”; de nosotros. Al verme, noté cómo comprimió sus labios y se soltaba de nuevo a sollozar. Hundió su rostro en sus manos, y se quedó llorando frente a mí. Mi reacción fue abrazarla, mientras ella aún seguía llorando. ¿Qué está pasando?

Can mend your broken heart? | l.p.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora