-Eh… -Balbucee- escribo sobre… las cosas de mi día.
-Como un diario, ¿No?
-Sí. Algo así…
-¿Alguien lo ha leído?
-No, nadie.
-¿Por qué?
-Porque… no es interesante.
-A mí me gustaría leerlo… cuando lo termines.
-Con una condición. –La miré a los ojos.
-Oh, ¿Cuál? –Sonrió.Hice una pausa dramática. Miré mis pies, y luego la miré a ella. Vamos… dilo…
-Que estemos juntos para cuando lo termine.
Borró su sonrisa. Abrió sus ojos de par en par y claramente sonrojó.
-No juegues. –Me dijo cubriéndose el rostro con sus manos.
Solté una risita. No estaba jugando. ¿Cree que jugaría con eso? ¡NO!
-No, no es juego. –Sonreí.
-¿Ya estás listo? –Evadió el tema.
-Ya, ¿Nos vamos?
-Sí, creo… sí. –Balbuceó.Reí de nuevo. Estaba tan nerviosa… era mi culpa, yo la ponía así. Pero… eso significaba lo mismo que siento yo. Me quiere de alguna manera, sé que lucha por comprenderlo como yo lo hice hace tiempo. Seguro es Leonel quien abunda en su mente todavía, y teme arriesgarse a enamorarse de alguien más. Todos son así después de una ruptura, muchos creen que es mejor no enamorarse, yo digo es algo de la vida. Aunque no todo amor es bonito, yo sé que el que yo le tengo a ella lo es, es lo más sincero que yo puedo darle a alguien…
Subimos al taxi que nos llevó al estadio. Había bastantes personas. Recordé cuando la encontré ahí con Leonel…
Los boletos era en la mejor zona. Ella sabía qué parte escoger, supongo que es más que una aficionada al deporte. Me alegra, me enloquece… no sé por qué.
Nos sentamos mientras comenzaba el partido, ella tomaba de su bebida, callada mirando hacia el campo. Sé que estaba nerviosa, lo sé, yo también lo estaba.-Te voy a echar de menos, sinceramente. –Confesé.
-¿Enserio? –Me miró.
-Sí. –Confirmé.Jugaba con la pajilla. La miraba y sabía que ella intentaba decirme algo…
-Yo también lo haré. –Musitó.
-¿Enserio? –Sonreí.Asintió con la cabeza.
Vaya, me extrañará…
El partido comenzó, jamás la vi tan concentrada en algo como esta vez. Miraba el balón y de verdad estaba metida en el juego. En el primer gol, ambos nos levantamos emocionados y nos abrazamos, fue algo instantáneo, algo que… si no fuese porque no quería incomodarla, no la hubiese soltado jamás.
En el primer tiempo, Manchester iba ganando. Por suerte.
Nos sentamos, estaba haciendo algo de frío, pero ella no tenía. No sé porque sentí las ganas de mantenerla en fotografía. Saqué mi teléfono y le apunté.-¿Qué haces? –Tapó el teléfono con su mano.
-Te tomo una fotografía.
-¿Por qué? –Soltó una risita.
-Quiero tenerte en mi teléfono.
-Mejor tomémonos una foto… juntos.¡Sí! Oh no, sí, ¿Cómo no lo pensé?
-Bien. –Sonreí.
Se acercó a mi lado. Tomó el celular… ella quiso tomarla. Sonrió, y yo sonreí.
-Sales muy bonita. –Sonreí.
-No me gusta. Otra…Volvió a apuntarnos con el teléfono. Esta vez, salió aún más bonita.
-No sé, ¿Te gusta? –Me preguntó.
-¿Tú? Sí.Ruborizó.
-La foto, la foto Liam, la foto. –Dijo repetidas veces, debido a sus nervios.
-Sí, también. –Respondí entre risas.Volvió a cubrirse el rostro con sus manos.
-Lo siento, no puedo evitar decirte eso. –Me disculpé.
-Está bien. –Sonreía.
-Bien. Entonces, ¿Te gusta la foto? –Volví a preguntar-
-No, otra…Volvió a apuntarnos. Esta vez tomó algunas sin verlas.
-Espero una de esas esté bien. –Decía al abrir la carpeta de fotos.
-Me gustan todas.
-Me gusta esta. –Dijo al abrir una fotografía.Me encontraba viéndola en la fotografía. Ella salía sonriente, y yo mirándola. ¡Es que es hermosa! No quisiera dejar de mirarla nunca…
-¿Segura? –Le pregunté.
-Salimos guapos. –Sonrió.
-Lo somos. –Sonreí.Comenzó de nuevo el juego.
Me quedé sentado mientras ella se levantaba a mirar mejor el partido.
Sin que ella lo notase, le tomé fotografías. En todas lucía tan linda y concentrada… suerte la mía que no se dio cuenta.
Al terminar, Manchester ganó, y aunque no fuese su equipo preferido, estaba feliz por ello.
La multitud de personas nos invadió. Todos decidieron salir al mismo tiempo del estadio. Por un momento casi la pierdo de vista. Pero a mi sorpresa, me tomó de la mano…
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Can mend your broken heart? | l.p.
Fanfic"... Eres la primera persona que me ha hecho sentir poderosa, aunque no tenga súper poderes. Me hacías sentir como reina y sin necesidad de tener un reino. ¿Quién en su cuento de amor no quisiera que su novio peleara por ella? No eres el chico malo...