Can mend your broken heart? | l.p.

Capítulo 25.

Voltee, Era ___.
Mis manos intentaban zafar las de Leonel, pero estaban prensas a mí. Él la vio, y me soltó. Me pegó al auto con un empujón. 

-¿Qué es esto? –Preguntó él, reclamando. 
-Lo mismo me pregunté yo. –Respondí, cruzando los brazos. 
-¿Él sobre mí? –Comparó. 
-Él, el auto, el edificio, y hasta los bichos desagradables siempre irán sobre ti. 

Percibí dolor, y un llanto reprimido en su voz.

-¡Nomás llegó él y cambiaste! 
-Llegó él, y te reemplazó con facilidad. 

Estoy haciendo mal tercio, pero no podía hablar ya que de verdad era muy buena la pelea. 

-¡¿Me reemplazaste por minúsculas?!
-Te fuiste con mayúsculas, te despedí con puntos, y otro colocó el punto final. ¿Seguimos hablando de teoría española, o te vas por tu cuenta antes de que hable a la policía? Tú elige. 

Leonel me miró, y reprimiendo un golpe, tensó su puño.

-Peleemos. 
-Yo no soy de pelear. –Afirmé. 
-Marica. –Soltó con una risita irónica, y molesta.
-Me gusta hablar, así hablan las personas.
-¡Marica! –Gritó. 
-¡BASTA! –Gritó ella- vete ya.
-Boxeemos. –respondí valiente. 

¿Qué he dicho? ¿Boxear con él? ¡Hace mucho no lo hacía! Seguro me haría pudín de Liam en tres segundos, sin contar el decorado de las revistas dónde sale que soy un chico agresivo, y malo.
Sonrió tan como pirata, y aplastó su nariz. Luego limpió sus manos, y la estiró hacia conmigo.

-Trato. ¿Dónde y cuándo?
-Cuando gustes, en dónde gustes. 
-¿Qué? –Preguntó sorprendida- ¡¿Están locos?! No permitiré esto. 
-¡Déjame romperle la cara a este niño bonito! –gruñó Leonel. 
-¡No lo harás!
-Quiero tu nariz rota, y tus ojos negros. –Sonrió maliciosamente. 
-No lo harás Leonel.
-Tú, yo. Mañana a las ocho en el gimnasio del centro de “LA” no lleves seguridad.
-Acepto. –Le di la mano- 

Estrechamos la mano, y __ me miró molesta.
Con el dedo índice y el del corazón, hizo una despedida militar a ambos. Intentó darle un beso a __, y ella se quitó. 
Se alejó. Ella se cruzó de brazos y me miraba molesta.

-¿Eres Liam? –Preguntó asustada.
-Sí. ¿Qué pasa?
-¿Lo harás?
-Sí, ¿qué tiene?
-¿Y si te lastima?
-Que lo haga… 
-¡No! –Respondió con un grito ahogado. 
-¡Sí! –Sonreí. 
-¡No seas tonto! –Sus ojos se humedecieron- no quiero que te haga daño Liam. 
-No me hará daño, y si lo hace, no hay nada que no cure. 
-No cuentes conmigo mañana. –Respondió afligida.
-¡Ya he quedado! Soy bueno en el box.
-No cuentes conmigo… -Reiteró. Caminando hacia el edificio. 
-¡Lo lamento! Debe recibir una lección, y es la única forma en la que puedo golpearlo sin recibir castigos penales. –No me respondió- A mí me daría felicidad tenerte en compañía mañana… -Entró al edificio y no salió-

Regresé al hotel, pensando en mi rostro después de una semejante paliza. ¿Era más fuerte?: No sé. ¿Iba al gimnasio?: no tengo idea. 
Hablé con mamá, pero no le conté sobre mi encuentro con este chico el día de mañana. Era un simple torneo de box, ¿No? No era un rival que mereciera mi ira, pero por ___ era capaz de mucho, y sin darme cuenta hacía cosas que ni por mis amigos haría. 

Día 46.

¡Buenos días! ¡Malas noches! Puse un recordatorio para ver a Leonel en aquel GYM. No pensaba arrepentirme de romperle la cara.
Me duché, desayuné, y noté que tenía aún un hueco en el estómago, avistando mi miedo hacia el acontecimiento de en unas horas. ¿En qué me había metido?

“Pelearé con un chico esta noche… muero de miedo” textee a Zayn. 

“¿¡Qué has dicho?! ¿!En qué líos te has metido hermano?! ¿Con quién y por qué? ¿O debo de decir: por quién?” –respondió enseguida.
No respondí, y eso hizo que Zayn me llamara enseguida.

-¡Loco! ¿En qué te has metido? –Preguntó asombrado. 
-Pelearé con un… ex novio de ___. –Rio- ¡No es gracioso!
-Siquiera, ¿___ sabe?
-¡Sí!
-¿Está de acuerdo?
-No. No me habla… 
-¿Y qué harás?
-Pelearé. No puedo echarme de cabeza… es mi momento de romperle el rostro, y la boca que la besó. 
-¿Ah qué horas pelearás? 
-Ocho, ¿Por?