Capítulo 1

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Había pasado casi todo un año y en ese tiempo ocurrieron muchas cosas, puedo hacer un resumen, sí, mejor hacerlo así, puesto que iniciaré la historia tiempo después de que el accidente ocurriese. Valentina, es humana y por muy fuerte que fuese no podía estar pendiente de su pequeña y también de Juliana, por activa y por pasiva intentó apoyarla y ayudarla en todo, porque la amaba, pero lo ocurrido con Alex Vause, el tiempo no deja de pasar y no aparecía ningún donante compatible para la pequeña Julia, Juliana pareció entrar en un estado de depresión, simplemente no podía contar con ella de la misma forma que antes. No podía negar que se culpaba, su comportamiento en el último año derivó a que su matrimonio estuviese a punto de irse a la mierda. Vale que al final Alex le confesara en una carta que le habían estado drogando, eso no quitaba el hecho de que varias cosas pasaron por su cabeza incluso antes de que empezara a sentir los efectos de esa droga.

La desesperación, le llevó a tomar medidas, la primera, decidir sin contar con Juliana la posibilidad de tener otro hijo y para eso se vio obligada a pedir cita con el especialista. Llamó a la doctora Gadot, sabía que Juliana no confiaría en otra persona, aunque tuviese que pagar el traslado de la mujer, entendía que, aunque fuesen amigas, de algo tenía que vivir. En estos momentos creo que Valentina Carvajal pagaría lo que fuese, incluso entregaría toda su fortuna para que la salud de su familia regresase.

Juliana, estuvo una temporada casi imposible de tratar, no quería aceptar tampoco que se hubiese dado a la bebida, pero raro era el día en que no bebiese mínimo una cerveza a primera hora de la mañana. En un principio Valentina tuvo miedo, miedo que dé se volviese en una alcohólica malhumorada y su forma de ser cambiase, sin embargo, en ningún momento osó agredirla física o verbalmente, no le faltó el respeto en ningún momento, ni a ella y mucho menos a sus hijos, en cuanto el olor a cerveza en un principio es lo más molesto hasta que se toma por costumbre. Cuando lo peor pasó, cuando Juliana "aceptó" su ceguera y dejó de pelear para intentar adaptarse a su nuevo estilo de vida habló con Valentina una noche antes de dormir:

— Siempre he sido independiente, Valentina— ese comienzo le sorprendió, pues las conversaciones que habían mantenido siempre habían sido esquivas referente a lo que sentía— Aunque acepte o adapte a mi nueva situación, no dejaré de sentirme prisionera a esta oscuridad que me limita a caminar con un bastón o que mis manos ahora sean mis ojos

— Juliana

Intentó hablar Valentina:

— Déjame acabar— palpó por el edredón hasta que dio con el brazo de Valentina y la guio hasta hallar su mano izquierda, acto seguido la agarró— siento que te he decepcionado y he faltado al juramento que un día te hice, siento no haberte dicho que te quiero antes de decir adiós el otro día— Valentina no sabía si aquello era obra de Gadot o el alcohol— pero te quiero Valentina

Valentina cerró los ojos y se abrazó a Juliana, que en un principio reaccionó sobresaltándose, hasta que su cerebro asimiló lo ocurrido, acto seguido le devolvió el abrazo, mientras que escuchaba un susurro de Valentina en su oído:

— Yo también te quiero.

Después de eso no regresaron al sexo desenfrenado, ni recuperaron la relación que tenían antes y no me refiero a antes del accidente, más bien antes de que Julia enfermara o de que Valentina empezara a sucumbir a los efectos de las drogas que le echaban en el café y ahí es cuando entran Gadot o Carol.

El resto solo podían viajar a Los ángeles cuando sus vidas cotidianas o más bien sus vidas laborales se lo permitían, la mayoría ya tienen hijos y no lo tienen tan fácil o, mejor dicho, no tiene esa misma facilidad para viajar que una persona libre de esos cargos. Las únicas que podían hacer escapadas más asiduamente eran Catalina y Lizzie, otras veces lo hacían por trabajo.

Mi diablesa siempre viste de rojo (Juliantina G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora