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Febe realmente no tenía idea de que ropa empacar, JungKook no le había dado ni una remota pista de a donde irían a pasar el fin de semana

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Febe realmente no tenía idea de que ropa empacar, JungKook no le había dado ni una remota pista de a donde irían a pasar el fin de semana. Así que optó por confiar en su padre y tomar solo ropa casual con sólo dos conjuntos formales por si acaso. Febe aun estaba sorprendida de que alguien tan posesivo como su padre le estuviera permitiendo pasar un fin de semana fuera de casa y con un chico, un chico que le gustaba. Le llegaban a decir eso hace meses y Febe diría sin pensárselo dos veces que ese hombre no se trataba de su padre. No estaba segura si era el efecto Jeon o si el señor estaba dejando su confianza en ella y dándole alas por primera vez en cuanto a lo que una relación se tratara, tal vez era un poco de ambos. Aunque Febe nunca había tenido un novio antes, tampoco era como si JungKook fuera su novio ¿o si?

Sacudió su cabeza intentando sacudir todos sus pensamientos llenos de incertidumbre y echó la última ropa que había escogido en su maleta y acto seguido la cerró. Miró la hora en su teléfono, solo eran las 7:30 y Febe normalmente habría dormido hasta las 9 en puntos mientras un JungKook posiblemente la despertaría tirandosele encima en un intento de ahogarla con su peso, si pues ya lo había vivido antes. Pero esta vez no, esta vez estaba nerviosa y odiaba estarlo. Las cosas estaban cambiando, lo sabía y Febe no siempre era muy buena para afrontar el cambio. Era una mezcla de felicidad, adrenalina y miedo que lograban emborracharla desde temprano. Y joder odiaba siempre andardandole vueltas a todos. A vece sólo deseaba poder disfrutar del momento y...

—¡Febe el desayuno está listo! —gritó su padre desde la planta baja. Lo único bueno de hacerse despertado tan temprano era que su padre podía prepararle el desayuno ante de irse a trabajar.

—Me iré luego de que pase JungKook a recogerte, pedí permiso para llegar un poco tarde.

—Oh, eso estaría mucho mejor —le sonrió y se sentó frente a su padre para atacar su desayuno.

Había ese silencio, el incómodo y lleno de tensiones.

—Papá...

—Febe... —hablaron ambos al unísono— Empezaré yo.

Febe asintió cediéndole el permiso.

—No quiero hacer de esto un tema exagerado, menos ponerle un peso inecesario a la situación —hizo una pausa—. Sabes que siempre serás la pequeña de papá, pero solo tengo que aguantarme y dejarte ser. Lo sabía, desde la primera vez que vi a ese chico entrar por la puerta sabía que lo vería infinitas veces más y que sería el encargado de poner esa sonrisa en tus labios. Es un buen chico, te quiere, lo puedo notar, y si te soy sincero creo que la palabra 'querer' se queda corta cuando se trata de ti y JungKook. Toda esta charla barata que te debe de estar agobiando es para decirte que confío en ti y que estoy contento de que hayas encontrado a alguien como él.

Febe podía sentir como se aguaban sus ojos y notó que había dejado de masticar en ese momento. Se apresuró en tragar la comida y luego de tomar un poco  de jugo se atrevió a hablar.

Really? ᴶᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora