Para días después de que habían vuelto de aquel fin de semana Febe todavía se encontraba cada tanto pegando fotos en aquella pared de su habitación, fotos que JungKook le llevaba a diario a la escuela, muchas consistían de momentos en los que ella ni cuenta se daba y a pesar de que insistía en que hacía algunas muecas extrañas cuando se enajenaba del mundo o tenía aquella costumbre extrañaba de enredar un mechón en el dedo índice y acariciar el cabello sobrante con el pulgar por varios minutos, JungKook continuaba insistiendo que sus fotos naturales eran las que más le gustaban. Y Febe lo podía entender, también tenía la costumbre de sacarle fotos a JungKook cuando no estaba al tanto y podía mirarlas por horas que aquellas iban a ser sus fotos favoritas.
Había una foto justo al costado derecho de su librero encima de la silla con un uso ajeno al de sentarse, más bien para amontonar ropa, en la que ambos se besaban, de hecho la foto era totalmente oscura a excepción del flash que iluminaba directamente sus rostros. Febe todavía recordaba aquella única noche en la caravana, JungKook le había enseñado a tocar un poco la guitarra y Febe había leído su libro de poemas preferido en alta voz antes de irse a dormir.
Y claro que se sentía inquieta, era otro lugar alejados de su casa, ambos estaban solos y ya no eran amigos solamente. Por supuesto que tales pensamientos habían invadido su cabeza. Febe no pensaba darle tanto rodeo al tema, le había gustado que no hubiera cambiado mucho entre ellos con respecto a antes y que las cosas no pasaran en sí de una forma tan apresurada. Aunque sabía perfectamente que JungKook le hacía volar la cabeza un poco y a veces no pensaba con claridad. Pero por ahora, por el momento, sin JungKook en frente no era un tema primordial.
—Entonces no han tenido el delicioso.—¡Park Jimin!
Varios alumnos que pasaban por el parque de la escuela se detuvieron a mirar a Jungkook debido al alto tono repentino de su voz.
—¿Qué? Yo solo digo.
—Es que no tienes filtro. Más cuando es un tema ¿delicado?
—¿Por qué delicado?
—No hay un por qué así de por qué súper explicativo...
—Ve al punto.
—Febe no es cualquiera Jimin, recién tenemos dos semanas de novios y sí, entiendo perfectamente que llevamos ya muchos meses de conocernos y ser muy cercanos pero no lo sé no me siento en la necesidad de forzar nada.
—Entiendo... —Jimin asintió acomodándose en el banco— son muy lindos los dos, solo digo estas cosas para molestarlos.
—Cabrón, me haces pensar mucho con tus preguntas repentinas.
—Es la idea chikistrikis —el teléfono de Jimin en el bolsillo de su pantalón le indicó de un mensaje y cuando lo extrajo para verlo JungKook pudo notar que la expresión en su rostro había cambiado un poco.
—¿Ocurre algo?
—Oh no no, no te preocupes. ¿Aun no es el horario de Febe? —JungKook negó notando como había cambiado el tema a Febe, lo entendía, si Jimin no quería hablar por ahora, podía esperar.
—Tiene libre los dos primeros turnos, la veremos después del tercero si quieres pasar por su casa. Hoy no coincidimos.
—Oh, necesito resolver algunas cosas en casa, no me quedaré para luego del tercer turno. Les escribo más tarde en el grupo de whatsApp —Jimin se levantó alcanzó y su chaqueta, su mochila e hizo el amago de retirarse— Ya va a empezar el turno, me voy primero.
—Mmm, cuidate, hablamos luego.
Demasiado ido y serio para ser Park Jimin. Acomodó sus gafas y jugó con el piercing de su labio inferior entre sus dientes de camino a clases.
Para Febe el día estaba siendo una completa mierda. Había tenido que llegar a exponer un trabajo que ella había hecho en la madrugada anterior, trabajo que había mandando directamente por correo a su compañero de equipo, trabajo que el chico ni siquiera se había dignado a mirar, habían hecho una exposición horrible, porque si se trata de dos personas y que sólo uno hable mientras el otro solo divaga no se merecía ningún sobresaliente, la nota era en equipo lo que le ponía aun más furiosa, esas cosas no pasaran si se hubieran podido escoger a los compañeros de equipos, pero a la flaca estirada, con nariz de bruja que tenía como profesora parecía interesarle más humillar a sus estudiantes. Normalmente contaba hasta tres para relajarse, podía contar hasta mil y seguiría echando humos. Necesitaba a Jungkook, su voz, su tacto. Eso... piensa en JungKook.
En camino de vuelta a casa, sin JungKook, porque era miércoles y no coincidían, se sentía más relajada, audífonos puestos, miles de tareas en su bolso pero los audífonos estaban puestos. Para cuando dobló la esquina se detuvo en seco al observar a su padre hablar con alguien más. Febe habría dado algunos pasos para acercarse y saludar a su padre pero el señor Kim se inclinó sobre la mujer y plantó un beso en sus labios seguido de algunas sonrisas y un abrazo.
Su teléfono definitivamente hubiera golpeado el suelo si el cable de los audífonos no lo hubiera estado sosteniendo.
Nota de autora:
No hubo mucha interacción aquí entre Febe y JungKook pero hacían falta algunos detallitos ajskdkfkf. Además ambos tienen vida por separado ^^
Muchas gracias por leer.
sabjimin
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Really? ᴶᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏ
Ficção Adolescente-Febe eres más fría que los huevos de un pingüino. -Ja! Al menos no parezco un Nerd con perforaciones. Disculpa señorito Harry Potter con piercings. -¡Ya! ¡No te burles de mis lentes! No es mi culpa ser miope. -Moriras solo JungKook. -Voldemort se m...