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—¿Crees que podrías

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—¿Crees que podrías... mmm... si tu tal vez, bueno... no sé...

—¡Mierda JungKook, acaba de decirlo! —chilló Febe sintiéndose algo frustrada por la inseguridad de JungKook.

—Dejé mis lápices en mi casa, pero te juro que siempre los traigo, no creas que soy un mal estudiante, Jimin siempre es quien pierde mis lápices. Aunque hoy no ha sido el caso. Pero... —Un lapiz se adentró en su campo de visión y tuvo ganas de cubrirse con tierra.

—Ahí tienes.

—mmm, gracias oye y...

—¡¿Ahora qué?!

—¡Febe y Jeon fuera del turno!

—Pero... —Intentó excusarse la trigueña.

—¡Ahora!

Si las miradas matasen JungKook estaría tres metros bajo tierra. Al parecer Febe no era tan pasiva como parecía.

—Lo siento... —habló un JungKook cabizbajo una vez ambos estuvieron fuera de la clase. Febe se cruzó de brazos y dio un suspiro al aire haciendo mover su flequillo—. Eso me pasa por comer tantos dulces... —susurró JungKook aunque Febe había logrado oírlo.

—Si, escuché de JiMin que ayer habías ido al cumpleaños de tu sobrino de 6 años.

—Fue la bomba, yo era el mayor en la fiesta a excepción de los padres. Yo era algo así como el rey de la fiesta —habló JungKook con ego de superioridad.

—Y te comiste todos sus dulces.

—El azúcar me hace daño me pone muy hiperactivo.

—Ya lo noto.

—Oye pero si hubieras ido conmigo tu hubieras sido la reina de la fiesta —Febe sonrío antes las ocurrencias de JungKook.

—Hubiera sido divertido.

—¿En serio?

Y aquello bastó para que JungKook sonriera con malicia.

Y aquello bastó para que JungKook sonriera con malicia

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Really? ᴶᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora