Me había despertado en el momento en el que el sol empezaba a hacer su aparición estelar entre las ventanas del camarote.
Ronel me había llevado el desayuno y me había explicado que el Capitán estaba ocupado y que no podría hacer acto de presencia hasta que resolviera unos problemas. Ahora mismo, estaba apoyada en el cabecero de la cama, con varios libros de la estantería del Capitán que había escogido curiosear encima de ella.
Uno de ellos el que tenía en mis manos trataba sobre los diferentes reinos y sus reyes, en particular me centré en nuestro rey el cual gobernaba territorios como Mont Avall, Terra Vella y muchos más. Miraba fijamente la vestimenta de los soldados del reino, nunca me había llamado la atención, pero esta vez no pude dejar de pensar que tenían cierto parecido a aquellos hombres que acabaron con la vida de mi madre, no era el mismo traje, pero se asemejaba y eso me hacía desconfiar y dudar.
Antes de pasar a la siguiente página, escuché como se abría la puerta, miré hacia la puerta y vi al Capitán sacarse la gabardina y dejarla en una especie de perchero mientras se arremangaba la camisa blanca por los codos.
- ¿Qué has estado haciendo? - dijo, al ver el lio de libros que había, desparramados por la cama.
Pensé en mi respuesta y le dije la más sincera que tenía.
- Buscaba información.
- ¿Entre mis cosas? - dijo con una ceja alzada.
- Si yo te ayudo, tú me ayudas. ¿Recuerdas? - asintió- Pues tenía que averiguar más sobre escudos.
- ¿Escudos? Ahí no encontraras nada, pero los escudos importantes y autorizados por la ley, están en este libro.
Dijo acercándose y cogiendo uno de los libros que había en el montón. Me lo tendió y lo agarré.
- ¿Me explicaras en algún momento, que haces aquí o que buscas? - dijo mientras cogía el libro que había dejado abierto en la cama, el cual leía anteriormente.
Negué con la cabeza. Busqué entre las páginas del libro que me había tendido hasta encontrar nuestro reino, había todo tipo de escudos, pero el que buscaba no estaba ahí. Bufé y lo cerré.
- No piensa contarme que hace aquí ni que busca, ni me ha revelado su nombre. Tiene más información mía que yo de usted- dijo.
Era verdad. No quería que supiese nada de mí, lo pensé un poco. ¿Si le decía mi nombre tampoco pasaría nada, no?
- Me llamo Evelyn, Evelyn Tayder- dije estrechando la mano que me había tendido.
- Kilian Donsheba- respondió él.- Evelyn Tayder, vamos a comprar su vestido.
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Salimos del barco y después de seguir a Kilian por todo el puerto, llegamos a un pequeño comercio de vestidos de personas de la alta sociedad. Después de buscar y rebuscar un vestido para la gran fiesta que se celebraría en el palacio. Entré a el vestidor con cuatro vestidos uno de cada color y uno diferente al otro, al escoger cual llevaría, salí encaminándome donde había dejado al Capitán y le tendí el vestido para que pagara.
Si, el lo pagaría. ¿Por que al final el vestido era para su robo, no? Pues le tocaría echar sus monedas.
Al pagar volvimos por el puerto hacia el barco, él llevaba el vestido colgado en el hombro mientras caminábamos.
- ¿El plan es bueno, no? Digo, ¿no fallareis? La verdad es que no me quiero pudrir en la cárcel- dije.
Había estado pensándolo y me estaba jugando mucho con aquello. Pero yo ya había salido de Mont Avall sabiendo que yo venía a por todas, por mi madre y por todas aquellas mujeres a las que les habrán hecho lo mismo, pero desde la cárcel no podría cumplir tal venganza y eso era un problema, un gran problema.
- Soy El Capitán Donsheba. Claro que el plan esta perfecto, nunca fallo. No te preocupes- dijo con una sonrisa arrogante y altanera.
Estúpido pirata.
- ¿Has pensado en el favor? - dijo, guardando sus manos en los bolsillos del pantalón.
- Aún no estoy segura.
Y era verdad. Lo que ahora tenía en mis manos era el favor de un pirata, cualquier cosa que le pidiera la conseguiría. El favor de un pirata, no se conseguía todos los días. Por ello tenía que pensarlo bien. Pero ahora solo me preocuparía por una cosa, que el sábado toda saliese como esperábamos.
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Ardiente Venganza
Ficção GeralVi morir a mi madre, la vi arder en la hoguera. En silencio, sufriendo, pero en silencio. "Bruja", le habían gritado mientras ella estaba agonizando de dolor. Y a mí no me quedaba nada, solo una furia que ardía por salir, y lo haría. Vengaría lo que...