Capítulo 16: Unas buenas personas

4.5K 483 26
                                    

John me toco el hombro y por fin reaccioné, me giré hacia él.

- ¿Estás bien?

No, ahí estaba el barco del hombre que me dijo que la siguiente vez que me viese me mataría, pero gracias por tu preocupación.

- Si, es que he visto algo que me es muy familiar.

El asintió y seguimos hacia adelante pasando por al lado de la Joya Negra. Cerca de allí estaba su casa, cuando llegamos había dos mujeres en un sofá hablando animadamente, al escuchar la puerta, las dos se giraron en nuestra dirección.

Una de las chicas la rubia se levantó rápidamente y se tiró encima de John en un abrazo. La otra chica de pelo blanco con rasgos asiáticos, avanzo hacia donde estábamos, pero a una distancia prudente, con los brazos cruzados. Cuando la rubia se soltó, la otra le preguntó:

- ¿Qué haces aquí? Pensamos que hasta dentro de dos días no llegarías. ¿Las cosas salieron bien?

- Bueno... salieron lo mejor que pudieron. Mi tía no se dejó ayudar, pero mi primo la obligó a dejarme ayudarlos- contestó él.

- Me alegro entonces- dijo la rubia dando una palmada en el aire.

Entonces, las dos se giraron a mí y me escrutaron con la mirada.

- ¿Quién eres? - pregunto, la asiática.

Abrí la boca para contestar, pero respondió John entusiasmado.

- Nuestra nueva compañera de casa, se llama Evelyn Tayder.

Al acabar, la rubia soltó un pequeño gritito alegre. Y John y ella empezaron a ir al sofá contándose cosas entusiasmados. Sinceramente eran tal para cual esa alegría y energía no sé de dónde la sacaban. Delante mía tenia a la chica de pelo blanco.

- Nueva, ¿no? ¿Como os conocisteis? ¿Tienes trabajo? ¿Cuánto piensas pagar? ¿De dónde vienes?

Empezó a hacerme un interrogatorio al cual tuve que contestar con las mismas respuestas que le había dado a John. Cuando ya parecía que estaba satisfecha fue al sofá junto a los demás y la seguí sentándome.

- Mi nombre es Aria Dawson- me tendió la mano, la rubia, la cual estreché.

- Malia, me llamo Malia- dijo la otra chica.

Sonreí. Estuvieron toda la tarde contándome como hacían las cosas allí, también me explicaron muchas de las situaciones que habían pasado allí divertidas a las cuales no podía parar de reír al escucharlas.

Cuando se hizo de noche, salí a buscar la cena para hacerles un favor, aunque no fuese tan grande como el que ellos me estaban haciendo. Me dejarían estar allí aun sabiendo que de momento no podía pagarles, pero mientras que buscara un trabajo podía vivir allí.

Ellos me mandaron a una taberna del puerto que, hacia los mejores bocadillos de toda la ciudad, dicho por ellos claro. Cuando llegué a ella me senté en uno de los taburetes esperando mi pedido. Miré a mi alrededor la mayoría eran hombres barbudos y fuertes y había unas que otras mujeres bonitas a su alrededor. Entonces por instinto miré a una esquina y lo vi al Capitán Killian Donsheba con una chica bonita en su regazo mientras la besaba. Cerré los ojos y miré a otra dirección, me puse mi capucha para que no me reconociera y cuando me dieron mi pedido, salí de ahí corriendo casi.

Ardiente VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora