Capítulo 41

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Ginger
Despues de salir de gimnasio Brendan no había hablado, ni dicho nada mandón, ni regañarme por lo que sea. Estaba más callado de lo normal.

—Te sientes bien? —le pregunté. Habíamos caminado sin rumbo por 10 minutos, y mi estómago comenzaba a rugir. Me acostumbré a comer las 3 comidas del día. Tengo que volver como antes y solo comer una.

—Ponte la capucha. –dijo viendo al frente. Fruncí el ceño. —¿No me escuchaste? Ponte la capucha.

—Porque? Que pasa contigo?

—Hay personas que no tienen nada mejor que hacer con su vida y se dedican a espiar la vida de los demás. –volteé a ver por todos lados y vi la cara de algunas personas que estaban cerca, era como si hubieran visto un fantasma. También habían señores con cámaras a lo lejos.

—Hay muchas cosas que no me has contado Brendan Cooper.

—Pronto las sabrás. Aunque hay algunas cosas que prefiero que nadie las sepa.

—¿A donde vamos? –pregunte de nuevo, pero en voz baja, podía sentir la mirada de personas sobre nosotros y eso no me gustaba.

"Tienes idea de lo ridícula que te ves?" "No se tú, pero digo que deberías lanzarte a la carretera, a ver si algún auto quiere aplastar una rata"

Si yo muero, tu mueres conmigo. Así que no te empeñes en matarnos.

"Quien ha dicho que quiero matarte? Solo quiero torturarte"

O vaya que alivio.

"Alivio es el que voy a sentir cuando dejes de ser tan basura"

—Voy a tomar lo que es mío, y luego le daremos un pequeño regalito al imbécil de mi padre.

—Okey

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—Okey.... –dije no muy segura de lo que iba a pasar.

Algo que me di cuenta de Brendan es que tiene demasiada resistencia a cualquier tipo de dolor, o tortura. O al menos eso parace, porque en el internado no demostraba tantas emociones, y el dolor, no era una de las más comunes, y ahora llevamos cerca de una hora caminando bajo el sol de mediodía, sin desayuno, sin agua, sin descanso y sigo sin entender a dónde carajos estamos caminando. Lo único que se es que parecemos vagabundos caminando entre tantas mansiones que parecen castillos, y que toda esta situación me está sacando de quicio.

—¿A donde mierda vamos?

—Ya decía yo que estabas muy callada. —respondió Brendan deteniéndose en frente de la mansión más grande de todas las que pasamos.

—Me aguanté mucho tiempo, hubo mucho silencio, y cuando hay silencio las voces en mi cabeza son más fuertes, ¿¡Y sabes lo que dicen!? No, no lo sabes, todo el puto camino estuvieron atormentandome.

"Que linda, nos mencionó en voz alta, ya somos parte de la familia"

—¡¡Y siguen haciéndolo!! ¿¡Sabes lo torturante que es escuchar risas maquiavélicas a cada maldito segundo!? Vivo con una ansiedad constante, escuchar susurros que repiten lo basura que eres y que deberías matarte no es para nada lindo. –se me quedo viendo con la expresión seria y luego comenzó caminar hacia la gran entrada de la mansión y empezó a escalar las rejas, de una forma que se veía tan sencillo hacerlo. Cuando saltó al otro lado se me quedo viendo con una ceja alzada.

Two different worlds (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora