Capítulo 1

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Hay muchas formas de comenzar a contar una historia. Podría empezar razonablemente por el principio, pero eso involucraría a mis padres, y a los padres de ellos, a los padres de los padres de ellos, y años y años de generaciones. Podría comenzar contando alguna desgracia, y luego rebobinar al punto causante de esta. Pero resulta que la mayor parte de mi vida está llena de desgracias. Así que mejor prefiero iniciar por el día del cambio.

Él día en todo cambió. Ya sea para bien o para mal, pero desde ese día nada volvió a ser como antes...

Mi nombre? Soy Ginger.

Soy cómo soy
Uso el sarcasmo donde voy
Si no puedes tragarme.
Ahogate :D

Ginger
Otro día de mierda en una escuela de mierda, y mis ganas de tirarme por la azotea aumentan.
Entre al salón de clase de primera, como de costumbre.
Ni siquiera la profesora había llegado. Me senté en la esquina de atras del salón, ya que es la que menos llama la atención, llamar la atención es una de las cosas que más detesto en esta vida.
Me coloqué los audifonos y me dispuse a leer, después de un rato me distraje viendo las cicatrices que tenía en el brazo, me arrepentía enormemente por cada una de ellas.... Pero en este punto... Ya no sabía cómo detenerme...

—Hola. –dijo alguien a mi, pero sea quien sea, no me importaba. Mi círculo social era muy cerrado.

Mis libros y yo.

—Hola... –dijo de nuevo  moviendo su mano en frente de mi cara para que le prestara atención. –Idiota– pensé.

—Que quieres. —dije seca.

—¿Este asiento está ocupado? –dijo señalando al puesto de al lado.

—¿Ves a alguien ahí? –dije sarcástica.

—Pues... no. –respondió.

—Entonces, no había necesidad para interrumpirme con algo tan estúpido.

—Lo siento. Soy nuevo. –dijo sentándose.

—Ese no es mi problema. –balbuceé.

—¿Disculpa? –dijo.

—No nada, solo dije que como eres nuevo deberías sentarte al frente. –dije forzando una sonrisa.

—Okey. –dijo y se levantó para sentarse en los puestos de en frente. —soy Mycheal.

—Bien. –dije sin prestar mucha atención y seguí con lo mío.

Después llegaron el resto de los estudiantes algunos diciendo buenos días y saludando, otros simplemente entraban con cara de no haber dormido en días y otros con una mueca de asco al pisar el salón.

Las clases comenzaron como siempre la misma aburrida rutina de mierda.
Se llegó la hora del receso y como de costumbre solo fuí por una manzana para luego ir al patio y sentarme debajo de un árbol a dibujar. Todos mis dibujos expresaban como me sentía cada maldito día de mi existencia, eran sagrados, si alguien intentaba usmear en ellos, se llevaría un gran GRAN castigo.

...

Las semanas pasaron y el chico nuevo se hizo popular, él era amable y hablaba literalmente con todos en la escuela. Un asco totalmente. Yo era la excepción de esa ridícula burbuja de compañerismo fingido. Él lo había intentado, pero yo lo ignoraba. No me interesaba mucho aumentar mi lista social.

Un día en el receso mientras dibujaba y pequeñas lágrimas que no lograba retener caían por mis mejillas, gracias a que la situación se había puesto más difícil y volví a recaer en el mismo vicio de siempre, Mychael se acercó y se sentó al lado mío, con la intención de conversar, al mismo tiempo que  yo recogía mis cosas rápidamente y me levante dispuesta a irme, pero él sujeto mi brazo.

Two different worlds (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora