Capítulo 4

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Ginger
Un leve sonido en la puerta me desperto, fui a abrir y no había nadie, cuando me volteé a pocos centímetros de mi había una mujer despeinada, con ropa rasgada y manchas rojas en sus manos, atras de ella había un charco de sangre, y en el suelo había un niño.... –me puse pálida. Iba a vomitar. – mi hermano... la mujer me tomó del pelo y me acerco a la horrible escena.

—Esto es tú culpa. Querida. –decía una y otra vez, en un tono escalofriante.

—Solo tú culpa. –repetía a cada segundo. Luego me arrojo sobre el cuerpo inmobil de mi hermano –Solté un grito. Y comenzaban a agobiarme muchos susurros escalofriantes diciendo es tú culpa, tú culpa, solo tuya.

Comenzé a cubrirme desesperada la cara, con la esperanza de que se detuvieran, pero fue en vano. Miles de veces intenté gritar

No, no, no, no.

Pero la voz no me salía...

—Ginger... tranquila. –la voz de Mychael logró tranquilizarme, pero no evitó que me levantara gritando. —Fue solo una pesadilla.

—Fue horrible... –dije sollozando.

—Ya... pasó. Trata de tranquilizarte, necesitas dormir. —respire varias veces tratando de calmarme, pero me era imposible.
Sabía que no sería capaz de decirle que se quedara, mi orgullo, mi corazón y mi cerebro me lo impedían. Asi que lo mire directamente a los ojos, para que entendiera mi petición.

—Si quieres me puedo quedar aquí hasta que te duermas. –asentí. Me acomodé y antes de dormirme le dije.

—Tengo miedo, no solo de mañana, sino de muchas cosas...

—Tener miedo es normal, solo no debes darte por vencida, no te rindas sin nisiquiera intentarlo. –millones de recuerdos invadieron mi mente....

Mi hermano solía decir esa frase cada vez que yo no quería hacer algo.

Una última lágrima se resbalo por mi mejilla antes de lograr dormirme.

Al día siguiente  me levanté con unos leves toques en la puerta, al principio me asuste, porque temí que mi sueño se hicera realidad, pero la tierna voz de la mamá de Mychael fue lo siguiente despues de los toques.

—Buenos días cariño. El desayuno ya esta listo, si te sientes en condiciones de no ir a la escuela, esta bién.

—Gracias. –dije. –y... si voy a ir a la escuela, a pesar de todo, hay que seguir en la lucha. –que demonios me esta pasando. Hasta la mamá de Mychael se sorprendió por lo que dije.

—Perfecto, entonces te dejo para que te alistes. –dijo saliendo

Después de desayunar salimos de la casa y tomamos el autobús para ir a la escuela

Entre a la escuela tratando de lucir serena,  tratando de tragarme todos mis problemas y mantenerlos en el interior, estaba tan sumergida en mis pensamientos que choqué con alguien.

—Oh lo siento. –dije.

—No te preocupes. –dijo la "nerd" –eres nueva ¿verdad? –dijo acomodando sus lentes.

—La verdad... no. –respondí.

—¿Enserio?  ¿A que curso vas?

—Cuarto año –conteste tratando de calmarme, esta chica hace demasiadas preguntas.

—Ouh, nunca te he visto.

*a de ser porque siempre trato de pasar desapercibida, siempre visto de negro y traigo el pelo suelto, y hoy estoy tratando de fingir que todo esta bien vistiendo con jeans y un sueter rosado, y traigo el cabello amarrado en una coleta?*

—Mmm, nose como no me has visto, a lo mejor no hemos compartido ninguna clase. –dije

—Bueno... soy Mía, un gusto conocerte. –dijo tendiendo su mano.

—Soy Ginger. —mire su mano unos segundos antes de estrecharla.

—Vamos juntas al salón.–dijo con tanta emoción que me causaban nauseas.

—No es necesario, yo... —justo en ese momento paso Mychael y su grupito de "los populares"

—En que quedamos –me susurró Mychael antes de pasar de largo.

—Bién... vamos al salón. –dije caminando.

—Es tan lindo. –dijo Mía mirando hacia el grupo de Mychael. Creo que voy a vomitar.

—¿El que? –pregunté.

—Maverick Baker –dijo soltando un suspiro. –es perfecto.

—Aja... –volteé a verlo. –no tienes oportunidad. –solté. –quiero decir, deberías mantenerte alejada de ellos, Maverick tiene cara de ser...

—Perfecto? –respondió Mía

—Mujeriego. –la corregí.

—¿Lo conoces?

—No pero...

—Exacto, mejor vamos a clase. —me interrumpió

—Te puede hacer daño. –levanté las manos rindiendome.

De camino al salón unos chicos se estrellaron conmigo apropósito y me hicieron tirar todos mis libros que lleva en las manos.
Tomé una respiración profunda, y traté de hacer una sonrisa mientras recogía mis libros.

—Fíjate por donde vas loca. –me dijo uno.

—¿Que acaso no nos viste? ¿Hoy te tomaste tus pastillas? –dijo burlandose el otro.

Tomé otra respiración profunda, no deben ver que afectan en mí. Recogí mis libros y los mire directamente.

—Creo que el que debería tomar pastillas debe ser otro, para poder ver bien la realidad. –le dije, y con mi orgullo en alto entre al salón.

Las clases pasaron igual de aburridas como siempre, hasta que se llego la última hora antes del receso.
Comencé a sentir un ardor en el estómago que subía hasta mi garganta, sentí que me comensaba a poner pálida. Me revolví en el asiento tratando de que el dolor se fuera, pero lo que conseguí fue que me dieran ganas de vomitar.

Tenía que pedir permiso para salir, pero temía vomitar en la cara del profesor.
Estaba sudando frío, Mychael estaba a solo un asiento de mi, agarré un pedazo de papel y lo hice bolita, se lo lancé y logre pegarle en el cuello, automáticamente se volteo como la niña del exorsista, y me miro confundido, hasta que analizo mi rostro y se dió cuenta que no estaba bién.

—Demonios. —susurró. Le hizo señas a dos de sus amigos para que distrajeran al profesor y poder salir.

Los dos chicos se colocaron alrededor del pupitre cubriendo la vista del profesor hacia la puerta.

—Vamos. —me alentó Mychael para salir del salón. Cada vez me sentía peor.

Ya en el pasillo salí corriendo directo a los baños, entré y me encerré en un cubículo. Me puse a horcadas en el inodoro y boté todo.
Salí del cubículo al lavabo, me lavé la cara y me enjuague la boca. Me miré en el espejo y estaba más pálida de lo que pensaba. Sentí un mareo. Me apoye en el lavabo, minutos después Mychael entro en el baño.

—Wou. –dijo al verme. —estás horrible.

—Oh gracias, no lo sabía. –dije sarcásticamente. Luego sentí un ardor en mi garganta, me estaba palpitando.

—Necesitas ir a la enfermería... o al doctor. –dijo acercandose.

Traté de estabilizarme y tambaleandomé llegue hasta él.

—Escucha. –dije para que me viera directamente a los ojos. —Si... –todo estaba dando vueltas. —Si... me... —todo se estaba volviéndo muy borroso. —Si... me... desmayo... no me lleves al doctor.... estaré bien... –dije arrastrando las palabras. Y luego... todo se torno negro
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Sehh, sorry por no actualizar seguido, he estado MUY ocupada, y ahora con el 👑🦠 los profesores me han dejado muuucha tarea, pero trataré de actualizar más seguido😅
Gracias por leer y tenerme paciencia❤

Bye💫
Cuidense del coronavirus 😊

Two different worlds (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora