Maneras de cuidar una flor

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¿Te gustan las flores? Ya sabes, a muchos nos gustan, ya sean por su bellos colores al brillar contra la resplandeciente luz del sol o esos aromas que invaden el ambiente con tan exquisitos perfumes que nunca podríamos igualar. Hay personas a las que nos gustan las flores, pero hay personas que son como flores.

Yeosang era como una flor. Brillante ante la luz y delicado como cuando el viento sopla levemente sobre sus pétalos.

Él mismo amaba las flores, desde que era un pequeño príncipe le había gustado observarlas y admirar su peculiar belleza.

Ese día Yeosang era un manojo de nervios, la noche anterior había tenido la cena con Yunho y Mingi y a juzgar por el rostro serio del heredero Jeong, San no había estado mejor.

- No se me han dado noticias sobre el estado de San - le había dicho Soobin esa mañana durante su solitario desayuno.

Se había acostumbrado demasiado a la compañía de San, ahora su mundo volvía a ser silencioso y lleno de aburrimiento.

Se sentía en parte culpable por el mal estado del cambia formas, pensaba en tantas veces que pudo haber evitado que San usara magia y que eso le pudo haber servido para estar en un mejor estado.

Ahora caminaba hasta los jardines reales, no había hablado con los chicos sobre ese plan del cual era parte pero no tenía idea, él tenía su propio plan, claro estaba, pero necesitaba ayuda de los chicos. Aún no sabía si ellos sabían sobre que Yunho era el ángel o si su plan tenía en cuenta al pueblo y a las tres inocentes bajo de ese palacio en las catacumbas.

Sin dudas necesitaba comenzar actuar si no quería morir de solo sobre pensar todo.

Aún cuando respiró el aire fresco de los jardines que tanto le daban tranquilidad se sentía encerrado, como si sus muñecas se encontraran atadas de por vida a unas cadenas que arrastraba en cada paso que daba, se sentía una flor en una pequeña maceta que ya no le dejaba estirar más sus raíces.

Comenzó a caminar por el pequeño bosque que había, veía las hojas moverse a causa de la ligera brisa que llegaba de repente y se entretenía viendo a la luz colarse entre esas mismas hojas queriendo llegar al césped. Aunque le gustaran las plantas, odiaba la manera en la que todo estaba recortado y sembrado en lugares específicos para que se mantuviera la decoración del jardín. Yeosang pensaba que todo se vería más lindo si solo dejaran a las flores tomar la tierra y expandirse todo lo que pudieran.

Detrás de él escuchó pasos y rápidamente se escondió detrás de uno de los arboles, se había asegurado que nadie lo siguiera y Soobin tenía la orden de esperar a que termine su paseo y no interrumpir.

- Apenas pueda voy a... - escuchó esa conocida voz acercarse - agh ni siquiera sé qué estoy diciendo.

- ¿Jongho? - preguntó en voz baja.

Los pasos se dejaron de escuchar, lo había escuchado.

Salió de donde se encontraba y caminó por donde había escuchado la voz, de igual manera escuchó los pasos caminar lentamente. Como si ambos caminaran sin miedo sobre una cuerda floja para poder encontrarse.

Cuando el príncipe pudo observar el rostro de Jongho a unos pocos pasos de él se detuvo, ambos lo hicieron.

Jongho tenía miedo de cualquier movimiento que pudiera hacer y Yeosang simplemente estaba pensando demasiado, nunca pensó tener esa situación de sentir que el tiempo se paralizaba, le parecía una ocurrencia que solo había leído en las historias de amor en esos viejos libros que había encontrado y que disfrutaba leer en su aburrimiento.

- Yeosang - escuchó decir al menor en un tono tan bajo que no supo si era el mismo viento el que susurraba su nombre.

El príncipe en ese momento reaccionó, caminó rápidamente hacia el soldado y lo abrazó como si le rogara a la misma muerte que no se llevara su vida.

Secrets And Lies - ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora