En la boca del lobo

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Nadie.

No había nadie en esa habitación.

Wooyoung llegó abriendo la puerta con rapidez para poder contradecir a su mente y convencerse de que San estaría ahí, sin enterarse de mucho de lo que estaba pasando al otro lado del palacio, pero no, San no estaba ahí y eso solo hacía que la idea del traidor llegara a su mente con más fuerza.

La habitación estaba desierta, solo una brisa que entraba con fuerza de la ventana y hacía a las largas cortinas moverse fue que rompió el silencio en el que estaba el lugar.

- ¿Por qué está abierta? - preguntó para si mismo en un susurro pues el silencio del lugar no le agrada para nada.

Se acercó a la gran ventana para abrir las cortinas con rapidez y ver el caos que se desarrollaba en una de las alas del palacio, pero sus ojos lo llevaron hacia un lugar con grandes ventanas y que parecía que se estaba incendiando por dentro. 

- ¿Mingi? - Preguntó para si mismo.

[...]

Había salido volando ante uno de los golpes de San, y es que no eran solo las azules llamas de los brazos de San, era esa fuerza gigantesca lo que lo tenía medio muerto. Se mordió la lengua hasta el punto de hacerla sangrar para evitar desmayarse por la cantidad de golpes que estaba recibiendo.

Apenas y podía esquivar o correr algunos cuantos metros lejos de San pues su velocidad y nivel de reacción eran físicamente imposibles. Su magia estaba en el tope, su energía se encontraba llena y con eso su poder, no sabía porqué lo desconocía ni cuál era su meta más que destrozarle el rostro.

¿Y él? Estaba en su límite, su fuerza física no se comparaba con todo el poder mágico de San. Sentía la sangre en su boca y su abdomen ardiendo, supuso que no sentía el dolor gracias a la adrenalina de sus sentidos, pues estos estaban totalmente activados, atentos ante cualquier golpe y movimiento de su oponente.

Este tipo apenas está lastimado.

En su rostro no se ve dolor aún cuando mi último golpe fue en su estómago.

Sus golpes no son muy complejos pero eso se recompensa con la fuerza que da en cada golpe.

No ha usado su magia para nada más que la velocidad, la fuerza y las llamas de sus manos.

Debo reaccionar rápido para poder esquivar y adivinar sus golpes.

No está acostumbrado a estar con todo su poder, por eso no hace demasiados trucos.

Y esta maldita temperatura no se va de mi cuerpo.

Mingi notó que las llamas de las manos de San desaparecieron, el chico que quedaba quieto mientras caminaba unos pasos lejos de él.

¿Qué...?

- El cuento dice que tú te lo quieres llevar lejos - San creó llamas azules en toda su mano, listo para atacar de nuevo al pelirrojo - no quieres que se lastime.

- San, solo quiero el bien de todos - le dijo Mingi dando una vuelta en su posición, se encontraba justo delante de una ventana - es solo una historia, una de muchas, no es literal.

- Tú sí eres literal - sus ojos se volvieron amarillos - lo necesitas para vivir.

- Lo quiero vivo.

- Pero Yunho se debe lastimar para vencer el mal - las llamas se hacían más y más grandes - ¡Y tú lo quieres lejos de su cuento!

Mingi vio que lo que estaba controlando a San era su enojo, un enojo provocado. Si San seguía aumentando su poder no le quedaba de otra que saltar por esa ventana y rezar a no estar en un piso tan alto que lo llegue a matar.

Secrets And Lies - ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora