Gato travieso

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Las calles se encontraban más ruidosas que de costumbre, todo el país celebraba el cumpleaños del príncipe. Algunos se las pasaban en cantinas dando brindis o pasando el rato, las familias junto a sus niños encendían linternas con deseos escritos para el príncipe.

Mientras que en esa cálida noche de verano...

Yunho caminaba por las calles en busca de algo barato para comer, el pequeño gato caminaba a su lado para no perderse.

- ¿Ves algo que te guste? - preguntó Yunho fingiendo desinterés.

San, en su forma de gato, negó con la cabeza.

- Avísame si ves algo que te guste, podemos comprarlo el mes que viene - mencionó el alto.

Yunho sabía que se acercaba el cumpleaños de San y quería darle su primer regalo de cumpleaños ya que desde que lo conoció no pudo darle nada y se imaginaba que nadie le había dado algo a San antes.

Se acercaron a un puesto de pan donde estaba más barato que en los demás pero curiosamente no había nadie comprando.

- Buenas noches - saludó Yunho al vendedor - deme dos - dijo mientras señalaba un tipo de pan en específico.

En vendedor envolvió dos panes en una hoja de papel marrón.

- Aquí tiene joven - se los entregó - serían 10 monedas.

- Un momento - sacó las monedas del bolso de tela blanca que siempre llevaba con él- gracias.

Pagó y guardó el pan en el bolso para continuar caminando.

Sintió un peso en su hombro pero sabía que era San quien se había parado ahí para no caminar.

- Que perezoso eres - se quejó y el gato solo ronroneó en respuesta.

Yunho siguió caminando hacía la que llamaban su cueva, en realidad le decían así a cada lugar donde se quedaban, el camino se hacia más oscuro y con menos gente y ruido.

La luna seguía hermosa como la noche anterior y la aurora seguía brillando en el oscuro cielo, le sorprendía que nadie hablara de ella, que de seguro sería noticia en la otra nación.

Iba caminando con un San dormido entre sus brazos, cuando de repente escuchó unos sollozos bastantes chillones, a lo que supuso debía ser algún niño, pero grande fue su sorpresa al ver a un joven llorando mientras abrazaba sus piernas y escondía su rostro.

El rubio se debatió entre acercarse o no. No quería ser entrometido ni mucho menos molestar pero su espíritu curioso le decía que se acerque, total ¿qué podía pasar?

El alto se acercó y se agachó de cuclillas frente al chico, quien levantó la mirada al sentir alguien frente suyo.

- No... no me hagas daño, por favor - pidió mirando a Yunho con miedo.

Yunho se sorprendió.

- No, no, nunca - respondió enseguida con voz tranquila - es solo que... bueno, estás aquí, llorando y pensé si... podía ayudar.

El chico desvió la vista de Yunho.

- No, no puedes ayudar - volvió a derramar lágrimas - nadie puede ayudar...

Yunho no sabía qué hacer, no quería irse y dejar al chico en la peligrosa noche y quedarse con el miedo de que le pasara algo por su culpa.

- Lo siento San - susurró al gato dormido entre sus brazos antes de regresar a hablarle al chico - ¿Tienes dónde quedarte?

El chico lo miró durante unos segundo antes de contestar.

- Eso no es de tu importancia...

- Eso es un no, ¿cierto? - contestó - mira, sé que no tienes razones para confiar en mí pero te puedo dar techo por esta noche... sin nada a cambio.

Secrets And Lies - ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora