Flores danzantes

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Una gigante fogata se encontraba en el centro de todo, iluminando la noche con su caliente y roja luz mientras que algunas personas tocaban música. Una música que Yeosang nunca había escuchado, con instrumentos que nunca había visto pero que extrañamente le gustaba, era música alegre que le causaban ganas de bailar.

Era un sentimiento de alegría y optimismo en medio de una fría noche de desierto, un abrazo en una caída, algo así lo sentía.

Hombres y mujeres cantaban con melodiosa voz mientras que todos bailaban alrededor de la fogata un baile a la par, como si todos conocieran ese baile desde siempre. Cantaban alto y claro mientras sonreían.

El príncipe se sentía como si estuviera en familia.

- ¿Conoce el baile su alteza? - preguntó Jongmi con su tierna sonrisa.

- Lamentablemente no, de hecho, nunca lo había presenciado - dijo mientras miraba maravillado la sincronía de las personas mientras bailaban felices.

Era un baile rápido y con pasos que parecían difíciles pero repetitivos. Mantenían sus manos en la cintura y solo los levantaban para enganchar su brazo con el de su acompañante y seguir bailando.

- ¡Eso no puede ser! - exclamó Jongsa con sorpresa - le debemos enseñar inmediatamente.

Ambas cumpleañeras comenzaron a mostrarle con pasos lentos como era que se bailaba, los pies eran los que más se movían mientras las manos se dejaban en la cintura, tenías que cambiar de pareja durante el baile y entre más pase la canción más rápido debías bailar.

- Creo... creo que puedo intentarlo - dijo Yeosang con confianza.

- Señor... Yeosang, ¿estás seguro? - Jongho no quería que las personas descubrieran al príncipe.

Yeosang llevaba pequeñas flores en su cabello que resaltaban gracias al color rubio de este, su piel estaba maquillada con pequeñas flores y brillos en sus mejillas mientras que su marca de nacimiento debajo del ojo había sido convertida en la flor más grande. Llevaba pantalones negros y un una camisa holgada con tela delgada y más grande que él, de color marfil con un listón en el cuello de la camisa que se volvía un moño caído.

- Claro, no puede ser tan difícil - dijo cada vez más convencido - deberías bailar conmigo.

El menor en verdad estaba preocupado, ya no sabía si esto era una búsqueda de Wooyoung o un tour turístico.
Pero con cada acto del príncipe se sentía más encantado que nunca, llegó a pensar que ese era el encanto de este, ser totalmente hermoso con cualquier acción que realizara.

- Bien, como quieras - Jongho de por si no era gran fan de bailar, sabía cómo era el baile pero no le llamaba la atención.

Ambos se dirigieron hacía las personas bailando y comenzaron a bailar, la canción iba lenta pero Yeosang se sentía emocionado y ansioso al esperar que vaya rápido.
Tenía una sonrisa en el rostro que no podía quitar aunque quisiera, se sentía feliz de sobremanera.

La música se iba poniendo cada vez más rápida, en ese paso del baile debías enganchar tu brazo con el de tu pareja, alzar el otro y comenzar a dar vueltas mientras hacían el paso repetitivo con los pies.
Después de eso tenías que volver a enganchar tu brazo libre con la persona a tu derecha mientras que tu compañero lo hacía hacía su derecha y así hasta llegar de nuevo con tu pareja.
Yeosang bailaba feliz mientras enganchaba su brazo y bailaba la música cada vez más rápida.

En sus ojos se reflejaba el rojo fuego de la fogata, su sonrisa, blanca y brillante cual cuarzo, se mostraba en todo su rostro con alegría. El príncipe se mostraba radiante de felicidad y emoción a los ojos de Jongho quien ni siquiera se fijaba con quiénes bailaba por estar viendo al príncipe.

Secrets And Lies - ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora