Olvidar la vida

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Sus manos sudaban y su conciencia hacía que diera vueltas y vueltas al mismo tema.

"No necesitamos nada en la vida... ni siquiera la vida"

Se recordaba diciéndole a Jongho, ahora sentía el peso de sus palabras. Y sí, tal vez ya se sentía tan vacío que su propia vida no le parecía tan importante, no encontraba otra razón para haber entrado a ese problema en el que ahora se encontraba porque cualquier persona con un poco de sentido común y aprecio por su vida no hubiera entrado.
Pero había una vida que sí le importaba y eso era justo por lo que estaba sufriendo, Hongjoong estaba a nada de entregar gran parte de su energía a San, iba a colapsar, lo sabía, San estaba tan necesitado de energía que Hongjoong quedaría sin nada, débil e indefenso.

Ya era media noche, su habitación se encontraba en penumbras poco iluminadas por esa gigante luna llena que se asomaba por la ventana, Jongho le había dicho que iría a la ceremonia por si ocurría algo, más nunca le interrogó el porqué había decidido no ir, tal vez era muy obvio con sus razones pero es que se le hacía imposible pensar con cordura y disipar esos pensamientos que lo acechaban al saber que Hongjoong iba a salir lastimado. Porque le dolía el solo pensar que la única vida que amaba iba a salir mal, tan marchito como una rosa en invierno, con falta de color y energía, solo ahí, hasta que toda el agua en su interior se congelará y sus pétalos se volvieran tan delicados como el polvo.

Ahora se encontraba en una batalla con si mismo, teniendo en claro qué es lo que quería y lo que debía hacer. "Que no haya sentimiento en el combate" le dijo su padre alguna vez, pero ¿qué pasa cuando el combate es consigo mismo?
Caminaba a paso rápido mientras arreglaba la manga de su camisa, sentía la respiración agitada de su alterado ritmo cardíaco y podía jurar que sentía desesperación, aún no era hora de la ceremonia pero el solo hecho de pensar en lo que estaba a punto de hacer lo hacía tener ese sentimiento que no le gustaba para nada, miedo.

Miedo, el primer sentimiento que tuvo ante la guerra.

Seonghwa nunca se vio en algo así, realmente no se vio en muchas ocasiones. Había cambiado tantas veces en su vida que en algún punto no lograba reconocer a quién miraba reflejado en el espejo.

Justo cuando estaba por doblar en el pasillo se encontró con una sombra que vagaba igual que él, cubierto con una capa de color negro que lograba llegar hasta sus talones y pasos rápidos que no se detenían.

- Si intentas que nadie te encuentre será mejor que también mires a tu espalda - dijo llamando la atención de esa persona nocturna que al igual que él, sus pensamientos lo hacían divagar.

Aquella persona se detuvo y giró lentamente para verlo, bajó el gorro que cubría su mirar y dejó sus rubios cabellos mostrarse ante los ojos del otro.

- No pensé encontrarte aquí - le dijo el príncipe - pensé que ya estarías con los chicos.

- ¿Va hacia allá? - preguntó Seonghwa recibiendo un asentimiento leve de cabeza.

- Solo quiero estar por si algo sucede, por si San despierta - suspiró - también pensé que no podrían despertarlo, al final fui yo quien lo durmió.

- Yo también voy hacía allá - caminó para quedar al lado del rubio.

Ambos comenzaron a caminar por los pasillos del palacio para lograr llegar a la habitación donde ocurriría la ceremonia.

- ¿No piensas que es una locura? - preguntó Yeosang mientras subían unas largas escaleras.

- ¿Qué es exactamente una locura?

- ¿Ahora es filósofo, Park?

- No lo soy.

- Tal vez es alguien que se cuestiona demasiado las cosas - mencionó el príncipe.

Secrets And Lies - ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora