- ¿¡Cómo que no han encontrado indicios de su paradero!? - exclamó la reina con enfado - ¡Es el futuro rey!
La mujer, tan perfecta y pulcra como siempre, regañaba a los soldados y general junto al primer ministro por no saber nada del príncipe heredero al trono. Su palida piel se había puesto roja del coraje y un mechón rubio salió de su trabajado peinado perfecto.
La luna se alzaba en el cielo dándole la bienvenida a la noche, era la segunda noche que el príncipe no se encontraba en el palacio y tanto el reino de Utopia como los reinos vecinos se encontraban alarmados ante la noticia del príncipe secuestrado.
Tanto la reina como el primer ministro sabían que el príncipe no había sido raptado sino que salió por su propia cuenta pero ¿Cómo le dirían al reino entero que el príncipe se escapó?- Quiero que sigan la búsqueda, busquen en todos los rincones del reino, debajo de las piedras y detrás de las hojas si es necesario, pero quiero al príncipe frente a mí lo más pronto posible - ordenó con tranquila y fría voz - quiero destrozado a ese chico que lo acompañó.
Los soldados hicieron una reverencia antes de irse para seguir con la búsqueda.
- Primer ministro - llamó la mujer haciendo que el señor, que había visto a dos reyes gobernar y tres guerras, en su lugar ahora veía a una mujer llena de odio y frialdad al cargo, volteara a verla con ojos llenos de cansancio.
- ¿Qué desea, su majestad? - preguntó con una voz tranquila pero en el fondo llena de miedo.
- Quiero que descubras de dónde es ese chico y lo quiero todo.
- Señora, eso está prohibido por la corona...
Lo interrumpió.
- Yo soy la corona.
El hombre calló y bajó la cabeza.
- Lo que ordene su majestad - alzó de nuevo la cabeza y salió del salón del trono.
[...]
- Esta es mi habitación - dijo Jongho mientras abría la puerta - usted pasará la noche aquí y yo dormiré en otro lugar.
- De acuerdo - Yeosang investigó la habitación con la vista - y Jongho... basta de hablarme de usted, de repente me hablas de tú y al otro momento de usted, por favor elige de que manera me hablarás.
- Lo siento su alteza, creo que prefiero llamarlo por usted - dijo el menor con la voz seria, como siempre.
- Pues a mí no, no estamos en algún tipo de evento protocolario o algo así - Yeosang se giró hacia él y le sonrió - seamos amigos y llámame de manera informal, por favor.
- Lo que usted... tú órdenes - hizo una reverencia.
- No, no es una orden, es una petición - aclaró el príncipe - tú decides si tomarla o no, aparte... no me gusta dar órdenes.
Jongho sabía eso, nunca el príncipe había dado órdenes, ni siquiera cuando era pequeño y quería algo, con solo decir "te lo ordeno" los niñeros se lo hubieran llevado en bandeja de oro pero no, siempre pedía por favor y a veces ni siquiera se lo daban.
- Hoy hay una fiesta, ¿cierto? Creí escuchar que soy el regalo principal - dijo Yeosang queriendo hablar de algo mientras se sentaba en la cama - que suerte, si llegaba sin regalo sería una vergüenza pero me reconforta el saber que yo mismo soy el regalo, que singularidad.
Jongho rió por lo bajo.
- Sí, pero no creo que sea muy seguro ir al baile, además, no creo que sea algo a lo que usted... - Yeosang levantó una ceja - ...que tú estés acostumbrado.

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Secrets And Lies - ATEEZ
FanfictionHace mucho tiempo, muy lejos de aquí, existía un reino que se dividía en dos naciones. Un reino con habitantes singulares, un reino con una reina loca y un príncipe que nadie conocía. ¿Cuántos secretos puede tener un reino así? No lo sé pero créeme...