Mi prioridad

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Se sentía mal.

Pero no mal físicamente, aunque su estado emocional lo hacía sentirse cansado.

La habitación de repente se veía tan oscura a sus ojos, la soledad lo arropaba en esa solitaria cama y a veces le gustaba. Sentía que la soledad era como una vieja amiga, aunque no se deba considerar como una, se dejaba hundir en su abismo sin fin para despertar y volver a intentarlo de nuevo pero en esa ocasión se sentía más encerrado que otras veces.

Hongjoong lo había llevado a su habitación para dejarlo descansar pues Wooyoung, después de checar su condición, llegaron a la conclusión de que había sufrido un ataque de pánico.

Vio la puerta abrirse lentamente, dejando entrar un poco de luz amarilla, poco después la sombra de quien la estaba abriendo. Yunho le rezaba a la Aurora por que fuera Hongjoong o Wooyoung, pues habían sido los únicos que había visto y que lo tranquilizaron con palabras de consuelo.

- ¿Puedo pasar? - escuchó la voz de Mingi al otro lado de la puerta.

Se quedó callado, no sabía qué iba a poder decir ni lo que el pelirrojo le quería decir.

- Pasa - dijo en un hilo de voz.

Debido a la oscuridad en la que se encontraba no pudo ver el rostro del pelirrojo, solo cómo su silueta se iba acercando. Sintió cómo la cama se hundía de un lado por el peso del chico sentándose.

- ¿Cómo estás? - le preguntó sin saber exactamente qué decir.

- ¿Cómo debería de estar? - Yunho le regresó la pregunta.

- No lo sé - Mingi se encogió de hombros.

El rubio suspiró.

- Me siento expuesto - dijo - como cuando me encontraste.

- Yun - llamó el pelirrojo - ¿qué es lo que pasa por aquí?

Señaló su cabeza con su dedo índice.

- ¿Ahora mismo? Maneras en las que pueda matarme sin sentir mucho dolor - el rubio se tiró de espalda para caer en el colchón - hay muchas armas en la casa, ¿sabías?

- No lo harías - Mingi se quedó sentado en la cama, observando lo poco que podía del rostro contrario.

- ¿Tan cobarde me consideras?

- Yun, necesitas hablar - dijo Mingi.

- ¿Solo yo? - el rubio cerró sus ojos.

- Siempre el único que ha tenido que hablar has sido tú.

El rubio lo pensó durante un momento, tal vez dos. No comprendía su miedo repentino, quizá porque al día siguiente iba a estar frente a frente con lo que su destino le había escrito o porque le pesaba el cargo que se le dio a la hora de nacer.

- No sé qué me pasa - comenzó Yunho - Min... conoces las profecía, ¿cierto?

- Es una historia que le cuentan a los niños - contestó el pelirrojo - todos la conocen.

- Pues no es así - el alto hablaba lento y bajo - hay algo que no cuentan, algo que omiten como si fuera un pecado que eso esté escrito.

- ¿Qué es?

El pelirrojo quería ir tanteando camino, todos estaban afuera esperando noticias de Yunho pues si el alto no quería ir al palacio no iban a obligarlo.

- La profecía dice que el ángel regresa cada diez generaciones - dijo a lo que Mingi asintió - que salvará y resguardará la libertad de todos pero no es así. El ángel, como cualquier humano, tiene un destino cambiante, cualquier movimiento cambia tu futuro, no soy un vínculo de parte de la Aurora, ni estoy protegido por ella, puedo fallar y equivocarme como cualquier ser pero el pueblo me obliga a vencer, a traer triunfo, pensando que con la simple existencia de un ángel están salvados.

Secrets And Lies - ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora