¿Quién eres? ¿Quién soy?

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- Papá...

- ¿Si hijo?

- ¿Dónde están los papis de Yun? - preguntó el pequeño niño de rojos cabellos.

El hombre acariciaba los rubios cabellos del niño mencionado, quien dormía en su regazo mientras abrazaba su pequeño peluche de oso.

- Los papás de Yunho están... en el cielo, más allá de la Aurora pero sin llegar a la luna - respondió - ellos están en las estrellas y siempre nos verán desde allá, para cuidar a Yun.

- Pero yo también quiero cuidar de Yun... - dijo el niño mientras miraba al otro infante dormir.

- Claro que podrás cuidar de Yunho, todos lo haremos de ahora en adelante pero... - sonrió al ver a Yunho en su regazo - a como yo lo veo, creo que será él quien nos proteja, al fin y al cabo, él es un ángel... nuestro ángel.

- Un ángel...

[...]

- Dime tu maldito nombre - pidió más agresivo mientras miraba al otro con indiferencia y desconfianza.

Yunho se veía cada vez más atrapado entre las llamas, debía usar su brazo para cubrir su nariz y no ahogarse con el humo.

No quería usar su especialidad, sabía que si la utilizaba iba a ocasionar problemas, como tantas veces.

Se preguntaba en qué momento esa persona que fue su otra mitad cambió tanto para querer hacerle daño.

[...]

Un portal se abrió a unos cuantos metros detrás de Mingi, de el salieron dos cuerpos, uno notoriamente más cansado que el otro. San estaba a punto de quedar inconsciente, los portales de teletransportación para llevar a otra persona junto con él lo hacían gastar la mayoría de su energía, tanto en su forma humana como e su forma gatuna.

- San, quédate aquí - susurró Wooyoung mientras lo ayudaba a apoyarse en un árbol.

El castaño asintió y se quedó donde el otro lo había dejado, no quería cerrar los ojos, no quería dejar a Yunho solo pero se sentía tan débil, como si todo su ser lo hubiera dejado.

- ¡Hey! - llamó Wooyoung con un valor que ni siquiera él mismo comprendió de dónde salió.

Mingi, sin bajar el fuego, miró al otro chico sin interés.

- ¡No, vete! - Yunho estaba entrando en desesperación.

Él era el único que sabía de la potencia y magnitud que tenía la especialidad de Mingi. Tan catastrófica y tan poderosa al mismo tiempo que en su punto máximo la hacía casi invencible.
Algo que su portador no conocía del todo y si no te conoces a ti mismo ¿Quién te conoce en realidad?

El rubio en verdad estaba a punto de llegar a su límite, un movimiento más y tendría que sacar su especialidad.

- Quiero que se vayan ambos de esta zona - la voz de Mingi sonaba demandante.

- ¡Y yo quiero que lo dejes! - Wooyoung, aunque no lo pareciera, estaba asustado pero no se arrepentía de ni una sola de sus palabras.

El enojo de Mingi iba creciendo y con eso las llamas del fuego.

- Mierda... - Yunho estaba a punto de usar su última alternativa.
Comenzó a ahogarse con el humo y a toser por ello.

- ¡Yunho! - gritó Wooyoung con desesperación al ver las llamas crecer.

Y con la mención de ese nombre las llamas cesaron.

- Yunho... - susurró recordando la carta, la primera parte de la carta.

Secrets And Lies - ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora