7. 𝙼𝚒 𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚎𝚜 𝚞𝚗 𝚍𝚛𝚊𝚖𝚊 𝚌𝚘𝚗𝚜𝚝𝚊𝚗𝚝𝚎

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Cuando llegué a casa no reparé si estaba Eddy o aún seguía en el trabajo. Estaba entrando en una vorágine de emociones, haciéndome tantas preguntas que ni yo mismo llegaba a comprender lo que tenía que hacer con ellas. No eran lógicas. Todas eran confusas y podrían ser terriblemente malinterpretadas.

Me rasqué la cabeza con ambas manos y subí a la habitación, lanzando la bolsa sobre la cama y comencé a caminar en círculos. Necesitaba relajarme, algo que me alejara estos pensamientos tan contradictorios. Ya no sabía si esto era por culpa de las hormonas al ser un adolescente con un ridículo y escaso conocimiento sobre las relaciones, si estaba enfermo y deliraba o, por el contrario, esto sólo era un mecanismo de defensa que utilizaba mi mente para excusar muchas de las cosas que había vivido.

Me quité la chaqueta y la colgué en su respectivo lugar; luego salí al patio trasero a cortar leña.

No era algo que realmente quisiera hacer, pero quizás el esfuerzo y el agotamiento hicieran un buen trabajo, al menos el suficiente para que dejara de pensar. Para mi desgracia no fue así. Cada vez que colocaba un tronco sobre la superficie, me imaginaba a Noah repitiendo una y otra vez las palabras « Baile »  y « Reina » con esa asquerosa sonrisa burlona. 

Un corte tras otro con agresividad era mi respuesta.

ーSi sigues cortando leña de ese modo, partirás el mango ーcomentó Eddy, que estaba apoyado sobre la puerta, observando la escena con curiosidadー. ¿Qué te molesta, muchacho? ¿Fue un mal día?

ーPuede ーdije antes de dejar caer el hacha contra el siguiente tronco, apretando la mandíbula. 

ー¿Un abusón? ーpreguntó, posiblemente tentando las posibilidades de mi enojo.

ーUn imbécil que se cree gracioso  ーmascullé entre diente, irritado.

Eddy lanzó una sonora risotada, lo que provocó que le mirara con gran desconcierto. ¿Qué era lo que realmente le hacía tanta gracia? Bueno, claro, no podía saberlo porque obviamente no se lo iba a contar.

ーDe esos hay por todos lados, Elijah. 

ー¿Qué me quieres decir con eso? ーApoyé el hacha sobre la superficie elevada y lo miré con la respiración un poco agitada. Sólo había cortado cinco troncos y ya estaba cansado, como si en lugar de esa cantidad ridícula hubiera sido multiplicada por diez. 

Era estúpidamente débil; un asco.

ーPlántales cara o ignóralos, tú decides lo que quieres hacer ーcomentó mientras se acercaba, para así agarrar el hachaー. Estás en la edad de experimentar emociones, iniciar peleas, hacer el idiota con el coche, de formular preguntas sobre ti mismo...  ーHizo una pausa antes de colgar el hacha en un gancho de la paredー. Y también de equivocarte constantemente.

Lo miré atónito. Aunque sabía perfectamente que él no tenía ni idea de mis problemas personales, tuve que admitir que sus palabras fueron un acierto, más de lo que jamás podría haber admitido. Por una vez, desde que estaba viviendo en este lugar gris y pasado por agua, Eddy había dado un consejo digno de un padre.

No está nada mal ese consejo, Eddy. Bien hecho. 


Después de ese momento tan curioso decidí hacer la cena, reforzando así mis ganas de no pensar en nada de lo que hoy había ocurrido. Eddy se sentó con cierto aire alegre frente al televisión; sabía que sus palabras fueron alentadoras y que, de casualidad, había conseguido que en mí se instalara una imagen diferente a la que tuve al principio de él. No se equivocó, hasta en cierto punto.

𝕹 o c t i s  [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora