CINCO†

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Me teletransporte con Azazel a mi habitación luego de que él quedó totalmente debilitado e inconsciente; estoy sentada en mi cama a un lado de él, aún no se qué mierda paso, pero lo que Azazel hizo nunca antes lo había visto.

Volteo a ver a Az detellandolo lentamente,se remueve en la cama y se levanta de golpea algo agitado.

—Tranquilo, estamos en casa—él me mira con el ceño fruncido y deja salir un suspiró—¿Cómo te sientes?

No se que decir, ni qué mierda preguntar.

—Bien, todo es muy confuso—me dice.

—¿Cómo hiciste eso?—le suelto, sin mas, no puedo evitarlo, suelo ser muy directa.

—¿A qué te refieres?

—¡Por satán, Az! Tú y yo sabemos que lo que hiciste es algo imposible, incluso para un brujo mayor.

—No lo sé, me deje llevar, no me pude contener.

—¿Contener? ¿Qué debías contener?

—¿Podrías dejar de hacer tantas preguntas? Ya te pareces a tú madre—dice irritado.

—¿Podrías al menos contestarme una?

—Sabes que Zeena, eres imposible—dice y desaparece de mi habitación.

Que maduro Azazel, que maduro.

(...)

Estoy en clase de la señorita Corderus, no he sabido nada de Azazel en días, no entiendo por qué me está evitando, lo busque por días, día y noche y no lo he encontrado, incluso use la telepatía y ni con eso, es como si me hubiera sacado de su vida, años de amistad tirados a la basura.

A media noche daré una fiesta en mi casa, ya que cumplo diecinueve calaveras, invitaré a todos los chicos de la comunidad, será mi primer cumpleaños sin Azazel.

—Zeena, ¡Por satán! Te estoy hablando—grita la señorita Corderus, sacándome de mis pensamientos.

Me levanto de golpe y todos me miran con diversión.

—¿Eh? Perdón, no escuché bien—le doy una sonrisa tímida.

Maldito Azazel, desde que se fue, mi cabeza está hecha un lío, no puedo dejar de pensar en él, en lo que paso y la manera en la que me evitó.

—Menciona los cinco primeros pasos para el ritual satánico—dice furiosa.

—Vestirse adecuadamente, encender las velas y apagar cualquier tipo de luz, colocar los pergaminos de izquierda a derecha, si usamos una mujer colocar la cabeza de ella hacia el sur. Hacer sonar la campana, la invocación a satán y los nombres infernales, hay que leer el libro de Belial.

—Muy bien, puedes sentarte—asiento y suspiro aliviada.

—¿Que pasaría si se enfrentan con un demonio mayor? Y no no ganarían, a no ser por esto—dice sacando un metal diferente, un poco gris que hace que quieras tenerlo contigo—. Solo se consiguen en el Averno, es lo único que los detiene, no hay oscuridad que pueda enfrentarse a ellos que no sea la de Satan. Ahora que si se encuentran con una Moira.

—Las Moiras están extintas—dice Dianne y la señorita asiente.

—Enfrentarse a ellas no es una opción, porque tirar de tu hilo y hacerte cenizas se les da como mascar chicle.

Todos rien y Dianne resopla.

La clase termina, después de hablar de los nombres infernales y me apresuro a salir, visualizo a Dianne hablando con unos chicos, es una bruja de nuestra clase que me odia porque le gusta Azazel. Pero Az no tiene el mínimo interés por ella.

Sigil ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora