Zeena
Sus ojos negros me observaban con pavor, giro mi daga con mi mano y se la clavo en medio del pecho, la bajo rápidamente hincándome en el piso, todos los intestinos y su asquerosa sangre caen descontroladamente, sus ojos aún tienen ligeros movimientos, creo fuego con mi mano y empiezo a quemarlo todo.
—Te veo en el infierno, ahí también te haré sufrir— sonrió y me doy la vuelta saliendo del lugar.
La sangre seca en mi mano huele asquerosa me está dando arcadas, visualizo una fogata y me dirijo a ella, me detengo rápidamente cuando los veo. No es Raymond, es el Sabbat de él, me aparto escondiéndome entre los árboles, trato de visualizarlo, ahí está, se ve tan sexi, les está diciendo algo, presto más atención amplificando mis sentidos.
—Los matan, para eso les di el poder. Matarlos es su única prioridad.
Las palabras de Raymond invaden mi mente.
Me está usando.
Él voltea y su mirada se encuentra con la mía.
¡Que se joda!
—¡Alliance de téléportation!—digo rápidamente para salir del lugar.
Aparezco y visualizó una fogata más grande, todos están danzando, Edson está fumando y me acercó a él.
—Viniste— dice con una sonrisa de lado.
—No podía dormir— le digo sin más.
—¿Encontraste diversión?— me pregunta señalado las manchas de sangre.
—Una basura humana— le digo rápidamente con una sonrisa maliciosa.
Veo entre los hechiceros, Raymond está bailando con una bruja.
—¿Quién es ella?— le pregunto a Edson.
—Es Nayará, la curandera— me responde.
Volteo a verlo, ellos están bailando demasiado cerca, ella mueve sus caderas al ritmo de la música sobre él. La chica alza la mirada y de encuentra con la mía, su sonrisa desaparece mágicamente y le dice algo a Raymond, él voltea y me sonríe, le doy una sonrisa de lado.
—Luces molesta— dice Edson con el ceño fruncido.
—No, para nada— le respondo tajante.
—Que bueno que viniste princesa— dice Raymond mientras se acerca a mi.
Tiene un jogger gris y una camisa blanca, su cabello castaño alborotado parece brillar por el sudor.
—Veo que te la estás pasando bien— le respondo con desdén.
—¿Quieres bailar?— me pregunta con una sonrisa pícara, dándome la mano.
Hago un mohín y él hace un puchero.
—Vamos, hace mucho que me lo debes— dice en súplica.
—Esta bien, pero solo una vez y no se vuelve a hablar del tema jamás— le advierto.
Le doy la mano y él me lleva con los demás hechiceros, la música suena un poco más relajada.
—Extrañaba esto— susurra Raymond cerca de mi.
—¿Bailar?
—No, tu cercanía.
—Yo también— esbozo una sonrisa y volteo rápidamente, veo a Edson que parece irritado por algo.
Frunzo el ceño.
Raymond se detiene en secó, volteo a verlo y su expresión cambia drásticamente.
—¿Qué pasa?— le pregunto, sus ojos ya no tienen la misma vida, su sonrisa se esfumó.
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Sigil ©
Science FictionHasta el diablo tiene miedo.... Advertencias: +18 Contenido sensible. No apto, para mentes cerradas. Borrador con faltas de ortografía.