NUEVE†

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Me despierto y la cabeza me duele.

—¡Auch!—exclamó de dolor, con la mano en mi cabeza.

Volteo a ver la botella de Balche' vacía tirada en el suelo de mi cuarto.

¡Mierda! ¿Qué paso?

Veo la intensa luz del sol entrando por mi ventana, haciendo que mi vista duela.

—¡Atmokinesis!—digo haciendo que el cielo se tiña de un color grisáceo.

Ventajas de ser bruja. Por desgracia los efectos del vino no los puedo controlar. El Balche' es un vino muy fuerte, hecho especial para brujos.

Me meto a la ducha y me pongo una sudadera, un pantalón de cuero y unos tenis. Hoy no me apetece verme genial. Que la gente me vea, justo como me siento.

¡Fatal!

(.....)
 

—Zeena cariño, que alegría verte—dice Dianne con la sonrisa más hipócrita del universo.

Yo ruedo los ojos y observó a Azazel que viene tomando su mano.

Le sonrió a Azazel y él evita mi mirada, jamás había hecho eso, la cabeza me sigue doliendo y las imágenes de Azazel besándome llegan a mi mente fugazmente; nos besamos y él se fue para estar con Dianne.

¿Tan malo fue? ¿Por eso me está evitando?

Voy a fingir que no recuerdo el beso, no estoy lista para que Azazel crea que le gusto, no cuando yo a él no le intereso de ese modo.

—¿Nos vamos? —le preguntó a los chicos que están esperando y comienzo a caminar.

—¿Te vas sin mi, princesa? —dice Raymond abrazándome, yo me apartó rápidamente de él.

Le dedicó una mirada fulminante y el ríe abrazándome de nuevo y apretándome más.

—Ya vámonos—dice Azazel pasando en medio de nosotros, apartándolo de mi, con una fuerza innecesaria.

—¿Te digo un secreto?—dice Raymond con una gran sonrisa.

—¡No!—le contesto irritada.

—Enfadar a tu novio, es mi hobbie favorito—dice apretándome los cachetes, me guiña un ojo y camina hacia los demás.

Y esto apenas comienza..

(...)
 

Estamos en un edificio a las afueras de la ciudad, este sitio es digno de un ritual satánico, está apartado de la civilización y parece abandonado, hay unos cuantos edificios y unos locales al rededor, pero parece totalmente desierto.

—Chicos, nosotros nos encargamos de revisar adentro y que las chicas hagan los hechizos de protección aquí afuera— dice Azazel refiriéndose a Dianne y a mí.

Dianne lo toma del brazo y le da un beso antes de que Azazel camine con los demás, él se le correspondan y me mira cuando el beso termina, trago el nudo en la garganta que se forma en mi pecho.

—Tú de este lado y yo del otro—le digo a Dianne y ella ni se inmuta.

—Ni lo creas, ve tu. Yo me quedo aquí, no pienso hacer lo que me digas—ruedo los ojos, no me voy a rebajar con esta loca.

Cualquier lugar lo voy a proteger igual de bien, opto por no decir nada así que me retiro, me dirijo al otro extremo, analizó el entorno y no hay rastro de magia además de nosotros. Comienzo con los hechizos de protección.

Los reforzaré con unos hechizos de invisibilidad, para ocultarnos de brujos y humanos, necesitaremos amuletos para que nuestra aura no sea detectada por otros hechiceros. Dianne es la mejor haciendo amuletos, pero no confío en ella, le diré a Azazel que se los pida para que los haga bien.

Sigil ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora