Capítulo 16.

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Harry arrancó el coche con la furia latiendo en sus ojos, mientras su pecho subía y bajaba hondamente. Joder, lo había hecho enojar otra vez. Me aferré del espaldar de cuero al girarme para observar cómo desaparecía todo detrás del auto, el cual iría a veinte kilómetros por minuto, como mínimo, o al menos así me sentía yo. 

-¿Se supone que me estás secuestrando de nuevo? –no pude evitar gritar guturalmente.
-¡Cierra la boca! –gruñó desenfrenadamente, mientras los puños le temblaban al conducir. “Santa mierda”, me quejé, recostando mi cabeza sobre el asiento, aterrorizada. “Va a matarme”.

-Harry-:

Irrumpir en esa pelea fue la cosa más estúpida que he hecho en toda mi puta vida. Hubiese dejado que esos dos gilipollas se mataran con Skylar y su amiga ahí, no debió importarme. ¿Ahora por qué coño me importa Skylar? Es sólo una víctima más de mi círculo, ya la he anotado en mi pared. Si es así, ¿cuál es el chiste de salvarla y cubrirle el culo en todas partes? ¿Cuál es el puto punto de interesarme por ella y de llevarla a cenar? ¿De seguirla en todas partes? ¿De averiguarle la vida? ¿Si se supone que ella no me importa? ¿Qué mierda es lo que pasa contigo, Harry Styles? El apellido lo tienes bien metido por el culo, no deberías estar haciendo nada de esto. ¿Y para qué la metiste de nuevo en tu auto? ¿Y hacia dónde se supone que la llevas?

En este momento debería estar resolviendo esos asuntos con Kyle, en lugar de irrumpir en peleas de niños y llevarme a una niñita de la secundaria. Me mordí el nudillo con fuerza, ocasionando una pequeña herida. Inmediatamente sentí la sangre correr por mi lengua. La tragué inmediatamente; había tragado más de ocho litros de sangre durante el trabajo, ahora era como probar agua.

Observé a Skylar de reojo. Se mordía la punta de la manga de su suéter mientras las lágrimas le corrían por el rostro a borbotones. Verla llorar era algo que sinceramente yo no podía soportar, pero no entendía por qué. Quizá porque parecía un jodido gatito asustado que me debilitaba hasta las rodillas, o quizá fuese su inocencia y curiosidad lo que me tenía así de demente. No podía seguir comportándome como un idiota.

-¿A… adónde me llevas? –inquirió, con un hilo de voz, asustada. Apreté el puño en el volante, sin intención de contestarle. No quería ponerla peor o amenazarla de nuevo. No me sentía capaz, ni de humor.


-Skylar-:

“Deberías cerrar la boca de una vez, Skylar”, me reprendí internamente, mientras me rodeaba las piernas con los brazos. Lo había hecho mucho enojar, al haberle torcido los ojos y haberme marchado dejándolo con las palabras en la boca. Y, en realidad, había sido algo injusto ya que, considerando la situación, me había salvado el pellejo a mí, a Danny, a Jake, e incluso a Alison. Y yo lo dejaba hablando solo. Ahora bien, iba a morir, se lo agradecería desde el más allá. ¿Qué más da, ahora?


Llegamos a la misma casa donde había estado secuestrada la primera vez. Me puse rígida en el asiento del auto, y sentí cómo toda la sangre me huía del rostro, mientras mis ojos se abrían. Harry me iba a matar. 

-Bájate –ordenó, aún agitado. Lo observé en shock, como rogándole que no con la mirada. Tras segundos de silencio, me tomó por las muñecas y me bajó él personalmente, cargándome como la última vez. Pataleé lánguidamente, pero sus brazos parecían tenerme atada con cadenas. Y, quién sabe, podría estar atada con eso al cabo de unos diez minutos.

Harry me soltó encima de un mueble de cuero cercano a una ventana oculta tras persianas de color crema, la habitación era bastante sencilla, pero no era la misma en la cual me había quedado antes. Lo observé con las manos metidas entre las rodillas, mientras él caminaba de un lado a otro mientras se frotaba la barbilla. Yo no entendía una mierda de esto.

Stray - [h.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora