Capítulo 50.

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-Harry-:


-¡¿Qué?! ¡¿Esto es enserio?! –exclamé, con la cara roja.
-Dije que no estaba segura –desvió la mirada -. Además, ya hemos revisado en todas partes.
-¡Dijiste que ella podría estar aquí! –gruñí, apretando el teléfono entre mis manos -. ¡Y ahora resulta que no hay una mierda!
-¡Viejo, cálmate! –gritó John desde atrás -. No podemos alterarnos, si quieres que la encontremos.
-¡¿Pero cómo mierda me estás pidiendo que no me altere?! ¡Está en manos de Smith, cabrón! –grité, pasando una mano por mi pelo -. ¿Y cómo es que no podemos rastrearla? ¿Esta mierda está rota o qué? –bramé, tirando el aparato al suelo, que resonó dentro de la camioneta. Me froté los ojos y emití un bramido; a continuación, golpeé el volante con frustración y me recosté en el asiento, frotándome las sienes con violencia.
-Mira, la vamos a encontrar, ¿de acuerdo? Sólo tienes que calmarte de una maldita vez y concentrarte. Esta es la cosa: no vamos a encontrarla de esta forma, contigo haciendo una escena.
-No hago una escena –repliqué a regañadientes -. Llevamos más de dos horas sentados aquí pensando estupideces y tratando de encontrar dónde está. ¿Qué tal si ella necesita mi ayuda ahora mismo? ¿Qué opinas tú de que estén haciéndole algo malo ahora? –la idea de que ella pudiera estar ahí, sola, sufriendo, me quemaba los nervios y cada hebra de mi cabello. 
-En primer lugar, ¿qué ha pasado para que ella tenga que huir de ti con el primer extraño que se le cruzó enfrente? –me interrogó, articulando con sus manos gruesas. Desvié la mirada evadiéndolo.
-Oh, no –sus labios formaron una sonrisa -. No, no, no, no –negó con un dedo, en señal de advertencia -. No vas a evadir esto ahora, chico. Dime la maldita verdad. ¿Qué-pasó?
-Ella sólo… -me encogí de hombros -. Nosotros… peleamos. Luego ella se fue.
-¿Por qué?

La mirada de Sheena iba en un vaivén; de John, a mí.

-Se ha enterado. Alguien está enviando notas para jodernos la vida a todos, y ese “alguien” envió una nota a la madre de Skylar –me humedecí los labios, obligado a contar algo que aborrecía -. Contó todo.
-Mierda –se frotó los ojos con desesperación, y suspiró -. Bueno, bien. Dos cosas; número uno: ¿quién es el gilipollas que se esconde detrás de unas estúpidas notas? Y dos: ¿dónde coño está la chica?
-¿Por qué me lo preguntas a mí? Eso intento encontrar –escupí de mala gana.
-Ambas cosas se relacionan entre sí, viejo. Míralo de esta forma; ¿qué tal si el mismo que envía las notas, es el mismo que quiere matar a Skylar? –arqueó una ceja -. La ha estado jodiendo, ¿no? Es lógico, man.
-¿No han enviado notas ahora? –Sheena irrumpió entre ambos, y obtuvo las miradas de inmediato -. Podemos saber dónde está.
-Me voy al infierno –cubrí mi rostro con las manos -. No sé de qué mierda están hablando. Obviamente nadie va a enviar notas para salvarla.
-Viejo…
-¡Dejé que se fuera! –me humedecí los labios, y di un golpe contra el volante de nuevo.
-Viejo, escúchame –John puso una mano sobre mi hombro -. Eres Harry Styles; tú nunca te rindes. Tú nunca dejas que nadie te diga lo que hacer o lo que no. Si alguien te quita lo que quieres, tú vas ahí y matas a quien sea, haces todo lo que es necesario y obtienes lo que quieres. Ella es tu chica, amigo, no la pierdas de esta manera. 
-No quiero hacerlo –respondí -. Pero las cosas no me están saliendo como quiero.
-Un verdadero perdedor es alguien que tiene tanto miedo de no ganar, que ni lo intenta –musitó con voz ronca, dándome palmadas de aliento -. Ahora mueve el culo y encontremos a esa chica.
-Miren esto primero –dijo Sheena, extendiéndome un sobre de color blanco. Se lo arrebaté de las manos, y rompí sin piedad el papel lánguido, hasta encontrar una nota escrita con bolígrafo azul.

“Ella está cerca, donde los árboles lloran –Un amigo”.

Stray - [h.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora