Finalmente decidimos ir a cenar, el camarero nos llevó hasta la mesa que estaba justo al lado de la ventana, había una bonita decoración, rústica pero elegante, sin duda era un sitio caro, el camarero nos dio las cartas y se fue, Finn me miró.
Finn: Pide lo que quieras, yo te invito -volvió a mirar su carta-
Yo: Finn, es un restaurante muy caro, mira que precios -dije mirando los precios-
Finn: No importa, tu solo disfruta -me guiñó un ojo-
Yo: Bueno... gracias, creo que pediré risotto de setas
Finn: La pizza o los espaguetis de aquí son los mejores, mil veces que el risotto de setas -dejó la carta en la mesa-
Yo: ¿Estás de broma? El risotto de setas es lo más rico que hay -dejé la carta en la mesa-
Finn: ¿Apuestas? -levantó una ceja-
Yo: ¿Qué quieres perder? -me apoyé en la mesa-
Finn: Si yo gano, tendrás que hacer lo que yo diga y si tu ganas, yo hago lo que tu quieras -sonrió-
Yo: Trato hecho -me coloqué bien en las silla-
Finn llamó al camarero, pidió para mi los espaguetis y para el pizza, es uno de los mejores restaurantes de Nueva York, el camarero volvió con la comida y la dejó en la mesa.
Yo: ¿Listo para perder? -dije cogiendo el tenedor-
Finn: Si tu lo dices, quiero ver tu expresión -dijo mirándome comer-
Enrollé un poco de espaguetis en mi tenedor y sonreí antes de probarlo, Finn me hizo una señal de que lo probase, metí el tenedor en mi boca y mi expresión era de agrado.
Finn: Gané
Yo: Odio decirlo pero está mucho mejor que el risotto -seguí comiendo-
Finn: Ahora serás mi esclava -empezó a comer-
Yo: Si, lo que tu digas -dije comiendo-
La cena fue estupenda, reímos, hablamos, sonreímos como la noche anterior, solo que en algún momento no estábamos de acuerdo y volvíamos a nuestras típicas peleas pero ya sabíamos controlar mejor nuestros instintos, Finn después de que pagase la cuenta, nos fuimos directos a nuestro apartamento.
Finn: Me lo pasé muy bien -se acostó en el sillón-
Yo: Yo también, con tus bromas y con lo del trato -dije riendo-
Finn: ¿De que hablas? -dijo riendo-
Yo: Porque crees que haré lo que tu digas -me reí-
Finn: Un trato es un trato -se levantó del sillón-
Yo: Nunca te prometí nada -crucé los brazos-
Finn: Con tu palabra es suficiente para que sea un trato -pasó su mano por su pelo-
Yo: Sigue soñando -me giré y subí las escaleras-
Finn: Si no haces lo que yo te diga haré algo muy feo -dijo advirtiéndome-
Yo: ¿Así? ¿El que? -me giré-
Finn: Sigue retándome y verás -subió una ceja-
Yo: No me tocas ni un pelo y ya pienso que me vas a hacer algo -me giré y seguí caminando-
Finn sintió un enfado grande, estaba siendo la misma de antes, la caprichosa que no acepta su derrota, subí las escaleras a paso veloz, Finn me acorraló en una de las esquinas de las escaleras.
Finn: No volvamos a lo de antes -me dijo al oído-
Yo: ¿De que hablas? -dije tratando de apartarlo-
Finn: Las peleas y tu actitud de princesa -puso una mano en la pared y otra en mi cadera-
Yo: Finn, solo déjame ir a mi habitación -dije enfadada-
Finn: No, hasta que me prometas que cumplirás tu promesa -seguía diciéndome en el oído-
Yo: ¿Porqué te importa tanto eso? -dije tratando de mirarlo-
Finn: Porque eso es confianza, es creer en tu palabra.
Yo: Solo es un juego -dije mirando sus ojos-
Finn: Un juego que habla de promesas.
Yo: ¿Si prometo que hago lo que tu digas me dejarás ir a mi habitación?
Finn: Claro.
Yo: Lo prometo, solo que no sean cosas muy difíciles -reí preocupada-
Finn: Lo prometo -sonrió-
Yo: Ahora suéltame por favor -suspiré-
Finn me soltó y yo me fui a mi habitación, cerré la puerta y me apoyé en ella, pegué mi cabeza a la puerta y cerré mis ojos.
¿Por qué estoy cambiando mi forma de ser con el? Ahora siento que lo quiero, que puedo confiar en el, ese sentimiento de antes está desapareciendo y se está transformando en cariño, creo que me ha demostrado que está dispuesto a aceptarme en su familia y lo mejor que puedo hacer es lo mismo.
Me cambié de ropa y me puse algo más cómodo, me acosté en la cama, vi un rato la televisión y cuando iba a apagarla escuché que Finn me llamó, salí de mi habitación, me volvió a llamar y fui a la habitación de Finn.
Yo: ¿Qué pasa? -dije entrando-
Finn: Me siento solo, hazme compañía -dijo triste-
Yo: Estaba viendo la televisión -me apoyé en la puerta-
Finn: Un trato es un trato, tienes que hacer lo que yo diga y quiero que estés aquí conmigo -hizo palmadas en la cama como signo de que me sentase a su lado-
Yo: Pero déjame ver la televisión aquí -dije caminando hasta su cama-
Finn: Claro -me dio el mando-
Me senté en la cama, los dos estábamos sentados en la cama, apoyados en la cabecera de madera de la cama, yo encendí la televisión y puse en el canal que estaba viendo en mi habitación, era una película de amor.
Finn: Cursilerías -se cruzó de brazos-
Yo: Esto es mejor que las películas de miedo o acción como las que sueles ver -dijo viendo la televisión-
Finn: Claro que no.
Yo: Tiene un bonito mensaje, tu solo mírala.
Finn aceptó con la cabeza, los dos nos centramos en la película, la película trataba de 2 chicos que tenían vidas totalmente diferentes, se conocieron por causas del instituto, al principio peleaban y peleaban, hasta que ese odio se convirtió en amor, se dieron cuenta muy tarde y para ese momento los dos ya se habían separado. Al terminar la película Finn suspiró triste.
Yo: ¿Qué pasa? -crucé las piernas-
Finn: No, nada, déjame estoy loco.
Yo: ¿Paulina? -le miré seria-
Finn: Si -mintió-
Yo: Sabes que ella no te merece, no debes sufrir por alguien como ella -dije enfadada-
Finn: Pero la quiero, es mi novia -me miró-
Yo: Una novia que solo viene a que la diviertas -me levanté de la cama-
Finn: ¿A donde vas? -se deslizó por la cama hasta quedar en la esquina de la cama-
Yo: A mi habitación, es tarde y quiero dormir, hasta mañana -salí de la habitación-
Finn suspiró y se giró a ver la hora, las 23:13 de la noche, se giró para mirar la puerta y se levantó...
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365 DÍAS JUNTO A ELLA.
FanficLa familia Wolfhard Fernández es como toda familia después de un divorcio, el señor Eric Wolfhard al divorciarse de su esposa Mary Jolivet encuentra el amor con la señora Celia Fernández, al conocerse vuelven a creer en el amor, ellos dos tienen hij...