Cláusula

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- Quiero divorciarme de Alessandro- digo sintiendo una fuerte punzada de dolor en el pecho.
- ¿Sabes las consecuencias que abarcaría? – pregunta sacando de su maletín su portátil.
- Tenemos que estar casados mínimo un año para que la cláusula de Kristen se cumpla – digo a lo que él asiente – quiero dejarla sin nada, dejarla en la puta calle.
- Podemos imponer la demanda ahora mismo – niego con la cabeza a lo que me observa confiando.
- Quiero que todo sea en secreto – sigo observando el teléfono. – no voy hacer nada por ahora, pero quiero tener con que defender a mi esposo.
- Costara muchísimo dinero – me advierte pero es lo que menos me importa.
- Solo dame un cifra y esta hecho – respondo sin más. – será sencillo, firmamos acuerdo de separación de bienes.
- ¿Cómo harás que firme? – pregunta tomando anotaciones.
- Solo tráeme los documentos, en el momento que los firmemos todo pasara a ser de Alessandro – respondo feliz por ello. 
- ¿Estas segura?
- Completamente, quiero que esto quede entre los dos – digo poniéndome de pie – si llego a necesitar usarlo asumiré las consecuencias.
- En dos días tendré los documentos listo – dice mientras le envío un mensaje a Jacobo para que traiga mi chequera.
- Debes tener mucho cuidado con Kristen – me advierte mientras vemos a mi asistente entera a la sala de juntas.
- Justo por eso estoy pidiéndote esto – digo tomando chequera para firmar un cheque en blanco. – toma el dinero que consideres necesario pero que nadie más se entere.
- Así será – responde mientras le entrego el cheque - ¿algo más que deba saber?
- Puede que esté un poquito embarazada – digo y él sonríe ampliamente – aún no lo he confirmado.
- Te felicito un poquito – dice abrazándome – ti padre estaría feliz, pequeña.
- Gracias por cuidar de mi – digo besando su mejilla.
Unos instantes después salimos de la sala de juntas mientras él felicita por lo bien que quedó la oficina, lo acompaño hasta el ascensor para luego ir a mi oficina. Al entrar sonrio ampliamente viendo lo hermosa que quedo. El lugar está pintado todo blanco, mi escritorio y el enorme sofá son en tono negro, también hay un par de sofás más pequeños de color azul turquesa. Quedo encantada con la magnífica vista que tengo de la ciudad.

-	Es bellísima – digo entrando con Jacobo tras de mi

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- Es bellísima – digo entrando con Jacobo tras de mi.
- Me alegra escucharlo señora – dice mientras me siento en mi escritorio y veo que el cuadro del Ángel caído se encuentra justo frente a mi.
- Quiero que busques una ginecóloga y me agendes una cita lo más pronto posible – digo poniéndome de pie para ir a la enorme ventana – y cancela todo lo que tenga para hoy, solo puedes llamarme si la empresa se está incendiando.
- Así será señora – responde anotando en su iPad.
- También quiero que me busques un agente inmobiliario – camino a la salida de la oficina- mañana también agenda un recorrido por la empresa para conocer a los nuevos empleados.
Sin más salgo se allí caminando al ascensor mientras pienso en lo que haré para mantener el divorcio en secreto, pero sin importar lo que suceda voy a proteger a mi esposo. Por eso haré esto y cuando llegue el momento asumiré las consecuencias.
Al llegar al último piso veo que se encuentra solo y es que ordene que nadie podía subir a excepción de mi. Así que camino entrando a la oficina y luego a la sala de descanso donde se encuentra mi esposo acostado en el sillón colgante con uno de sus brazos cubriendo su rostro.
Me quito la ropa mientras me acerco a él. Cuando llego a su lado estoy completamente desnuda y rápidamente me ató el cabello. Me subo a horcajadas sobre dándome cuenta que esta dormido.
Comienzo a besar su cuello mientras me muevo suavemente sobre él.
- ¿Estas dormido? – pregunto en su oído mordiendo su lóbulo – quiero que sigamos fabricando bebés – susurro de nuevo en su oído sintiendo su miembro endurecerse.
- Esa idea me gusta – me toma fuerte de la cintura manteniéndome en mi lugar mientras me da algunas falda embestida haciéndome jadear ya que la cremallera de su pantalón hace fricción con mi sexo.
- Aprovecharme, soy tu medicina anti estrés – inquiero desnudándolo mientras él me toma de la parte trasera del cuello para besarme hambriento. – lo eres todo para mi – dice antes de penetrarme lentamente haciéndome jadear – te amo hermosa mía.
El resto del día la pasamos teniendo sexo en el sillón colgante, hasta que caemos rendidos y decidimos pedir comida china para cenar. Un rato después estamos comiendo en el suelo. Observo a mi esposo vestido únicamente con sus pantalones mientras yo solo estoy enfundada en su camisa.
- Quiero que compremos una casa – suelto de golpe haciendo que el se atragante con los fideos. - ¿tan mala idea es?
- Para nada, amor – dice besándome y yo sonrió. – solo me tomaste de sorpresa.
- Puede que esté un poquito embarazada y me gustaría que nuestro bebé creciera en una enorme casa como lo hicimos nosotros – digo ya que es lo que más deseo
Es una fantástica idea – vuelve a besarme dejando a un lado su comida y la mira para luego tomarme de la cintura para ponerme a horcajadas sobre su maravilloso cuerpo – ¿solo un poquito? - Pregunta mientras meto mi mano en su pantalón para sacar su miembro. – puedo embarazarte aún mas. – me penetra de golpe sujetándome de la cintura. Mientras lo observo a los ojos me doy cuenta de lo enamorada que estoy de él y eso me aterra porque si se entera de lo que haré saldré muy lastimada.

Una semana después estoy en mi oficina haciendo un plano sobre la decoración de un nuevo trabajo del que me estoy haciendo cargo cuando llega Bruno.
- Hola Zafiro – me salida haciendo que le de toda mi atención.
- Hola – digo poniéndome de pie para ir abrazarlo – ¿tienes lo que te pedí?
- Aquí está – responde entregándome una carpeta negra – en cuanto lo firmen la cláusula quedará anulada.

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