Más que Nada en el mundo

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Zafiro...

Acaricio mi pequeño vientre distraída mientras observo la ciudad de Los Ángeles, el día esta bellísimo, aunque en este momento quisiera estar junto a mi esposo pero el inconveniente en la tienda requería de mi atención.
No puedo creer que mi vida sea así de perfecta, los últimos tres meses han sido como de ensueño junto a mi esposo. Esta etapa que estamos viviendo es maravillosa, aunque en realidad no he sentido muchos de los síntomas que debería durante el embarazo. En un principio me preocupo, pero la doctora dijo que era normal, no todas las mujeres reaccionan igual.
Salgo de mis pensamientos cuando aparece en lo campo de visión la tienda, por lo que hago a un lado mis pensamientos respecto a mi familia para concentrarme en un proyecto que considero mi segundo hijo.
El auto aparca en frente e instantes después el chófer me abre la puerta para que baje. Jacobo viene hasta mi para ayudarme pero cuando estamos a mitad de camino mi celular suena. Por lo que me detengo un instantes antes de entrar para contestar, frunzo el ceño al ver que se trata de un número desconocido.
- Bueno – contesto viendo a Jacobo esperándome en la entrada de la tienda.
- Me quitaste algo que me favorecía y ahora yo te quitaré algo que realmente amas – escucho del otro lado se la línea la voz de Kristen.
De un momento a otro tiendo que me toman por el cuello antes de sentir que algo atraviesa mi piel. El hombre que me sostiene clava el cuchillo en mi vientre un par de veces más antes de escuchar un disparo.
- Señora – grita Jacobo antes de sentirme libre del agarre. Pongo una de mis manos sobre mi vientre y cuando la veo siento terror al verla ensangrentada.
- Jacobo – dijo antes de perder el conocimiento.
Abro los ojos un instante viendo como varias personas a mi alrededor se mueven rápidamente.
- Esta perdiendo mucha sangre – grita uno de ellos antes de vuelva a caer en la inconsciencia.
Siento el inconfundible aroma a la loción de mi padre, por lo que abro los ojos lentamente buscando la fuente del delicioso olor.
- Papá – susurro abriendo los ojos encontrándome con una habitación completamente blanca y frente a mi se ve el mar.
- Amor – escucho la voz de mi esposo lo que hace que me vuelva a ver. Pero al hacerlo quedó perplejo, Alessandro tiene los ojos rojos e hinchados y su expresión es de auténtico miedo – despertaste
- ¿Qué sucedió? – pregunta mientras él besa mi frente al tiempo que las lagrimas salen de sus ojos.
- Casi te pierdo – su voz se quiebra mirándome a los ojos.
- ¿Qué sucedió? – vuelvo a pregunta tratando de sentarme, pero un fuerte dolor hace que no lo haga y es cuando el recuerdo llega a mi mente. – dime por favor que esta bien – pongo mis manos sobre mi vientre y siento una fuerte punzada de dolor en el pecho al sentirlo plano – Alessandro – me vuelvo a verlo con los ojos llenos de lágrimas.
- El cuchillo no penetró órganos importantes – me explica mirándome a los ojos mientras me toma de las manos – pero si…
- Perdí a nuestro bebé – dijo siento un fuerte dolor en el pecho antes de romper en llanto.
Él me abraza rompiendo en llanto. El dolor que siento en este momento es indescriptible, mi familia recién estaba comenzaba. Nunca había experimentado una felicidad tan grande como cuando me enteré  que iba a ser madre, pero esta es opacada con el dolor que siento en este momento.
- ¿Qué fue lo que sucedió? – pregunto por que quiero entender que fue lo que sucedió. ¿Cómo todo cambio en un instante?
- Es algo que también quiero saber – responde mi esposo abrazándome fuerte.
En ese momento veo que la puerta se abre y por ella entra un médico junto a mi nana que al verme corre abrazarme. Alessandro se aparta dejando que ella se acerque a mi.
- Mi niña – dice abrazandome mientras rompe en llanto.
- Perdí a mi bebé – digo destrozado, mi nana solo me abraza pegándome a su cuerpo  - perdí a mi bebé.
- Ya mi niña – dice acariciando mi espalda- llora, llora todo lo que quieras.
- ¿Quién pudo hacerme esto? – pregunto pero se perfectamente quien fue tan cruel para hacerme esto.
- Señora – dice él médico llamando mi atención.
- Ahora no, por favor – dice lo esposo tratando de detenerlo.
- Ella es mi paciente y debe saberlo – responde el médico.
- ¿Qué pasa? – me vuelvo a verlos, mi esposo viene a hacia mi tomándome de la mano.
- Te amo y nada de esto cambiará  eso – dice besándome.
- Señora Santis – comienza hablar el médico – quien la atacó, sabía muy bien lo que hacía. – me pongo tensa al escucharlo – no solo asesino a su bebé, sino que una de las puñaladas causó un grave daño en su útero, lo que dejó como consecuencia que usted no pueda tener hijos.
- ¡NO! – gritó cubriéndome el rostro con mis manos – no es verdad, por favor.
- Lo siento tanto – escucho antes de perder el cocimiento.

Alessandro…

La veo desmayarse de nuevo y me preocupo, me vuelvo a ver al médico.
- No se preocupe – dice tomando su pulso – su reacción es producto de la impresión por lo que se acaba de enterar. – sin más sale dejándome a solas con mi esposa y Alicia.
- Ella va a necesitarte más que nunca – dice Alicia cubriéndola con la manta.
- No voy a ir a ningún lado - - respondo acariciando su rostro – la amo y se que esto va afectarle.
- Más de lo que te imaginas, ella te ama pero todo va a estar bien.
- Haremos que lo este – respondo acostándome a su lado – vete a descansar yo me quedaré con ella.
- Debes descansar – dice ella reprendiéndome.
- Cuando estemos en casa, lo haré – la veo salir de la habitación dejándome a solas con mi esposa.
Mientras la observo, recuerdo el terror que sentí cuando Jacobo me llamó y luego cuando iba hacia el aeropuerto, escuché en las noticias lo que estaba sucediendo con mi esposa.
Cuando llegue a Los Ángeles sentí que el mundo derrumbarse cuando en la clínica me dijeron que nuestro bebé había muerto y el daño que causó el ataque. Lloro mientras la observo dormir por que tengo miedo a su reacción, jamás me alejaré de ella, no importa si solo somos los dos el resto de nuestras vida.
- Te amo más que nada en el mundo.

SANTISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora