Espacio

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Zafiro…

Abro los ojos lentamente encontrándome de nuevo a mi magnifico esposo plácidamente dormido. Paso saliva mientras observo su vientre y siento como mi sexo palpita, por lo que me pongo se pie ya que tanto tiempo sin sexo comienza afectarme. Voy directo a la ducha a darme un baño ya que debo ir a la oficina.
- ¿Por qué tan madrugadora? – pregunta mi esposo tras se mi haciendo que mi piel se erice ya que se que esta desnudo.
- No podemos continuar así - me vuelvo a verlo y paso saliva al verlo desnudo mientras el agua cae por su cuerpo. – pero que pervertida.
- Idiota – digo tratando de salir pero él me toma de la cintura, pegándome a su cuerpo haciéndome sentir la dureza de cada parte de este.
- Pero te gusta ver a este idiota – sin más me besa pegándome a la mampara.
- Presumido – me separo un instante después sintiendo como mi piel se eriza mientras sus manos recorren mi cuerpo.
- Te encanta ver a este presumido – vuelve a besarme mientras me carga haciendo que lo rodee con mis piernas su cintura. La intensidad del beso hace que todo mi cuerpo tiemble – necesito que me detengas, ahora mismo por que de lo contrario no voy a poder detenerme y te haré mi esposa.
- Entonces es mejor que te detengas – digo tratando de recobrar el control – no quiero cruzar límites, así que deja de meterte a la ducha cuando yo estoy en ella – sin más me pone suavemente sobre mis pies – te recomiendo que recuerdes tus días de adolescente – hago un movimiento con la mano para que entienda a lo que me refiero.
Sin más salgo del cuarto de baño rumbo al closet donde elijo un conjunto de pantalón blanco marfil, una blusa sencilla de color blanco y tacones del mismo color.

Mientras me maquillo lo veo aparecer, su rostro me deja ver que está frustrado y molesto

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Mientras me maquillo lo veo aparecer, su rostro me deja ver que está frustrado y molesto. Le guiñó el ojo a lo que él me muestra el dedo medio haciendo que estalle en una sonora carcajada.
- Aprendes rápido – digo terminando de maquillarme para ir en busca de unos pendientes.
- Eres buena maestra – responde viniendo hasta mi para besarme. – ¿por que no quieres que te toque?
- Por que no somos un matrimonio real – respondo tomando uno de sus trajes para entregárselo.
- Hay un documento que dice lo contrario – responde tomando unos bóxer de color negro y que al ponérselo hace que pase saliva al ver lo jodidamente sensual que se ve.
- ¿Te recuerdo que método usaste para que lo firmara? – tomo una camisa y corbata a juego con el traje. – no entiendo por qué quieres hacer esto si ya tienes lo que quería. – camino hasta donde se encuentran sus zapatos y elijo un par.
- ¿Desayunamos juntos? – pregunta ignorando por completo lo que le dije.
- ¿Hay algo que no me haz dicho? – pregunto acercándome a él para ayudarlo con la corbata.
- Si nos divorciamos ahora, la herencia pasará toda a ti – responde sorprendiéndome – debemos pasar al menos un año juntos o que me des un hijo.
- ¿Qué? – pregunto sorprendida retrocediendo un paso pero él estalla en una sonora carcajada.
- Es broma, lo del bebé – dice y yo lo golpeó en el vientre – eso dolió – dice divertido mientras yo tomo el saco de su traje – aunque debes reconocer que nuestros hijos serían bellísimos.
- Eso no pasará – respondo ayudándole a ponerse el saco. Sus carcajadas aumentan mientras camina hasta donde se encuentran mis bolsos y lo veo elegir uno a juego con mi atuendo como también mi abrigo.
- Tenemos aún trecientos sesenta y tres días antes de que podamos divorciarnos – dice besándome de nuevo. – quiero ver esa película.
- ¿Cuál? – salimos de la habitación rumbo a la cocina donde Thor nos saluda mientras mi nana pone frente a nosotros.
- 365 – responde y yo estalló en una sonora carcajada - ¿qué opinas Alicia?
- ¿De que? – pregunta mi nana dándome mi jugo verde de cada mañana.
- De que nuestros hijos serán preciosos – me atragantó al escucharlo.
- La verdad es que ustedes tienes genes envidiables – responde mi nana sonriendo – imagínense donde estos se mezclen.
- Podemos dejar el tema – digo mientras ellos ríen y yo ruedo los ojos mientras continuo comiendo.
Un rato después salimos del apartamento, bajamos tomados de la mano al estacionamiento donde me entrega las llaves del McLaren 720. Me vuelvo a verlo y río por que fue mi idea que mi padre se lo diera, quede tan enamorada del auto que me compre uno igual.  Nos subimos al auto mientras el habla con su asistente y yo conduzco.
Cuando llegamos a la empresa  Alessandro continua al teléfono, pero al bajarnos del auto me toma de la mano. Al llegar al piso de su oficina deja por fin el teléfono ya que nuestros asistentes nos esperan.
- Buenos días, señor y señora Santis – nos saludan mientras caminamos hacia la oficina. Siento que me abraza por la cintura antes de entrar a la oficina que está renovada. – señora aquí están sus cosas, en quince minutos tiene una video conferencia. Que será llevada a cabo en la sala de juntas.
- ¿Cómo haremos para no interferir en nuestros trabajos? – pregunto y él besa mi frente.
- Tenemos dos semanas para descubrirlo – responder sonriente – hay veinticinco pisos a tu disposición, sin contar los cinco que estás reformando. – me observa a los ojos – si necesitas más espacio, puedo comprarte otro edificio – sin más se encoje de hombros.
- Creo que los treinta pisos de esta empresa serán más que suficientes durante las próximas dos semanas – respondo besándolo, lo que parece sorprenderle y yo solo sonrio. – debo trabajar, ¿quieres almorzar conmigo?

SANTISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora