Apoyo

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Levanto la mirada para observar al hombre que está de pie junto a mí, encontrándome con unos hermosos ojos azules que me observan con preocupación y cariño. Lo veo ponerse de rodillas junto a mí para abrazarme haciéndome romper en llanto de nuevo.

-          Me partes el corazón – dice Bastián abrazándome contra su pecho.

Siento que me toma en brazos para después sacarme de allí llevándome a su auto. Durante el camino me cubro el rostro con las manos y lloro tratando de sacar todo el dolor que siento en este momento.  No sé cuánto tiempo pasa hasta que siento el auto detenerse y Bastián me toma en brazos de nuevo.

-          Gracias –digo escondiendo mi rostro en su cuello y siento que besa mi cabeza.

-          Puede que no me ames, pero yo siempre estaré para ti – dice haciendo que levante la mirada para verlo.

-          ¿Cómo sabias donde estaba? – pregunto mientras salimos del ascensor en el que no me di cuenta íbamos.

-          Venía a verte, quiero hacer negocios con Alessandro y también estaba preocupado por ti. Me entere del ataque – responde mientras me deja sobre algo muy suave. – cuando llegué a la empresa te vi y seguí. ¿quieres hablar?

-          Quiero descansar – respondo ya que es lo único que deseo en este momento.

Bastián me ayuda a quitarme los tacones para luego cubrirme con una manta y en instantes me quedo dormida.

No se cuanto tiempo pasa hasta que un rico aroma hace que abra los ojos lentamente al tiempo que mi estómago gruñe, me le antoja despacio de la cama observando que ya es de noche. Observo mi entorno, la habitación está a oscuras por lo que no distingo muy bien lo que hay. Así que salgo de allí siguiendo el aroma de la comida encontrándome  con Bastián en la cocina.

-          Despertaste – dice mientras me siento en una de las sillas de la barra del desayuno.

-          ¿Qué hora es? – pregunto mientras él pone un vaso de agua frente a mi.

-          Las diez de la noche – respondo haciendo que me atragante con el agua

-          Dormir todo el día – digo a lo que él asiente con la cabeza – tenía cosas que hacer.

-          Llame a Jacobo y junto con Axel se hicieron cargo – responde encogiéndose de hombros.

-          Gracias – sonrio a lo que él me guiña un ojo al tiempo que me pone un plato de raviolis en frente.

-          Raviolis de pollo en Salsa bechamel – mis favoritos pienso observándolo - ¿quieres hablar? – pone una copa de vino blanco frente a mi.

-          Hice algo horrible, pero con una buena razón – respondo mientras como lentamente.

Comienzo a contarle todo lo que sucedió desde la primera vez que vi a Alessandro, como surgió nuestro matrimonio, como me enamoré de él, lo que sucedió con mi embarazo, lo que hice para salvarlo de Kristen, lo que sucedió cuando Alessandro se entero y la decisión que tomó.

-          Es un imbécil – dice divertido mientras me entrega una pañuelo para que me seque las lagrimas. – no sabes lo que daría por que te hubieras enamorado de mi.

-          Sin importar lo que haya sucedió, no me arrepiento de nada – digo con seguridad

-          Puedes contar conmigo siempre – dice tomándome de la mano – te amo, pero entiendo perfectamente que jamás me elegirás. – los ojos se me llenan de lágrimas – siempre cuenta conmigo sin importar que.

-          No es justo para ti – respondo con sinceridad.

-          En algún momento llegará mi persona – besa mis mano mientras terminamos de cenar. – tengo una propuesta para ti ya que estás frente al Holding Santis.

-          Te escucho – observando que me sirve helado en una copa.

Comienza a explicarme la idea que tiene sobre el negocio que quiere proponerle al Holding Santis  mientras yo lo escucho atento mientras como mi helado. Lo observo mientras habla y pienso en la gran persona que es. Durante el tiempo que estuvimos juntos siempre fui su prioridad y mientras lo escucho hablar lo único que deseo de corazón es que encuentre a una mujer que lo ame y vea el maravilloso hombre que es.

-          Cita a tus abogados mañana, entre los dos redactaremos la propuesta y el acuerdo – respondo terminando de comer – debo irme, pero te espero mañana en mi oficina.

-          Quédate – dice observándome – te conozco y se que no quieres estar sola – dice y se que tiene razón, es lo que menos quiero en este momento.

-          ¿Duermes conmigo? – pregunto a lo que él me observa divertido.

-          Que mala eres – dice riendo mientras nos ponemos de pie.

Caminamos por el apartamento hasta la habitación donde desperté hace un rato. Me siento en el borde de la cama mientras el entra por la única puerta que hay en la habitación, cuando vuelvo me entrega un bóxer negro y una camisa del mismo color.

-          Vete a dar una ducha mientras llamo a mi asistente – dice entregándome la ropa.

-          Gracias – respondo poniéndome de pie para entrar por la puerta que Bastián antes lo hizo.

Veo que se trata de un cuarto de baño junto al closet. Me desnudo rápidamente para luego adentrarme a la mampara relajándome con el agua caliente. Mientras me ducho pienso en Alessandro y rompo en llanto por lo que esta pasando, me siento en el suelo de la ducha mientras dejo que las lagrimas salgan libremente, decido guardar todo lo que estoy sintiendo y esperar que el tiempo pase.

Al salir de la mampara me secó rápidamente antes de vestirme y volver a la habitación donde ya se encuentra Bastián acostado en la cama con su portátil en el regazo.

-          ¿Confías en mi? – pregunta mientras me acuesto a su lado.

-          Muchísimo – respondo acomodándose a su lado. - ¿sabes donde esta mi celular? – pregunto observándolo.

-          Debe estar en tu auto – responde extendiéndome el suyo – usa el mío. – rápidamente llamó a Jacobo pidiéndole que me traiga ropa en la mañana y para que me agende la cita con Bastián. Al colgar observo a Bastián junto a mi.

-          Gracias – digo observándolo, me besa en la frente mientras cierra su portátil.

-          Te amo hermosa…

SANTISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora