Decisiones

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… - ¿cómo quiere que lo hagamos? – pregunta Sarah y puedo ver alivio en sus ojos.
- Vamos a mudarnos a Milán, allí pasaremos el tiempo que te falta para dar a luz y unos meses más mientras te recuperas – comienzo a decir pensando en que es lo mejor. Alejarme por unos meses es lo que necesito en este momento.
- ¿Y si el cuerpo no me queda igual? – pregunta muy preocupada.
- Hablaremos con la doctora para ver qué puedes hacer respecto a eso – respondo mientras bajamos del auto - ¿tienes pasaporte?
- Si – responde sin más mientras entramos al hotel.
Luego de registrarnos subimos hasta la Suite donde hay dos habitaciones. Luego despedirnos voy a mi habitación donde me doy una ducha con agua muy fría mientras pienso en lo que haré. Se que debo hablar con Zafiro, pero de solo recordar lo que hizo siento que el pecho me duele por que ella me traiciono, me mintió y engañó, pero sin importar lo que hizo se que jamás podré dejarla de amar y por eso mismo es que voy a cuidar a Sarah.
Al salir de la ducha voy directo a la cama donde por más que lo intento, no logro conciliar el sueño ya que me hace falta mi hermosa traidora.
Unas horas después estoy entrando a la empresa dispuesto a dejar todo listo para mi viaje. Pero no contaba con que al entrar a mi oficina se encontraría la dueña de mi mundo entero mirando por la ventana. Se ve preciosa.
- ¿Qué haces aquí? – pregunto bruscamente haciendo que se dé la vuelta para observarme, pero al ver sus ojos rojos y el reflejo del dolor en ellos me desarma por completo.
- Me tenías preocupada – dice acercándose a mi pero la detengo con una mirada. La amo, pero lo que menos quiero es tenerla cerca en estos momentos – desapareciste sin decir nada y tenemos que hablar.
- ¿Hablar? – pregunto caminando hacia mi escritorio donde me siento observándola - ¿de qué? ¿de como me viste la cara de imbécil?
- Alessandro… - dice en tono de súplica lo que me duele pero es lo que necesito.
- Respóndeme algo – digo por que es lo que más deseo saber - ¿Cómo hiciste que firmara? Por que no creo que hayas falsificado mi firma. – veo que sus ojos se llenan de lágrimas mientras ríe cínica.
- ¿Es todo lo que te interesa saber? – pregunta ofendida
- Si
- Sexo – responde sin más tomando su bolso que no había visto antes estaba sobre una de las sillas frente a mi escritorio – el día que te traje los documentos, cuando intentaste leerlos comencé a besarte y tú los firmaste sin verlos antes de que tuviéramos sexo sobre el escritorio.  – veo que trata de irse pero la detengo.
- Quiero que te hagas cargo de absolutamente todo durante un año – digo y ella se vuelve a verme confundida.
- No comprendo – responde furiosa.
- A partir de hoy serás CEO del Holding Santis hasta que vuelva – veo en sus ojos confusión.
- ¿volver de donde?
- Necesito alejarme de ti y como ahora eres dueña de la mitad de todo lo que me pertenece quiero que lo manejes durante un año – respondo viendo como sus ojos se llenan de lágrimas.
- Alessandro no puedes hacerme esto – dice y el dolor que reflejan sus ojos me desarma por lo que corro abrazarla.
- Perdóname por obligarte a estar a mi lado – digo mientras siento un par de lagrimas rodar por mis mejillas.
- No puedes irte cuando más lo necesito – dice aferrándose a mi.
- Necesito saber que lo que sientes por mi es real, por que lo que hiciste demuestra lo contrario – la siento tensarse y apártese de mi.
- Que te vaya muy bien – responde sin más antes de  irse dejándome confundido por lo que acaba de suceder.

Zafiro…

Salgo de la oficina de Alessandro completamente destrozada. Duda de mi amor por él, sin saber que lo que hice fue por que lo amo más que a nada en el mundo y solo quería que estuviera bien. Liberarlo de la arpía de Kristen y ahora se irá por un año dejándome sola cuando más lo necesito, pero su es mi que quiere, Respetaré su decisión.
Así que al entrar a mi oficina tomo la firme decisión de centrar toda mi atención en el Holding Santis, pero antes de hacerlo decido llamar a Bruno que en menos de una hora se encuentra en mi oficina observándome con preocupación.
- ¿Cómo estás? – pregunto observándolo.
- Muy preocupado por ti – responde sentándose frente a mi.
- Voy a estar bien – respondo aunque no muy convencida – te hice venir por dos cosas – comienzo a decir.
- Lo que quieras – responde y yo asiento con la cabeza
- Quiero a Kristen fuera de nuestras vidas para siempre – inquiero ya que en este en este momento es lo que más deseo, alejar a Alessandro de esa arpía.
- Yo me encargo – responde con una sonrisa en su rostro – no sabes como voy a disfrutarlo.
- Me alegro por ti – respondo sobándome con los dedos las cienes ya que comienza a dolerme la cabeza – yo solo la quiero fuera de la vida de Alessandro.
- Así será – responde y yo asiento con la cabeza.
- Quiero un documento donde renuncie a todo lo que pueda haber obtenido del divorcio – Bruno me observa como si estuviese loca.
- ¿Estas segura?
- Completamente – respondo sintiendo una fuerte opresión en el pecho – va a irse, pero cuando vuelva me iré yo y no quiero nada que provenga de él.
Luego de que Bruno se va decido salir de la oficina ya que me siento agobiada por todo lo que esta sucediendo así que voy a ver a la única persona que siempre a logrado calmarme. Conduzco hasta el cementerio luego de comprar unas rosas blancas, las favoritas de mi padre.
Al llegar a su tumba me arrodillo frente a esta cambiando las flores.
- Papá, no sabes cuanto deseo que estés aquí en este momento – digo sintiendo las lágrimas rodar por mis mejillas – el dolor que siento en este momento es indescriptible pero lo que más me duele es la soledad. – un enorme nudo se forma en mi garganta – estoy sola. siempre fuiste mi roca, mi tabla de salvación, pero con tu muerte quede sola. Creí encontrar un apoyo en Alessandro confiando que estaría ahí para mi.
- No estas sola, siempre contarás conmigo…

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