Ángel

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Cuando aterrizamos en Florencia ya es de noche, observo a mi esposa profundamente dormida por lo que me niego a despertar. Así que la tomo en brazos después de tomar una manta para cubrirla caminando a la salida. Con suma delicadeza bajo del avión y me subo a la camioneta que nos espera para llevarnos al apartamento. Mientras vamos en el auto no puedo dejar de observarla y recordar un momento igual a este, solo que con muchísimos años de diferencia.

Una tarde cuando estábamos pequeños, la hermosa niña que me tenía hipnotizado se quedó dormida en mis brazos luego de que pasamos mucho tiempo jugando. Recuerdo que aquella tarde antes de que Alicia se la llevara, pase un buen rato observándola. Desde que la vi por primera vez quedé deslumbrado por la belleza de esa niña que ahora es mi esposa. Recuerdo que en ese tiempo ninguna otra chica era lo suficientemente hermosa como que dejara de ver a mi niña hasta que desapareció son dejar una sola pista.

En ese momento era solo un niño por lo que no comprendía lo que significaba lo que sentía. La necesidad que tenia de verla, la felicidad que sentía cuando estaba junto a mí, cuando reía, cuando hablaba sin parar. La tristeza que me invadía cuando se iban y ella comenzaba a llorar, recuerdo que odiaba ese momento, aunque sin importar que no me gustara verla llorar. En aquel entonces la amaba, pero no lo entendía. Aquellos momentos fueron únicos y siempre l siempre tendré en mi memoria, aunque ahora mi hermosa niña creció convirtiéndose en una hermosa mujer que es mi esposa.

- Me vas a desgastar – dice ella sacándome de mis pensamientos.

- Lo hermosa que eres – respondo besando su frente mientras se acomoda en mi regazo.

- ¿Por qué no me despertaste? – dice abrazándome por el cuello mientras esconde su rostro en el mismo.

- Necesitas descansar par que nuestro bebé este sano – digo deseado que ella este en embarazo, aunque si aún no lo está, pronto lo estará.

- Él estará bien – dice besando mi cuello – estaremos bien. – la siento temblar, por lo que tomo la manta cubriéndola mientras veo que llegamos al edifico donde se encuentra el apartamento.

Cuando entramos al estacionamiento vuelvo a tomarla en brazos para llevarla al apartamento. Lo que siento en este momento teniéndola contra mi pecho, es auténtica felicidad. La pego más a mi cuerpo besando su cabeza, descubriendo en ese momento que la amo.

- ¿de verdad te gusta la idea de que tengamos un hijo? – pregunta mientras entramos al apartamento, pero yo camino directo a la habitación.

- No te imaginas cuanto – respondo dejándola con delicadeza sobre la cama.

- ¿Por qué? – pregunta mientras me siento en el borde de la cama observándola.

- ¿de verdad quieres saber? – ella enarca una ceja observándome curiosa mientras asiente con la cabeza – te voy a contar una historia.

- ¿para dormir?

- Podríamos decir que si – respondo mientras ella sonríe - ¿y si nos damos un baño primer?

- Está bien

Rápidamente nos desnudamos, vamos al cuarto de baño donde hacemos el amor mientras nos duchamos. Cuando volvemos a la cama ya enfundados en un pijama igual de rayas azules, nos acostamos quedando frente a frente, Sonrió observándola para luego besarla.

- Te escucho – dice mirándome a los ojos.

- Había una vez un niño a quien la vida le envió a un buen hombre que lo rescato del infierno – comienzo a decir mientras ella me escucha atenta – un día cualquiera tiempo después de que el niño llegara a su nuevo hogar, después de salir de la escuela decide caminar por la ciudad. Mientras lo hacía un ángel choco con él – la veo fruncir el ceño – un ángel enfundado en un hermoso vestido Hermes y zapatos Louboutin.

- Es un ángel sofisticado – dice divertida riendo.

- El hermoso ángel comenzó a llorar por lo que el niño la tomo en brazos, pero nada lo preparo para lo que vería – digo mientras el recuerdo viene a mi mente – unos ojos tan azules como los Zafiros le devolvieron dejándolo sin aliento. – acaricio su rostro para luego besarla – durante muchos días, el niño disfruto de su hermoso ángel. Hasta que ese un día desapareció dejándole un enorme vacío. – veo que va hablar, pero la detengo – los años pasaron y el niño creció convirtiéndose en un hombre, pero sin importar que el tiempo hubiese pasado, el ángel jamás salió de su mente ni de su corazón. Hasta que muchos años después, su hermoso ángel reapareció convertida en una hermosa mujer. Aunque en un comienzo no la reconoció, se encontró a nana de su ángel y lo entendió.

- ¿el niño lo amaba al ángel? - pregunta subiéndose sobre mí y yo me siento quedando frente a frente.

- En ese momento el niño no sabia lo que significaba la palabra amor – respondo abrazándola por la cintura – pero ahora lo sabe y entendió que nunca ha amado a nadie como ama a su ángel que resulto ser su esposa. – la veo abrir los ojos como platos al entender que ella es mi ángel.

- ¿soy yo? – pregunta queriendo corroborar mis palabras.

- Eres mi primer amor, pero sobre todo eres el amor de mi vida desde que tenía doce años y tu cinco. Por eso estoy tan emocionado con la posibilidad que tengamos un hijo, pero no solo con eso, sino con la idea de tener una larga y feliz vida contigo – sus ojos se llenan de lágrimas.

- ¿me amas? – pregunta abrazándome por el cuello.

- Más que a nadie en el mundo.

SANTISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora