Estoy observando a mi esposa a quien ya comienza a notar su abultado vientre de cuatro meses. Se ve bellísima y cada día que pasa me hipnotiza compartir con ella esta maravillosa etapa que estamos pasando.
Sonrio observándola dormir, su pequeño vientre se encuentra al descubierto mientras ella tiene una mano sobre este de forma protectora.
No puedo creer que en un abrir y cerrar de ojos ya pasaron tres meses desde que confirmamos su embarazo. Creí que sería mucho más difícil para ella, pero mi esposa está más radiante que nunca y nadie pensaría que esta embarazada, aunque en realidad los únicos que lo saben son nuestros asistentes, Bruno y mi madre quien es más me preocupa ya que desde la discusión que tuvimos en mi oficina, no he escuchado una sola palabra de su parte.
- ¿Tengo algo en el rostro? – pregunta mientras abre sus enormes y hermosos ojos que me roban el aliento como cada vez que los veo y los cuales deseo de todo corazón que nuestro hijo herede.
No, solo estaba por despertarte – beso su frente mientras ella sonríe - ¿De verdad tienes que ir? – en unas horas debe viajar a Los Ángeles ya que en una de sus tiendas se presento un inconveniente del que ella debe hacerse cargo personalmente.
- Solo estaré fuera un día, no te preocupes que vamos a estar bien – me besa mientras de sube sobre mi – además, cuando llegues a la empresa te espera una sorpresa.
La veo desnudarse sobre mi al tiempo que yo lo hago, instantes después estamos haciendo el amor. Algo que me fascina de su embarazo es lo receptiva y sensible que se encuentra. Si antes teníamos mucho sexo, ahora mucho más ya que ella es lo que se le antoja.
Cuando llegamos al orgasmo, la tomo tal como estamos llevándola a la ducha donde le hago el amor contra la pared mientras el agua cae sobre nosotros. Al terminar de bañarnos vamos al closet donde rápidamente nos vestimos. La ayudo con su maleta de mano para luego salir de allí. Mientras vamos en el ascensor la llama su asistente para informarle que ya el avión está listo y esperándolo.
- Voy a estar bien – dice observándome mientras vamos en el auto.
- ¿Vas a decirme? – pregunto refiriéndome al sexo de nuestro bebé. Hace tres días ella fue al control, pero quiso sorprenderme así que espero el momento en el que me lo diga.
- Es la sorpresa que te espera en la oficina – responde sentándose sobre mis piernas – vas a sorprenderte. ¿Qué te gustaría que fuera?
- Solo deseo dos cosas – me observa confundida y yo la beso – que este completamente sano y que herede tus ojos.
- ¿por qué?
- Por que amo tus ojos – respondo con total sinceridad – te amo
- Y yo a ti – responde besándome pero al sentir que su beso aumenta se a lo que refiere.
- Amor, estamos en el auto – digo riendo y ella me observa haciendo un puchero.
- Pero estamos por llegar al avión- dice traviesa moviéndose sobre mi – por fa – dice como niña consentida.
- Pues hacerme una mamada – digo dándole una nalgada y ella en respuesta muerde mi cuello.
- ¿Aquí o en el avión? – pregunta moviéndose hasta que sus piernas quedan a cada lado de mi cuerpo.
- No queremos darle un espectáculo a nuestro chófer- respondo pero sus ojos me observan con picardía – pero que traviesa – vuelvo a nalguearla a lo que ella jadea – voy a embarazarte más seguido. - Ella estalla en una sonora carcajada haciendo que mi pulso se acelere, así que la abrazo recostándola en mi pecho.
Al llegar al hangar bajamos tomados la mano, pero cuando estamos subiendo le ordeno a todos que nos dejen a solas unos minutos. Así que cuando todos bajan del avión la tomo en brazos llevándola a la habitación del avión donde hacemos el amor tres veces más antes de que se quede dormida.
La visto con un conjunto deportivo y la cubro con una manta antes de bajar del avión caminando hasta donde se encuentra Jacobo.
- No la despiertes hasta que lleguen a Los Ángeles – pido observándolo – mantenme informado de todo lo que suceda. Recuerda cuán delicada es en este momento.
- Por supuesto señor – responde haciendo una señal para que el piloto y la azafata suban al jet.
Cuando el avión despega me quedo observándolo hasta que desaparece en el cielo, me subo al auto extrañándola, aunque hace solo unos minutos que se fue.
Cuando llevo a la empresa subo rápidamente a mi oficina ansioso por la sorpresa que me dejo mi esposa. Al salir del ascensor veo que Axel me espera fuera de este con una caja blanca en sus manos.
- Su esposa... - comienza a decir pero la tomo para luego pasar de ella entrando a mi oficina con las manos temblorosas.
Pongo la caja sobre mi escritorio, con una enorme sonrisa en el rostro la abro y al ver su contenido mi sonrisa se ensancha. Veo que dentro de la caja hay un oso de peluche azul que sostiene un letrero que dice. It's a Boy.- Gracias papá por haber creado la cláusula – susurró tomando el peluche en mis manos
Durante cinco horas me concentro de lleno en el trabajo consiente de que mi esposa se encuentra a salvo en el aire. Mientras reviso unos documentos escucho que la puerta se abre bruscamente al tiempo que un mensaje de Jacobo llega a mi celular informándome que aterrizaron sin ningún inconveniente y que van rumbo a la tienda.
- Alessandro- escucho la voz de mi madre, pero levanto un dedo para que me dé un minuto mientras llamo a mi esposa.
- Estoy bien – dice apenas contesta.
- Lo sé, solo quiero escucharlo de ti – digo observando a mi madre visiblemente molesta.
- Vamos a estar bien, no te preocupes tanto amor – dice ella haciéndome sonreír – te llamo apenas llegue a la tienda.
- Esta bien – sin más cuelga y yo suspiro viendo el problema frente a mi - ¿qué sucede?
- Me quieres explicar ¿por qué mis cuentas están bloqueadas? – dice poniendo frente a mi algunos documentos que me doy cuenta que son extractos bancarios. Los reviso y es verdad, sus cuentas están bloqueadas.
- No se que esta sucediendo – respondo observando los extractos.
- Quiero mi dinero, no quieres hacerme enojar – responder furiosa – quiero que arregles esto, no quiero quitarte otra cosa que realmente te importa. – sin más se da la vuelta para salir de la oficina dejándome confundido por lo que acaba de decir.
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SANTIS
Romanceun secreto que le cambiará la vida en un instante. Alessandro jamás creyó que la muerte de su amado padre traería tantas consecuencias a su vida, pero sin importar lo que suceda, a su vida llegará la mejor ee ellas, personificada en unos hermosos oj...