Prologo

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Conduzco a gran velocidad atravesando la ciudad de Londres a altas horas de la madrugada muy preocupado.
Hace dos días recibí la llamada de alguien que en poco tiempo se convirtió en alguien muy importante para mi, pero ella al saber que soy un hombre casado con un hijo de diez años  a quien acabábamos de adoptar mi esposa y yo. Amelia decidió alejarse, por lo parte decidí volver a Nueva York junto a mi familia pero sintiendo un gran dolor en el pecho.
Pero hace dos días estando en la oficina recibí su llamada, después de dos años de habernos separado y sin dudar un instante aborde un avión para volar hasta aquí.
La lluvia cae fuerte haciendo eco dentro del auto mientras recorro el camino que tantas veces recorrí ansioso de verla, besarla, tocarla y hacerla mía. Al llegar a la casa, aparco rápidamente y tomando un paraguas salgo del auto rumbo a la entrada donde tocó un par de veces y veo que una luz se encuentre e instantes después se abre la puerta dejándome ver a la hermosa mujer que me roba el aliento observándome con sus enormes y hermosos ojos cafés, que han perdido el brillo que tanto amo de ellos.
- Cedric – dice con sorpresa mientras sus ojos se llenan de lágrimas – no creo que vendrías. 
- Dijiste que era importante y vine lo más pronto que pude – respondo abrazándola - ¿qué sucede? – cerrando la puerta tras de mi. Caminamos hasta la sala y allí nos sentamos. Ella me observa a los ojos mientras yo sostengo sus manos.
- Hace seis meses fui diagnosticada con Cáncer en etapa terminal – dice haciendo que mi respiración se detenga por completo y los latidos de mi corazón se aceleren.
- ¿Qué? – pregunto con un tono de voz un poco brusco. – debiste haberme llamado, es más aún puedo llevarte a que te traten en las mejores clínicas especializadas.
- ¡NO! – grita poniéndose de pie y yo junto con ella – si te pedí que vinieras fue para pedirte algo que no tiene nada que ver con mi enfermedad.
- ¿en qué tratamientos estas? – pregunto pero ella niega con la cabeza.
- Ninguno. Decidí no tratarme – responde y siento que el pulso se me acelere. – me dieron seis meses de vida y quise aprovecharlos al máximo.
- ¿Cuánto falta?
- Un par de semanas – responde y .no se si mi corazón se estuvo o late tan rápido que no lo siento.
- No me hagas esto por favor – la abrazo pegándola a mi cuerpo lo que más puedo mientras las lágrimas ruedan por mis mejillas – quiero que luches y tengas la vida que te mereces – beso su frente.
- Ya tomé mi decisión – dice abrazándome – pero hay algo en lo que necesito de tu ayuda – se separa de mi observándome a los ojos – espérame aquí.
Se da la vuelta para salir de la sala  mientras yo pienso en lo que ella acaba de decirme. Va a morir y al parecer no puedo hacer nada para evitarlo y saber eso me duele de sobre manera, verla tan decidida al no querer mi ayuda me duele. Tengo muchísimo dinero pero de que sirve si no puedo ayudar a la mujer que amo.
- Cedric – la escucho a mi espalda y me doy la vuelta, al verla la imagen me deja perplejo. En sus brazos carga una niña de poco más de un año, aunque de repente esta comienza abrir los ojos dejándome perplejo al ver el intenso color azul en ellos – necesito que me ayudes con ella – la súplica en su voz me mata así que me acerco a ella – es tu hija – ni hace falta que lo diga ya que sus rasgos son muy idénticos a los míos, pero sobre todo el color de sus ojos.
- ¿Cómo se llama? – pregunto tomando una de sus manitas mientras ella me observa con interés. 
- Zafiro – Amelia rompe en llanto – no tengo a quien más dársela cuando muera y no quiero que vaya a una casa de acogida…
- Jamás permitiría que algo así sucediera – respondo observándola a los ojos.
Mi matrimonio con Kristen fue arreglado, ella es una mujer muy hermosa que me gustó desde que la conocí. Desde el momento que me casé con ella, deseé tener hijos pero ella resultó estéril. Hace dos años en un viaje que hicimos a Italia concia el amor, Alessandro un niño huérfano que me cautivó en un instante que no dude un segundo en adoptarlo. Por eso cuando Amelia se dio cuenta decidió alejarse.
- No sabía que estaba embarazada hasta tres meses después que nos separamos y decidí no interferir en tu más que perfecta vida – me observa a los ojos – por eso decidí callar, pero ahora te pido que la cuides por que yo ya no podré hacerlo. – tomo a la bebé en brazos cubriéndola con la manta. – te amo mi vida – besa su frente dándome a entender que es momento de irnos. La tomo de la parte trasera de su cuello para atraerla a mi besándola.
- Te amo
- Y yo a ti – dice mirándome a los ojos y se que es verdad. Unos instantes después salgo de la casa con mi hija a quien subo al auto. Cuando estoy por ponerme en marcha le doy un último vistazo a Amelia que llora mientras una de sus manos cubre su boca.

Un mes después, veo el féretro bajar lentamente mientras el sacerdote habla. Amelia murió hace un par de días y por eso aquí estalla mi hija y yo dándole el ultimo adiós.
Hace un mes que estoy en londres, decidí no llevar a Zafiro a Nueva York, no quiero exponerla a la furia de Kristen. Por lo que le compré una casa que acondicione para ella y contrate personal para que la cuiden mientras no esté.
- Nuestra hija será feliz y cuidaré siempre de ella - Tiro una rosa Blanca sobre el ataúd – te lo juro.

PRÓXIMAMENTE...




Amores quiero contarles que encontré esta historia y voy a volver a subirla, aunque habrán muchos cambios en la trama para los que ya la han leído.
También quiero que sepan que aún no subiré capítulos hasta que termine de subir SIN ESCAPE.
Los amo 🥰😘😍

SANTISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora