¿Qué harías si por error traes 3 atractivos demonios a la tierra?
* 🕯️ *
Val no cree en los demonios, y para probar su inexistencia decide seguir un tutorial de invocación.
Hay puntos que ella debería haber tenido en cuenta an...
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Al finalizar el día de clases, Amon me llevó a un sitio donde nadie pudiera vernos.
No era la primera vez que me teletransportaba, ya lo había hecho con Mam en otras ocasiones, así que había dejado de resultarme extraño. Además, no iba a criticar una herramienta que, de hecho, era bastante útil para el día a día.
Estábamos en los alrededores del convento y no era un momento de mucha actividad, así que no había ningún trabajador cerca, lo cual nos venía bien.
Por precaución, nos ubicamos debajo de uno de los árboles alejados de la entrada. Hasta ese momento jamás me había visualizado teniendo una conversación seria con el pelirrojo.
—¿Qué piensas del acertijo que nos dijo Asmodeo? —preguntó interesado—. Por cierto, ¿llegaste a verlo en esta ocasión?
—Más que otras veces. —Asentí con la cabeza—. Aunque creo que es porque Melina estaba allí y As permitió que ella lo viera, así que capté un atisbo de su figura por casualidad.
—Las cosas no funcionan así —suspiró.
—Bueno, perdona, explícame entonces, genio.
—¿Te han dicho alguna vez que eres muy ruda? —Se llevó una mano al corazón—. Me asustas.
—Ve al grano —insistí.
—Cuando un demonio no quiere que lo vean, debe ocultarse del todo. No puede elegir mostrarse ante personas específicas. Pero lo que sí puede hacer es elegir mostrarse solo ante...
—¿Ante quiénes?
—Ante personas con ciertas características especiales, como es el caso de Melina. Digamos que As eligió que solo pudieran verlo personas con unas... —se humedeció los labios— capacidades desarrolladas.
No tenía ni idea de a dónde quería ir a parar con aquello.
—Llamémoslo tercer ojo —continuó—. Es una percepción más allá de lo que podría ver un humano ordinario; algo espiritual, digamos.
—Y Melina lo tiene porque se dedica a las prácticas oscuras, vale. ¿Y?
Amon me miró en silencio como si fuera idiota. No entendí por qué hasta que caí en la cuenta de un pequeño detalle:
—¡No! —Extendió las manos como si quisiera apaciguarme—. No es malo, es fantástico. Increíble, de hecho, pero asumo que tú no quieres esto.
—¿El qué? ¿Tener el tercer ojo?
—Exacto. Sin embargo, no está todo perdido. El hecho de que solo hayas visto un atisbo indica que aún no has llegado al punto de no retorno: puedes elegir si quieres retroceder y perder el tercer ojo del todo o...